Aunque el cerebro humano sea la estructura más compleja del universo, actualmente su enajenación es algo cotidiano: leer, escribir, reflexionar y crear se han vuelto actividades raras en un mundo dominado por una tecnología que, lejos de ayudarnos, podría llevarnos al desastre o la extinción.
Cuando internet se abrió al público se habló mucho que sería un elemento que podría llevar la cultura y educación al todo el mundo, recuerdo la gran publicidad que anunciaba la llamada súper autopista del conocimiento, la cual podría difundir la información a todos. Efectivamente esta red fue utilizada cada vez más y ha sido de mucha utilidad para una parte de la población, ya sea para uso comercial o académico, pero sería incorrecto afirmar que ha sido benéfica para toda la población. No voy a mencionar los muchos datos duros, lo cierto es que una persona que tuvo instrucción mediante lápiz, cuaderno y libros tiene, en promedio, mayores conocimientos y madurez respecto a quien aprendió, desde el kínder, con una computadora e internet.
Creo muy pertinente iniciar afirmando que el mito de que la red de redes mejoraría la educación ha probado totalmente su falsedad, es más, los dispositivos móviles y la conectividad se han convertido en un vicio para millones de niños y adolescentes, incapaces de tolerar unos minutos sin checar sus redes sociales.
Ahora bien, recientemente apareció el Chat GPT, transformador preentrenado generativo en español, el cual es capaz de emitir textos conforme a diversas preguntas, las cuales encuentran una respuesta inmediata y lograda a partir de un complejo algoritmo que “parece” dar una solución a lo planteado.
Personalmente he probado este programa y creo que no tiene la linealidad discursiva necesaria para considerarse algo productor de un texto de calidad, el problema es que el promedio de la gente es incapaz de escribir algo, por lo cual les puede parecer una maravilla, esto no es nuevo, tenemos ejemplos de gente que cree que una frase de pobre contenido es una gran enseñanza filosófica, solo porque tiene una imagen sensual y hasta vulgar al lado.
Dentro de las consecuencias negativas de la inteligencia artificial, tenemos el mal uso de los datos, así como hay aplicaciones que roban contactos e imágenes para chantajear, de igual modo este software puede ser usado de mala manera, como es el caso de diversos préstamos por aplicación.
Si esta supuesta inteligencia logra substituir algunas actividades, surgirá un gran desempleo, lo cual es un problema social que fomenta la delincuencia o otras tantas calamidades que han dado lugar a regímenes totalitarios, como sucedió cuando los nazis llegaron al poder, utilizando la pésima situación económica de ese entonces.
No puedo menos que reírme cuando muchos políticos, aludiendo a un egoísmo colectivo (Fromm) dicen que la sociedad ya está bien informada, cuando en realidad es todo lo contrario, si a eso le añadimos que un que un algoritmo diga qué es verdad y qué mentira, pues tendremos un instrumento que puede resultar muy peligroso en manos de un régimen o un político que se quiera perpetuar en el poder o imponer un gobierno, del cual absolutamente nadie diga algo en contra de él. Esto cobra mayor relevancia en nuestro México, donde la historia ha demostrado que los intereses de grupo o partido siempre han estado encima de un proyecto de nación, sin embargo, en una sociedad tan ignorante e indolente como la nuestra, esto es fácil de ocultar. Lamentablemente la inteligencia artificial nos puede volver a hacer creer que Quetzalcóatl volverá o algún absurdo peor, como muchos de los que guían su vida por el rencor, la ignorancia y ahora un algoritmo que pudiera controlar todo de manera fascista, como en las peores pesadillas de Orson Welles o George Orwell. Hasta la próxima.
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