Vámonos despacio porque los problemas no son nada fácil. Están complicados y son escabrosos por las aristas que tienen. Son dos asuntos trascendentales para Puebla y los poblanos.
Nos referimos a la revisión de la Privatización del Agua Potable y al escrutinio de la Deuda Pública de Puebla. Ambos ya fueron encausados por el Gobernador Electo Alejandro Armenta Mier, y son tema en reuniones conducentes a la Transición del Gobierno para el sexenio 2024-2030.
Con esta acción se les dará la atención que merecen, a diferencia de las últimas Administraciones Estatales que les sesgaron la mirada. Es evidente entonces que en la mesa de discusiones se abordarán con cuidado y la amplitud necesaria.
Solo así se conocerá ese turbio manejo que se ha mencionado en el contrato que dio ventaja a la empresa Agua de Puebla.
Igual procedimiento deberá tener la revisión de los Proyectos Prestación de Servicios y los Acuerdos Público Privados, sobre todo en cláusulas que elevaron la Deuda Pública y dieron pauta a intereses leoninos, a pagar en plazos que suman décadas.
Es preciso conocer a detalle las turbulencias bastante cuestionadas por años, a fin de que termine ese desgaste inútil entre Gobiernos y Sociedad. El propósito es que nunca más ocurran este tipo de negociaciones, que lesionan la economía de los poblanos y revierten el progreso de la entidad.
Dice mucho del Gobernador Electo, que desde el proceso de Transición se aborden estos asuntos recurrentes, que no han tenido las respuestas esperadas.
Desprivatizar el agua es complejo, pero levanta el ánimo que se muestre dispuesto a revertirla en caso de que sea procedente.
En la Deuda Pública, preocupan los elevados intereses y los plazos que se alargan, porque limitan operación financiera de su gobierno.
Así están las cosas, a escasos meses de que Alejandro Armenta Mier inicie su Gobierno, por lo que no escapa la conjetura de que tanto desprivatizar el agua como reestructurar la Deuda Pública, le quitan el sueño a decenas de personas que tienen injerencia en ellos.
Lo que no se pierde de vista, es que con tales revisiones, los poblanos esperan agua de calidad a tarifa justa, y por supuesto, no pagar más altos intereses por una deuda que le pesa al Erario.
Tiene que ser así, porque sin esos escollos, Puebla retomará el camino del progreso y el florecimiento de la planta empresarial, tantas veces interrumpido por Gobiernos Interinos, que si realizaron su mejor esfuerzo, no pudieron evitar el retraso en la creación de la infraestructura que impulsa el crecimiento económico.
M E M O R Á N D U M
CAPITAL POBLANO
Por los planes ferroviarios y de construcción de vivienda, que va desglosando la Presidenta Electa de México Claudía Sheinbaum, ya se despierta interés en el sector empresarial en los términos o condiciones en que se pudiera permitir la inversión privada.
Decimos que se pudiera, porque es un hecho que se necesitará el capital particular en proyectos de tal envergadura. Imaginemos lo que será crear un sistema ferroviario que moverá pasajeros en los estados del Centro y Sureste del país. En cuanto a vivienda, la meta es construir mínimo 600 mil viviendas -aunque en otros datos se cita un millón- porque la intención es favorecer a sectores marginados que no tienen acceso a vivienda digna.
Ya se verá cómo reacciona el capital privado, digamos en Puebla, cuando se concreten los planes mencionados, y se defina la cobertura que corresponda a cada estado beneficiado.
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