/ lunes 8 de abril de 2019

Corrupción, ignorancia y pobreza, los enemigos de México

Todas las ciencias tienen un denominador común: el hombre. Las ciencias sociales, las ciencias políticas, las humanidades, todas ellas se construyen para entender a los sujetos individuales o colectivos.

Es cierto que muchos de nuestros paisanos emigran para encontrar oportunidades de desarrollo en un país con una gran desigualdad en la repartición de la riqueza, también es cierto que quienes emigran por lo regular no son quienes tienen carreras universitarias o incluso preparación técnica, lo que los obligue a contratarse como braceros o ayudantes de lavaplatos, y para hacer trabajos que los norteamericanos no desean o no quieren hacer.

Es momento de pensar de otra manera; es decir, pensar en lo que no nos gusta o no deseamos y eso es una falla de pensar solamente en lo que nos gusta. Debemos reconocer que tenemos una educación que no nos permite estar a la altura de otros ciudadanos del mundo; debemos pensar que la decisión de votar por los partidos políticos o por los candidatos independientes es una responsabilidad que no asumimos correctamente, si un gobierno es un mal gobierno quiere decir que también nuestra decisión fue mala y que no hicimos tan bien como ciudadanos. En pocas palabras, debemos asumir que nuestra responsabilidad como ciudadanos nos ha llevado a esta crisis de grandes consecuencias, este es un resultado y no un origen, las personas emigran porque no tienen posibilidad de desarrollo, nadie se aleja de la familia por mero gusto sino obligado por las circunstancias.

También es más que cierto que las formas que utilizó el presidente de nuestro vecino país no son las correctas; sin embargo, debemos entender que es un país mucho más poderoso que México; y que si en el concierto internacional todos los países deben ser iguales también es cierto que a nuestro país no se le ve como un paladín de los derechos humanos, incluso recibimos un trato igual al que le dan a los inmigrantes que vienen del sur.

Podemos interponer demandas ante la ONU, como algún político sugiere; sin embargo, se olvida que cuando el Consejo de Seguridad emite sus votaciones, algunos países como Estados Unidos tienen la capacidad para evitar esas resoluciones del máximo mismo internacional.

Hay que ser realistas con nuestras circunstancias y firmes en nuestras convicciones; podemos y debemos ser en el mundo un país que asume las consecuencias de tener límites con una nación tan poderosa, y poder enarbolar las causas más justas de igualdad entre todas las naciones; algunos han dicho que México es Latinoamérica.

Yo pienso que los mexicanos somos ciudadanos como cualquiera de los ciudadanos del mundo, y que aspiramos a una vida mejor; pero que debemos empezar por casa, el enemigo no es Estados Unidos, el enemigo es la corrupción, la ignorancia y la pobreza en la que viven millones de nuestros compatriotas, así como la apatía que tenemos quienes poseemos conocimientos y riqueza para ayudar a los demás.

Magistrado del Tribunal Superior de Justicia.