/ viernes 4 de octubre de 2024

Conflicto árabe-israelí: ambos bandos tienen razón

Como nunca antes, los misiles iraníes cayeron por decenas sobre el territorio de la estrella de David, las imágenes de los soldados hebreos fueron mostraron un miedo que contrasta con la tradición victoriosa que han tendidos desde hace más de 7 décadas. Si no teníamos bastantes problemas en el mundo y en nuestro país, ahora un conflicto en Medio Oriente nuevamente pone en riesgo la paz mundial.

En una colaboración anterior mencioné que esta lucha posiblemente acabe con la extinción de uno de sus bandos, hipótesis que desgraciadamente se está comprobando al ver la actitud de los actores. Por un lado, tenemos al gobierno de Jerusalén, con una actitud más desafiante, al grado de no escuchar a sus aliados y declarar persona non grata al secretario general de la ONJU, por no tomar bando y condenar las acciones de los palestinos y/o árabes.

Este conflicto data desde 1948, cuando se creo el estado de Israel, para que al día siguiente se diera una declaración de guerra por parte de una coalición musulmana, después de eso tuvimos la guerra del Canal de Suez; la de los 6 Días; la del Yom Kipur y otras tantas batallas donde el saldo indiscutiblemente corresponde a los seguidores de la estrella de 6 picos.

En esta última edición, recordemos que, hace unos meses, hubo una incursión de integrantes de Hamas a territorio israelí, cometiendo toda una serie de atrocidades que fueron condenadas totalmente por Occidente, pero ahí también hay algo de sospecha, ya que justamente ese grupo terrorista fue reforzado por el propio Israel hace años y ahora quizá ese ataque pueda ser el pretexto para lanzar una ofensiva para destruir al enemigo totalmente. No sabemos, pero todo es posible.

Lo cierto es que a los ciudadanos de ambos pueblos o naciones se les enseña a odiarse desde niños, por una parte, tenemos a los israelís, quienes bajo la idea de la “tierra prometida”, se les asignó una parte de lo que hoy es Israel, territorio donde desde hace milenios también viven los árabes, quienes obviamente consideran que esto es una invasión y asumen que tienen el derecho de defenderse.

Los ataques han sido sumamente violentos y reiterados, las escenas de los niños palestinos arrojando piedras a los tanques con la estrella de David han sido cotidianas e igualmente improductivas para los seguidores de Alá.

También no podemos olvidar los apoyos de las potencias, por un lado los norteamericanos dando el hombro a los hebreos y por otro tuvimos a la Unión Soviética y hoy algunos de los países que no simpatizan con el bando occidental.

La razón, en este caso, tiene dos dueños, ya que ambos bandos tienen argumentos y ambos están defendiendo su derecho a vivir, en el entendido que la existencia del otro imposibilita o dificulta la propia, haciendo de esto un galimatías mortal en el cual hay muertos y afectados inocentes, como los niños que mueren en los bombardeos o los palestinos que toda su vida han estado en un campo de refugiados, quienes no conocen otro tipo de vida.

Según algunos testimonios recopilados, los árabes no se inmolan por la promesa de ir al cielo y tener 70 vírgenes, como lo dictan alguna de sus creencias, lo hacen porque sus familiares recibirán apoyos económicos, lo cual en una sociedad con muchas carencias es algo que se puede considerar como una oportunidad deseable, aunque cueste la vida.

Recordemos que la madre de los crímenes de odio es la generalización, así que pensar que todos los árabes son terroristas es equivocado; o que todos los israelís son ricos opresores también lo es, muchos palestinos y hebreos están en contra de las acciones de su gobierno, pero las hostilidades siguen y ésta última parece se el detonante. El funcionamiento del “Domo de hierro” y la “Honda de David”, nombre de los sistemas de defensa israelís, fue exigido al máximo y no sabemos si pronto habrá una nueva guerra oficial en este mundo que lamentablemente se está moviendo por el odio.

@vicente_aven