/ jueves 18 de julio de 2024

Aborto: una desgracia que termina con otras desgracias

La celebración que hubo afuera del Congreso del Estado por la despenalización del aborto tuvo mucha alegría, como si las manifestantes hubieran ganado un gran premio, lo cual creo que es cuestionable. No voy a contribuir a la gran discordia en el que se conjugan los diferentes criterios, simplemente considero el aborto no debe tener sanción, porque las circunstancias actuales requieren esa medida, pero eso dista mucho de asumir que es un gran triunfo de las libertades y que se debe festejar como si se hubiese descubierto la vacuna contra el cáncer.

El aborto es la interrupción del proceso de gestación, lo cual no es algo que cause agrado, es más, hay quien puede ver esto como un asesinato bajo la idea de que un ser humano existe desde la concepción. Este procedimiento es una especie de solución a cosas tan lamentables como una irresponsabilidad conjunta, es decir, de dos personas que tuvieron relaciones sin la anticoncepción necesaria; también es el resultado de la ignorancia de muchas féminas y el machismo de sus parejas. Es obvio que deba ser permitido en casos de violación o malformación del feto, como está establecido desde hace décadas, pero no es el caso de hoy.

Pese a que hay una facilidad enorme para conseguir condones, pastillas, parches e inyecciones anticonceptivas, inclusive píldoras del día después, tenemos el primer lugar en embarazos adolescentes, obviamente no deseados, por lo que hay que reflexionar que el problema es de actitud y nuevamente señalo como responsables a los dos individuos que fecundan. Parece ser que entre más facilidades hay para no procrear más crece la irresponsabilidad, así que lamentablemente esta nueva medida legislativa puede contribuir no al ejercicio maduro de la libertad sexual, sino al libertinaje que seguirá trayendo hijos no deseados e interrupciones a la gestación, que bien pueden considerarse como asesinatos.

El problema no es que haya un tipo penal respecto al aborto, el verdadero conflicto de los embarazos no deseados tiene múltiples causas: la educación, las expresiones de los medios de comunicación masiva, la ideología de los jóvenes y hasta las canciones que hablan de una sexualidad explícita. También es preocupante que se vea como normal exhibirse en la plataforma Only Fans o buscar a un “sugar daddy” para tener ingresos, cada quien hace de su cuerpo lo que sea, pero esto no se puede considerar ejemplar, además de una hipersexualización de las niñas que cada vez es más frecuente, factores que inciden en banalización de la sexualidad que contribuye al problema que hoy tratamos.

Hace falta toda una serie de políticas públicas para prevenir el embarazo no deseado, pero estamos muy lejos de conseguirlas, así que esta medida legislativa no será suficiente, también la sociedad, medios de comunicación y la educación en casa deben cambiar, lo cual es poco menos que imposible actualmente.

Esto también puede repercutir en la carga que será para los organismos públicos de salud, ya que tendrán que atender a las personas que quieran someterse a la interrupción del embarazo, la cual también puede dejar secuelas emocionales severas.

Es muy triste ver a los pequeños en condiciones de miseria, siendo explotados por sus padres o un tratante; también tenemos que atender a las mujeres que sufren un menoscabo físico y hasta la muerte por someterse a procedimientos clandestinos, pero como señalé, esto problema tiene muchas aristas, entre ellas el hacer de la lástima un modo de lucrar.

También es notoria la incoherencia, inmoralidad e indignidad de los legisladores que se oponen fervientemente a la fiesta brava, pero aprueban el aborto.

Termino señalando que la aprobación era necesaria, pero no resuelve el problema de fondo y no creo que sea motivo de celebración esta medida, más bien considero que es un mal necesario, una desgracia que termina con otras desgracias. Siempre estaré del lado de la vida y la responsabilidad. Hasta la próxima.

@vicente_aven; 2225 647505.

La celebración que hubo afuera del Congreso del Estado por la despenalización del aborto tuvo mucha alegría, como si las manifestantes hubieran ganado un gran premio, lo cual creo que es cuestionable. No voy a contribuir a la gran discordia en el que se conjugan los diferentes criterios, simplemente considero el aborto no debe tener sanción, porque las circunstancias actuales requieren esa medida, pero eso dista mucho de asumir que es un gran triunfo de las libertades y que se debe festejar como si se hubiese descubierto la vacuna contra el cáncer.

El aborto es la interrupción del proceso de gestación, lo cual no es algo que cause agrado, es más, hay quien puede ver esto como un asesinato bajo la idea de que un ser humano existe desde la concepción. Este procedimiento es una especie de solución a cosas tan lamentables como una irresponsabilidad conjunta, es decir, de dos personas que tuvieron relaciones sin la anticoncepción necesaria; también es el resultado de la ignorancia de muchas féminas y el machismo de sus parejas. Es obvio que deba ser permitido en casos de violación o malformación del feto, como está establecido desde hace décadas, pero no es el caso de hoy.

Pese a que hay una facilidad enorme para conseguir condones, pastillas, parches e inyecciones anticonceptivas, inclusive píldoras del día después, tenemos el primer lugar en embarazos adolescentes, obviamente no deseados, por lo que hay que reflexionar que el problema es de actitud y nuevamente señalo como responsables a los dos individuos que fecundan. Parece ser que entre más facilidades hay para no procrear más crece la irresponsabilidad, así que lamentablemente esta nueva medida legislativa puede contribuir no al ejercicio maduro de la libertad sexual, sino al libertinaje que seguirá trayendo hijos no deseados e interrupciones a la gestación, que bien pueden considerarse como asesinatos.

El problema no es que haya un tipo penal respecto al aborto, el verdadero conflicto de los embarazos no deseados tiene múltiples causas: la educación, las expresiones de los medios de comunicación masiva, la ideología de los jóvenes y hasta las canciones que hablan de una sexualidad explícita. También es preocupante que se vea como normal exhibirse en la plataforma Only Fans o buscar a un “sugar daddy” para tener ingresos, cada quien hace de su cuerpo lo que sea, pero esto no se puede considerar ejemplar, además de una hipersexualización de las niñas que cada vez es más frecuente, factores que inciden en banalización de la sexualidad que contribuye al problema que hoy tratamos.

Hace falta toda una serie de políticas públicas para prevenir el embarazo no deseado, pero estamos muy lejos de conseguirlas, así que esta medida legislativa no será suficiente, también la sociedad, medios de comunicación y la educación en casa deben cambiar, lo cual es poco menos que imposible actualmente.

Esto también puede repercutir en la carga que será para los organismos públicos de salud, ya que tendrán que atender a las personas que quieran someterse a la interrupción del embarazo, la cual también puede dejar secuelas emocionales severas.

Es muy triste ver a los pequeños en condiciones de miseria, siendo explotados por sus padres o un tratante; también tenemos que atender a las mujeres que sufren un menoscabo físico y hasta la muerte por someterse a procedimientos clandestinos, pero como señalé, esto problema tiene muchas aristas, entre ellas el hacer de la lástima un modo de lucrar.

También es notoria la incoherencia, inmoralidad e indignidad de los legisladores que se oponen fervientemente a la fiesta brava, pero aprueban el aborto.

Termino señalando que la aprobación era necesaria, pero no resuelve el problema de fondo y no creo que sea motivo de celebración esta medida, más bien considero que es un mal necesario, una desgracia que termina con otras desgracias. Siempre estaré del lado de la vida y la responsabilidad. Hasta la próxima.

@vicente_aven; 2225 647505.