/ martes 30 de julio de 2024

Cúpula / “El Mayo”, la agenda antidrogas se dicta en Washington

El trascendido dejó helado al gobierno mexicano. Durante horas guardaron un silencio lapidario.

La tarde del jueves 25 de julio comenzó a circular la versión de la captura de Ismael “El Mayo” Zambada García.

Periodistas que tienen información del crimen organizado dieron la primicia. En primer lugar Adela Navarro, directora del semanario Zeta de Tijuana, luego medios estadounidenses confirmaron la detención; filtraciones en medio de una bruma que aún no se despeja del todo.

La noche del jueves 25 funcionarios de Estados Unidos confirmaron la detención. Fue el Procurador General Merrick B. Garland quien aseguró que “El Mayo” estaba aprehendido en su país.

Han pasado varios días y aún no se conocen las entrañas de la captura del mítico narcotraficante.

Todo apunta que los hijos de Guzmán Loera, los llamados “Chapitos” fueron utilizados para tender una trampa a Zambada; lo invitaron a una reunión supuestamente afable y ahí fue detenido por agentes del Federal Bureau of Investigation, FBI. En este caso no se conoce la participación de la Drug Enforcement Administration, DEA. Tal parece que hubo una puja entre agencias para detener al principal capo mexicano.

En Washington se celebra la captura y se muestra como un trofeo de guerra. Un movimiento que aporta bonos a la candidatura de Kamala Harris.

Sin embargo, para la lectura nacional hay un tema medular y es el notorio distanciamiento entre las agencias estadounidenses y el gobierno de López Obrador. A estas alturas es evidente que una profunda zanja separa a dos gobiernos.

Estados Unidos detuvo al principal narcotraficante ignorando a las instituciones mexicanas. El mensaje es demoledor: la agenda antidrogas se dicta en Washington, no importa lo que diga México.

La administración de AMLO también atizó el fuego. Durante los últimos años vimos una serie de agravios contra Estados Unidos; las loas a Julian Assange; la alusión a desmantelar la Estatua de la Libertad; la negativa a expresar un público respaldo a Ucrania; pero sin duda la gota que derramó el vaso fue la presencia de militares rusos en el desfile el 16 de septiembre de 2023. En ese momento el gobierno de López se mostró como un aliado de Putin.

De manera paralela el gobierno mexicano cerró las puertas a las agencias estadounidenses. La colaboración con la DEA se redujo a un trato esencial.

Los resultados de esa fobia están a la vista. Desde Washington siguen apretando las tuercas del narcotráfico, con o sin la venia de México.

En medio de un acalorado proceso electoral en Estados Unidos los grupos políticos muestran acres diferencias, pero hay un tema une a republicanos y demócratas: detener con toda rudeza la expansión de los cárteles mexicanos.

Mientras en Washington es una prioridad poner un alto al narcotráfico, en México la estrategia de “los abrazos” nos muestra una realidad muy distinta. Así lo vemos en Chiapas, otrora entidad apacible hoy convertida en un campo de guerra. Cientos de mexicanos tienen que cruzar a Guatemala porque allá tienen mejores condiciones de seguridad.

La detención de “El Mayo” Zambada es un golpe demoledor a la imagen de López Obrador; un manotazo de calado hemisférico. Mientras el presidente aspira a convertirse en un líder internacional, casi un emblema sudamericano, desde Estados Unidos exhiben su complacencia con los grandes capos.

Para Washington, México es un narco estado y así lo acreditan en los hechos.

Como siempre quedo a sus órdenes.

cupula99@yahoo.com

El trascendido dejó helado al gobierno mexicano. Durante horas guardaron un silencio lapidario.

La tarde del jueves 25 de julio comenzó a circular la versión de la captura de Ismael “El Mayo” Zambada García.

Periodistas que tienen información del crimen organizado dieron la primicia. En primer lugar Adela Navarro, directora del semanario Zeta de Tijuana, luego medios estadounidenses confirmaron la detención; filtraciones en medio de una bruma que aún no se despeja del todo.

La noche del jueves 25 funcionarios de Estados Unidos confirmaron la detención. Fue el Procurador General Merrick B. Garland quien aseguró que “El Mayo” estaba aprehendido en su país.

Han pasado varios días y aún no se conocen las entrañas de la captura del mítico narcotraficante.

Todo apunta que los hijos de Guzmán Loera, los llamados “Chapitos” fueron utilizados para tender una trampa a Zambada; lo invitaron a una reunión supuestamente afable y ahí fue detenido por agentes del Federal Bureau of Investigation, FBI. En este caso no se conoce la participación de la Drug Enforcement Administration, DEA. Tal parece que hubo una puja entre agencias para detener al principal capo mexicano.

En Washington se celebra la captura y se muestra como un trofeo de guerra. Un movimiento que aporta bonos a la candidatura de Kamala Harris.

Sin embargo, para la lectura nacional hay un tema medular y es el notorio distanciamiento entre las agencias estadounidenses y el gobierno de López Obrador. A estas alturas es evidente que una profunda zanja separa a dos gobiernos.

Estados Unidos detuvo al principal narcotraficante ignorando a las instituciones mexicanas. El mensaje es demoledor: la agenda antidrogas se dicta en Washington, no importa lo que diga México.

La administración de AMLO también atizó el fuego. Durante los últimos años vimos una serie de agravios contra Estados Unidos; las loas a Julian Assange; la alusión a desmantelar la Estatua de la Libertad; la negativa a expresar un público respaldo a Ucrania; pero sin duda la gota que derramó el vaso fue la presencia de militares rusos en el desfile el 16 de septiembre de 2023. En ese momento el gobierno de López se mostró como un aliado de Putin.

De manera paralela el gobierno mexicano cerró las puertas a las agencias estadounidenses. La colaboración con la DEA se redujo a un trato esencial.

Los resultados de esa fobia están a la vista. Desde Washington siguen apretando las tuercas del narcotráfico, con o sin la venia de México.

En medio de un acalorado proceso electoral en Estados Unidos los grupos políticos muestran acres diferencias, pero hay un tema une a republicanos y demócratas: detener con toda rudeza la expansión de los cárteles mexicanos.

Mientras en Washington es una prioridad poner un alto al narcotráfico, en México la estrategia de “los abrazos” nos muestra una realidad muy distinta. Así lo vemos en Chiapas, otrora entidad apacible hoy convertida en un campo de guerra. Cientos de mexicanos tienen que cruzar a Guatemala porque allá tienen mejores condiciones de seguridad.

La detención de “El Mayo” Zambada es un golpe demoledor a la imagen de López Obrador; un manotazo de calado hemisférico. Mientras el presidente aspira a convertirse en un líder internacional, casi un emblema sudamericano, desde Estados Unidos exhiben su complacencia con los grandes capos.

Para Washington, México es un narco estado y así lo acreditan en los hechos.

Como siempre quedo a sus órdenes.

cupula99@yahoo.com