/ martes 25 de junio de 2024

Competitividad Estatal: El Faro que Debería Guiar a los Nuevos Gobernantes

Hablando sobre competitividad estatal, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), desde el año 2006, ha venido publicando el Índice de Competitividad Estatal (ICE) para las 32 entidades federativas de la República Mexicana. Hace unas semanas, específicamente en mayo de este año, el IMCO presentó el Índice de Competitividad Estatal (ICE) 2024. El ICE se compone de seis subíndices:

  1. Innovación y Economía

  2. Infraestructura

  3. Mercado de Trabajo

  4. Sociedad y Medio Ambiente

  5. Derecho

  6. Sistema Político y Gobiernos

La Ciudad de México se ubicó como la entidad más competitiva y la ciudad de Oaxaca como la menos competitiva. En cuanto al estado de Puebla, este se ubicó en la posición número veintiocho, es decir, en un nivel de competitividad media-baja.

El ICE, en términos generales, da a conocer las fortalezas y debilidades de los estados de nuestra República Mexicana. Este índice es un faro del cual deben partir el diseño de las políticas públicas que nos lleven a navegar en aguas favorables hacia un mejor puerto, con mayor inversión y desarrollo económico; en un barco seguro, con bienestar para todos y sin tener bajas en la tripulación durante la navegación hacia este mejor puerto.

¡Todo esto representa un gran reto! Un reto que nos lleva a concluir que hacer gobernanza es algo muy difícil, ya que diseñar políticas públicas con justicia para todos, tanto para las minorías como para las mayorías, implica tener las competencias necesarias para realizar un correcto análisis de todas las variables y el conocimiento de las metodologías que componen este índice.

Estamos por comenzar una nueva era de gobernanza en México, y resulta inevitable cuestionar si los funcionarios y legisladores electos que están por comenzar a gobernar realmente se postularon por estar calificados y contar con estas competencias y conocimientos para gobernar democráticamente, creando las políticas públicas que generarán bienestar y desarrollo económico para todos y sin distinción alguna. La respuesta inevitablemente también la sabemos: ¡solo algunos!

Entre estos que podemos calificar sin duda alguna con estas competencias y conocimientos están los perfiles que ya fueron dados a conocer y que formarán parte del gabinete de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, el gobernador electo del estado de Puebla, Alejandro Armenta, quien, además de su experiencia política a lo largo de 33 años, cuenta con una maestría en Administración Pública y se encuentra cursando un doctorado también en Administración Pública; y algunos otros futuros gobernantes y funcionarios que espero poder mencionar en siguientes columnas.

Pero ¿y la gran mayoría del resto de los legisladores y funcionarios, cuentan con estas competencias? ¡No, no lo están! Y no quedará más que la sociedad civil organizada hagamos ciudadanía, velando para que estos, nuestros representantes, cumplan cada una de sus propuestas de campaña y cada una de las palabras que salgan de su propia boca cuando tomen protesta: “PROMETO CUMPLIR Y HACER CUMPLIR LA CONSTITUCIÓN, LAS LEYES Y DESEMPEÑAR LA FUNCIÓN QUE SE ME HA ENCOMENDADO”, ya que de lo contrario, tengan por seguro que “LA NACIÓN Y EL ESTADO SE LOS DEMANDAREMOS”.

Hablando sobre competitividad estatal, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), desde el año 2006, ha venido publicando el Índice de Competitividad Estatal (ICE) para las 32 entidades federativas de la República Mexicana. Hace unas semanas, específicamente en mayo de este año, el IMCO presentó el Índice de Competitividad Estatal (ICE) 2024. El ICE se compone de seis subíndices:

  1. Innovación y Economía

  2. Infraestructura

  3. Mercado de Trabajo

  4. Sociedad y Medio Ambiente

  5. Derecho

  6. Sistema Político y Gobiernos

La Ciudad de México se ubicó como la entidad más competitiva y la ciudad de Oaxaca como la menos competitiva. En cuanto al estado de Puebla, este se ubicó en la posición número veintiocho, es decir, en un nivel de competitividad media-baja.

El ICE, en términos generales, da a conocer las fortalezas y debilidades de los estados de nuestra República Mexicana. Este índice es un faro del cual deben partir el diseño de las políticas públicas que nos lleven a navegar en aguas favorables hacia un mejor puerto, con mayor inversión y desarrollo económico; en un barco seguro, con bienestar para todos y sin tener bajas en la tripulación durante la navegación hacia este mejor puerto.

¡Todo esto representa un gran reto! Un reto que nos lleva a concluir que hacer gobernanza es algo muy difícil, ya que diseñar políticas públicas con justicia para todos, tanto para las minorías como para las mayorías, implica tener las competencias necesarias para realizar un correcto análisis de todas las variables y el conocimiento de las metodologías que componen este índice.

Estamos por comenzar una nueva era de gobernanza en México, y resulta inevitable cuestionar si los funcionarios y legisladores electos que están por comenzar a gobernar realmente se postularon por estar calificados y contar con estas competencias y conocimientos para gobernar democráticamente, creando las políticas públicas que generarán bienestar y desarrollo económico para todos y sin distinción alguna. La respuesta inevitablemente también la sabemos: ¡solo algunos!

Entre estos que podemos calificar sin duda alguna con estas competencias y conocimientos están los perfiles que ya fueron dados a conocer y que formarán parte del gabinete de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, el gobernador electo del estado de Puebla, Alejandro Armenta, quien, además de su experiencia política a lo largo de 33 años, cuenta con una maestría en Administración Pública y se encuentra cursando un doctorado también en Administración Pública; y algunos otros futuros gobernantes y funcionarios que espero poder mencionar en siguientes columnas.

Pero ¿y la gran mayoría del resto de los legisladores y funcionarios, cuentan con estas competencias? ¡No, no lo están! Y no quedará más que la sociedad civil organizada hagamos ciudadanía, velando para que estos, nuestros representantes, cumplan cada una de sus propuestas de campaña y cada una de las palabras que salgan de su propia boca cuando tomen protesta: “PROMETO CUMPLIR Y HACER CUMPLIR LA CONSTITUCIÓN, LAS LEYES Y DESEMPEÑAR LA FUNCIÓN QUE SE ME HA ENCOMENDADO”, ya que de lo contrario, tengan por seguro que “LA NACIÓN Y EL ESTADO SE LOS DEMANDAREMOS”.