Si hubiera oportunidad de conversar a solas, una hora o tan solo unos cuantos minutos antes del encuentro que sostendrán en el Congreso del Estado con los diputados locales, el gobernador Luis Miguel Barbosa y el secretario de Gobernación Adán Augusto López podrían abordar el tema de Ignacio Mier Velazco y sus aspiraciones políticas.
Si hubiera posibilidad, el mandatario, promotor de cuatro presuntos aspirantes a la gubernatura, y el responsable de la política interna en el país, representante de los intereses del presidente Andrés Manuel López Obrador, podrían resolver de una vez por todas el enigma en torno a Mier, quien puja por la candidatura de Morena al gobierno del estado desde la supuesta comodidad del cobijo presidencial.
“A ver Adán, tú y yo fuimos amigos en el senado, cuando los dos estábamos en el PRD, así que dime la verdad, ya me conoces, a mí me gusta decir las cosas directas, de frente, ¿‘Nachito’ cuenta con el apoyo del Presidente para ser candidato a gobernador, sí o no?”, podría preguntar Barbosa.
De la respuesta que otorgue el funcionario federal en esta ficticia conversación dependerá el rumbo de la charla.
Si Adán Augusto contestara con un “no”, Barbosa podría entonces reprocharle el tono de las declaraciones emitidas a la prensa en agosto, al término de una comida con Ignacio Mier en el restaurante La Noria.
Si el tabasqueño respondiera con un “sí”, el poblano podría quedarse en silencio por un segundo, procesando la información, para, inmediatamente después, mandarle un respetuoso pero contundente mensaje de desaprobación al mandatario mexicano.
Si, por último, el secretario utilizara una evasiva para eludir cualquier afirmación, el Ejecutivo podría cambiar de tema para seguir en el plan que ha desplegado y que tiene como propósito posicionar a sus cuatro alfiles para que de uno de ellos salga el candidato a gobernador.
Ante cualquiera de las tres hipotéticas respuestas habría posibilidad de profundizar para llegar a un resultado que verdaderamente resuelva las dudas de Miguel Barbosa, en caso de que las tenga.
Sería interesante poder atestiguar un ejercicio de toma y daca entre estos dos personajes para hablar del coordinador de los diputados federales de Morena, quien desde la capital del país, y muy a pesar de la opinión del mandatario al que pretende suceder, mantiene encendida la veladora de la esperanza para convertirse en gobernador.
El morbo político que alimenta las especulaciones, sin embargo, se estrellará con la realidad.
Miguel Barbosa no es de los que preguntan ese tipo de cosas.
Él observa y actúa en función de sus propias consideraciones.
Adán Augusto tampoco dirá por qué vino a Puebla a cobijar a Mier hace un par de meses y si lo hizo o no con la autorización (incluso el mandato) del Presidente.
Ambos, tanto Barbosa como López, cumplirán este día su papel institucional, que tiene que ver con el visto bueno de la legislatura poblana a la reforma que permite la prolongación del periodo del Ejército en las calles, hasta el año 2028.
Y las dudas alrededor de ‘Nacho’ Mier y ese presunto padrinazgo presidencial prevalecerán un rato más.
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