El Ayuntamiento de Puebla cierra una administración desastrosa, marcada por escándalos relacionados con el mal manejo de recursos públicos, el crecimiento de la inseguridad y el deterioro de la infraestructura urbana, que han sido el sello de la “Ciudad de 10” de Eduardo Rivera y Adán Domínguez.
Eduardo Rivera Pérez ganó la elección de 2021 a Claudia Rivera Vivanco, la primera presidenta municipal de izquierda en la historia de la ciudad. Esta victoria se dio en un contexto de una campaña de odio promovida por el entonces gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta. Aunque es justo reconocer que hubo errores en la administración de Claudia Rivera, los aciertos de esa gestión quedaron completamente desapercibidos en un mar de descalificaciones, entre ellos, el pago de la deuda de la comuna.
De hecho, otras acciones que valdría la pena contrastar, a la luz del cierre de una administración fallida, son la construcción de decenas de kilómetros de ciclovías. Un ejemplo destacado es la avenida Xonacatepec, que es un modelo de movilidad integral para peatones, ciclistas y vehículos; la repavimentación de calles en colonias populares, y no exclusivamente en áreas céntricas; así como la recuperación de espacios públicos. Además, esta administración recibió el Premio de Iberarchivos por un proyecto de memoria histórica que rescató los archivos de las 17 juntas auxiliares, bajo la dirección del maestro Alejandro Maimone (Faltaría mencionar a diversos militantes de Morena que, en su ejercicio, fueron exitosos servidores públicos). Entre otras acciones, se incluyeron protocolos integrales para prevenir la violencia de género, actividades que no fueron reconocidas y que, de manera prejuiciosa, fueron minimizadas. Hoy, en honor a la verdad, resulta que la administración del Partido Acción Nacional ha sido ineficiente, onerosa y corrupta en comparación con la gestión morenista.
Por si fuera poco, esta administración deja una gran percepción de inseguridad entre la población, con un incremento en diversos delitos, principalmente el robo, y una preocupante colusión entre autoridades y delincuencia organizada. Precisamente ayer, en una colonia del sur de la ciudad, fui víctima del robo de la computadora de mi vehículo, un caso más dentro de las miles de víctimas poblanas.
Morena retoma el poder, aunque no necesariamente con perfiles o un proyecto que pueda considerarse de izquierda o, al menos, progresista. No obstante, entra con las siglas del partido obradorista y, por lo tanto, con el compromiso de seguir los principios de nuestro movimiento, liderado en el estado por Alejandro Armenta Mier y, a nivel nacional, por la doctora Claudia Sheinbaum Pardo.
José Chedraui Budib tiene dos grandes retos: administrar el caos en la comuna en sus primeros 100 días de gobierno y evitar que la conformación de su gabinete ampliado se convierta en un centro de reciclaje del pasado. Esto generaría desconfianza e incertidumbre, ya que la comuna no es un botín político ni una agencia de colocación de espacios. Sería de gran utilidad que el alcalde electo tomara como referencia a quienes, en algún momento, ejercieron un buen gobierno y que, por una campaña de odio, quedaron en el ostracismo.
@IsaacPalestinaD