/ martes 25 de junio de 2024

Cúpula / Alcaldes proclives a alianzas con el crimen

Al cierre de esta entrega dos presidentes municipales poblanos están en calidad de prófugos. El primero es Emiliano Vázquez Bonilla de Zapotitlán de Méndez acusado por participar en un asesinato y el segundo Álvaro Tapia Castillo de San Marcos Acteopan por el feminicidio de su esposa María Elianeth Sandoval.

Ambos casos tienen una amplia repercusión mediática; incluso en espacios nacionales.

La Fiscalía que encabeza el Doctor Gilberto Higuera Bernal habrá de actuar con mano firme y en breve plazo los homicidas serán detenidos. No tienen posibilidad alguna de evadirse.

El tema es que estos dos casos son la punta del iceberg, la expresión primitiva del proceder de otros alcaldes de la entidad.

En Amozoc es del dominio público que los hijos del complaciente alcalde Mario de la Rosa Romero circulan por las calles portando armas y se reúnen con hampones conocidos en la zona.

Ahora está en prisión Ignacio “Nacho” Salvador, ex presidente de Ajalpan, por sus nexos con la delincuencia organizada, pero en su momento se señaló que encabezaba reuniones con otros cinco ediles que tenían lazos criminales. Los pobladores los llamaron “el Cártel de la Sierra Negra”.

Durante años pobladores de Coyomeapan denunciaron asesinatos que tuvieron un trasfondo caciquil y político.

En días recientes un comando armado plagió a una mujer en el Hospital de Tlacotepec de Porfirio Díaz para horas después arrojar partes del cuerpo en un paraje de Zoquitlán. Los sicarios dejaron un mensaje en el que abiertamente amenazan al mando policiaco de San Miguel Eloxochitlán y a otros colaboradores de los hermanos Honor y Delfino Hernández, caciques de aquel municipio.

Es un hecho que varios alcaldes poblanos tienen una clara tendencia a aliarse con delincuentes. No tienen necesidad de hacerlo, tampoco se ven obligados, sin embargo, es evidente que gozan de mostrar vínculos con el brazo oscuro del crimen, los narcóticos y las armas de alto poder.

Un ejemplo equivalente lo representan Tania N. la diputada suplente y su amigo Juan de Dios Bravo quienes tampoco tenían necesidad de entablar lazos con un grupo criminal y no fueron presionados. Por su propia voluntad, por una disposición personal se convirtieron en apéndices locales del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Ella incluso sostuvo una relación sentimental con un capo conservando en el celular pruebas del apasionado romance.

Recalcamos, lo más grave es que los alcaldes de Zapotitlán de Méndez y de San Marcos Acteopan son la punta del iceberg, la parte visible de un turbio fenómeno que lleva a los hombres del poder municipal a tomar posturas criminales.

Frente a estos sucesos se deben reforzar las áreas de inteligencia política. Aquí es donde deben profundizar las investigaciones sobre las actividades extraoficiales de los ediles.

Estamos en un periodo de transición donde el gobierno de Sergio Salomón prepara la entrega y la administración de Alejandro Armenta aún no inicia. Astutamente esta fase de transición es la que los criminales utilizan para expandirse, para reforzar sus compromisos con los alcaldes salientes y tender puentes con los entrantes. En estos meses es cuando aparecen oscuros empresarios constructores y proveedores acompañados de guapas damas dispuestas a divertir a los ediles en ciernes.

Esta no es una película de Netflix. Es una realidad que ocurre en varios municipios poblanos.

Por el bien de la entidad es apremiante reforzar las áreas de inteligencia política.

X @CupulaPuebla

cupula99@yahoo.com

Al cierre de esta entrega dos presidentes municipales poblanos están en calidad de prófugos. El primero es Emiliano Vázquez Bonilla de Zapotitlán de Méndez acusado por participar en un asesinato y el segundo Álvaro Tapia Castillo de San Marcos Acteopan por el feminicidio de su esposa María Elianeth Sandoval.

Ambos casos tienen una amplia repercusión mediática; incluso en espacios nacionales.

La Fiscalía que encabeza el Doctor Gilberto Higuera Bernal habrá de actuar con mano firme y en breve plazo los homicidas serán detenidos. No tienen posibilidad alguna de evadirse.

El tema es que estos dos casos son la punta del iceberg, la expresión primitiva del proceder de otros alcaldes de la entidad.

En Amozoc es del dominio público que los hijos del complaciente alcalde Mario de la Rosa Romero circulan por las calles portando armas y se reúnen con hampones conocidos en la zona.

Ahora está en prisión Ignacio “Nacho” Salvador, ex presidente de Ajalpan, por sus nexos con la delincuencia organizada, pero en su momento se señaló que encabezaba reuniones con otros cinco ediles que tenían lazos criminales. Los pobladores los llamaron “el Cártel de la Sierra Negra”.

Durante años pobladores de Coyomeapan denunciaron asesinatos que tuvieron un trasfondo caciquil y político.

En días recientes un comando armado plagió a una mujer en el Hospital de Tlacotepec de Porfirio Díaz para horas después arrojar partes del cuerpo en un paraje de Zoquitlán. Los sicarios dejaron un mensaje en el que abiertamente amenazan al mando policiaco de San Miguel Eloxochitlán y a otros colaboradores de los hermanos Honor y Delfino Hernández, caciques de aquel municipio.

Es un hecho que varios alcaldes poblanos tienen una clara tendencia a aliarse con delincuentes. No tienen necesidad de hacerlo, tampoco se ven obligados, sin embargo, es evidente que gozan de mostrar vínculos con el brazo oscuro del crimen, los narcóticos y las armas de alto poder.

Un ejemplo equivalente lo representan Tania N. la diputada suplente y su amigo Juan de Dios Bravo quienes tampoco tenían necesidad de entablar lazos con un grupo criminal y no fueron presionados. Por su propia voluntad, por una disposición personal se convirtieron en apéndices locales del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Ella incluso sostuvo una relación sentimental con un capo conservando en el celular pruebas del apasionado romance.

Recalcamos, lo más grave es que los alcaldes de Zapotitlán de Méndez y de San Marcos Acteopan son la punta del iceberg, la parte visible de un turbio fenómeno que lleva a los hombres del poder municipal a tomar posturas criminales.

Frente a estos sucesos se deben reforzar las áreas de inteligencia política. Aquí es donde deben profundizar las investigaciones sobre las actividades extraoficiales de los ediles.

Estamos en un periodo de transición donde el gobierno de Sergio Salomón prepara la entrega y la administración de Alejandro Armenta aún no inicia. Astutamente esta fase de transición es la que los criminales utilizan para expandirse, para reforzar sus compromisos con los alcaldes salientes y tender puentes con los entrantes. En estos meses es cuando aparecen oscuros empresarios constructores y proveedores acompañados de guapas damas dispuestas a divertir a los ediles en ciernes.

Esta no es una película de Netflix. Es una realidad que ocurre en varios municipios poblanos.

Por el bien de la entidad es apremiante reforzar las áreas de inteligencia política.

X @CupulaPuebla

cupula99@yahoo.com