Este 13 de septiembre se recuerda la batalla de Chapultepec a manos del ejército de los Estados Unidos, situación que desembocó en la pérdida de la mitad del territorio nacional de aquel entonces, ese hecho se ha considerado como la peor catástrofe que ha sufrido nuestro país, pero habría que analizar bien y preguntarnos cuál de todos los reveses ha sido el más nocivo.
Para quienes desean crear un nacionalismo nativo, la derrota máxima fue la caída de Tenochtitlan de 1521, afirmación que evidentemente está equivocada debido a que en ese entonces no existía nuestro país como tal, tuvieron que pasar 3 siglos para que por primera vez se hablara de México como nación, aunque eso también es algo muy confuso debido a la falta de unidad e identidad que reina hasta nuestros días.
Los fusilamientos de Vicente Guerrero y de Agustín de Iturbide también podrían ser considerados como tragedias, pero no constituyen un evento colectivo como tal.
Llegamos a la guerra contra los texanos, la cual se perdió por un error táctico y fue el antecedente de la invasión de los vecinos del norte, esto por un plan ya conocido y manifestado en el Destino Manifiesto y los deseos expansionistas. Hay que señalar que esa guerra se perdió por la falta de unidad, ya que no todas las entidades federativas lucharon contra los norteamericanos, inclusive hubo un grupo de poblanos llamado la Compañía Espía que colaboró con el enemigo.
Enrique Serna, el mejor escritor vivo que tiene nuestro país, afirma que Santa Anna efectivamente fue un patriota porque veía a la patria como una propiedad privada, así darle una calificación es complejo, más bien creo que él fue héroe, villano, centralista, federalista y, en general, todo lo bueno y lo malo que representa el mexicano.
Honrar sólo a los Niños Héroes es algo incompleto, ya que en ese momento se encontraban más cadetes, quienes recibieron la orden de retirarse y ellos decidieron enfrentar al enemigo, en eso radica el heroísmo y el reconocimiento, pero no solo a los cinco que nos indica la historia oficial, además de también tenemos a un personaje que ha sido olvidado y también defendió patrióticamente Chapultepec, me refiero al tlaxcalteca Felipe Santiago Xicoténcatl, quien ofrendó su vida al frente de un batallón.
Hay quien menciona que el imperio de Maximiliano fue un atentado contra la soberanía, sin embargo, muchos mexicanos lo apoyaron, además de que el proyecto de nación del Hasburgo tenía un proyecto de nación mucho mejor que el de algunos presidentes.
Personalmente creo que la peor derrota de nuestro país fue la Revolución Mexicana, en el entendido de que esta surgió por el desacuerdo de Porfirio Díaz y Washington, lo cual desembocó en el apoyo a Madero, quien no cumplió las expectativas de Estados Unidos y también fue derrocado mediante el Pacto de la Embajada. Ahí nuestro país perdió la paz social, tan necesaria después de las guerras decimonónicas, y la última oportunidad de ser una potencia. Para quienes dicen que el Porfiriato es cuestionable por las diferencias sociales profundas, falta de democracia y autoritarismo, habría que señalarles la situación socioeconómica actual, los pobres resultados de nuestro sistema electoral y los múltiples autoritarismos de diversos gobernantes.
Pensemos en otras calamidades, como las múltiples crisis y devaluaciones que fueron auténticas fábricas de pobres, lo cual es una derrota al pueblo como tal recordando que este no solo se remite a las clases desfavorecidas, sino a todos, lo cual incluye a los clasemedieros, millonarios, gente sumamente religiosa y conservadora.
También debemos asumir que las derrotas no deben circunscribirse solo a hechos militares y/o armados. Disfruten el puente, aunque la situación de la nación no está para festejos, hasta la próxima.
@vicente_aven
