/ martes 2 de julio de 2024

Cúpula / Debacle de la oposición continuará durante años

Las cifras de la jornada electoral del 2 de junio fueron efecto de la maquinaria propagandista que se dirige directamente desde palacio nacional, pero también resultado de una oposición débil y carente de propuestas frente a la sociedad.

Basta ver a los mal llamados líderes de la oposición para percatarse de su baja estatura política. Alejandro Moreno Cárdenas del PRI, un dirigente aldeano que tomó el tricolor como su feudo personal rompiendo toda posibilidad de diálogo interno. Un titular de poca monta, sin visión de Estado, mucho menos de nación.

En el PAN, aquel partido que fuera la plataforma de líderes como Efraín González Luna, Luis H. Álvarez o Manuel de Jesús Clouthier Rincón, hoy está ocupada por Marko Cortés, un pequeño burócrata carente tanto de carisma como de miras. Solo es el administrador de una agencia de colocaciones donde se reparten candidaturas, pero ni remotamente tiene la visión combativa de un partido de oposición.

El PRD de ‘Los Chuchos’ representó el espectáculo de la decadencia. Paulatinamente a lo largo de los últimos años Jesús Ortega y Jesús Zambrano perdieron todo oficio político, se alejaron del contacto con la base social; dejaron de escuchar y se convirtieron en administradores de los recursos entregados por órganos electorales.

Vaya, hasta Dante Delgado de Movimiento Ciudadano o Manuel Velasco Coello del Verde supieron conducir mejor sus franquicias partidistas. ‘Los Chuchos’ demostraron incapacidad y una indolencia galopante. Ahí están los resultados.

Por supuesto el presidente López Obrador es un gran operador electoral, un hábil maestro para exacerbar los ánimos sociales, pero también se enfrentó a la oposición más débil que haya visto el país en los últimos años. Los llamados líderes aquí citados carecen de la estatura, de preparación, pero también de la vocación aguerrida tan necesaria en las lides políticas.

Frente a una raquítica oposición el partido del presidente se levantó como una ola que arrasó y devastó todo antagonismo al frente.

En este contexto histórico ¿cuáles son las posibilidades de que la oposición pueda reinventarse?

Durante los próximos años no tiene posibilidad alguna. No por el liderazgo que Claudia Sheinbaum pueda desarrollar, sino porque los dirigentes citados seguirán en sus cargos. Alejandro Moreno y Marko Cortés se niegan a soltar el presupuesto que reciben sus franquicias.

‘Los Chuchos’ no tardarán en buscar el registro de otro membrete que -tarde o temprano-, volverá a fracasar. Son políticos de escritorio que administran los recursos electorales, pero hace mucho tiempo dejaron de ser una opción fiable y proba para la sociedad.

Hoy son vistos como mercaderes y mercenarios. Nunca como opciones reales de cambio.

Mientras no surja otra generación que sepa encabezar las sentidas demandas sociales, la oposición solo será un contendiente de membrete, un párvulo competidor ante Morena.

El tema es desolador, sobre todo porque el país requiere urgentemente de contrapesos, de fuerzas que empujen un verdadero ejercicio democrático, de grupos que desde distintas trincheras se puedan constituir en un frente de contención.

De ninguna forma conviene que regresen los tiempos de un partido hegemónico y absoluto que pretenda conducir al país por décadas.

Obviamente tendrá que surgir una nueva generación que sepa dar la batalla, pero no será en los próximos años. Tendremos que esperar mejores tiempos.

Como siempre quedo a sus órdenes.

X @CupulaPuebla

cupula99@yahoo.com

Las cifras de la jornada electoral del 2 de junio fueron efecto de la maquinaria propagandista que se dirige directamente desde palacio nacional, pero también resultado de una oposición débil y carente de propuestas frente a la sociedad.

Basta ver a los mal llamados líderes de la oposición para percatarse de su baja estatura política. Alejandro Moreno Cárdenas del PRI, un dirigente aldeano que tomó el tricolor como su feudo personal rompiendo toda posibilidad de diálogo interno. Un titular de poca monta, sin visión de Estado, mucho menos de nación.

En el PAN, aquel partido que fuera la plataforma de líderes como Efraín González Luna, Luis H. Álvarez o Manuel de Jesús Clouthier Rincón, hoy está ocupada por Marko Cortés, un pequeño burócrata carente tanto de carisma como de miras. Solo es el administrador de una agencia de colocaciones donde se reparten candidaturas, pero ni remotamente tiene la visión combativa de un partido de oposición.

El PRD de ‘Los Chuchos’ representó el espectáculo de la decadencia. Paulatinamente a lo largo de los últimos años Jesús Ortega y Jesús Zambrano perdieron todo oficio político, se alejaron del contacto con la base social; dejaron de escuchar y se convirtieron en administradores de los recursos entregados por órganos electorales.

Vaya, hasta Dante Delgado de Movimiento Ciudadano o Manuel Velasco Coello del Verde supieron conducir mejor sus franquicias partidistas. ‘Los Chuchos’ demostraron incapacidad y una indolencia galopante. Ahí están los resultados.

Por supuesto el presidente López Obrador es un gran operador electoral, un hábil maestro para exacerbar los ánimos sociales, pero también se enfrentó a la oposición más débil que haya visto el país en los últimos años. Los llamados líderes aquí citados carecen de la estatura, de preparación, pero también de la vocación aguerrida tan necesaria en las lides políticas.

Frente a una raquítica oposición el partido del presidente se levantó como una ola que arrasó y devastó todo antagonismo al frente.

En este contexto histórico ¿cuáles son las posibilidades de que la oposición pueda reinventarse?

Durante los próximos años no tiene posibilidad alguna. No por el liderazgo que Claudia Sheinbaum pueda desarrollar, sino porque los dirigentes citados seguirán en sus cargos. Alejandro Moreno y Marko Cortés se niegan a soltar el presupuesto que reciben sus franquicias.

‘Los Chuchos’ no tardarán en buscar el registro de otro membrete que -tarde o temprano-, volverá a fracasar. Son políticos de escritorio que administran los recursos electorales, pero hace mucho tiempo dejaron de ser una opción fiable y proba para la sociedad.

Hoy son vistos como mercaderes y mercenarios. Nunca como opciones reales de cambio.

Mientras no surja otra generación que sepa encabezar las sentidas demandas sociales, la oposición solo será un contendiente de membrete, un párvulo competidor ante Morena.

El tema es desolador, sobre todo porque el país requiere urgentemente de contrapesos, de fuerzas que empujen un verdadero ejercicio democrático, de grupos que desde distintas trincheras se puedan constituir en un frente de contención.

De ninguna forma conviene que regresen los tiempos de un partido hegemónico y absoluto que pretenda conducir al país por décadas.

Obviamente tendrá que surgir una nueva generación que sepa dar la batalla, pero no será en los próximos años. Tendremos que esperar mejores tiempos.

Como siempre quedo a sus órdenes.

X @CupulaPuebla

cupula99@yahoo.com