El gobernador Sergio Salomón se prepara para entregar la estafeta. En estas semanas se habrán de publicar los más variados análisis sobre su breve pero sustancial periodo gubernamental.
Sin duda estamos ante un episodio singular. En tan solo dos años Céspedes Peregrina hizo más obra pública que otras administraciones en todo un sexenio
Ahí están las mega obras educativas, Ciudad Universitaria 2 y el edificio del Instituto Politécnico Nacional (IPN); el inmueble Voca 20; cuatro instalaciones para la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y 84 edificios para universidades en el interior del estado que ya son parte de su legado.
El rasgo medular es el sello de armonía que caracteriza al mandatario.
Sergio Salomón no deja heridos. En estos dos años no hubo “atropellados” políticos. Jamás insultó o denostó a persona o grupo alguno. En sus expresiones siempre se condujo con respeto a todas las fuerzas, protagonistas y activos de la clase política.
Lo mismo para los ex gobernadores o los presidentes municipales de las zonas serranas Céspedes siempre tuvo una actitud de respeto hacia todos. Nunca expresó un agravio o descalificación. Por el contrario, un trato afable marcó todas sus relaciones institucionales y personales.
El rasgo medular, central del periodo de Céspedes es su inteligencia política. En pocos días aprendió el difícil, el complicado oficio de ser gobernador. Su arribo al poder Ejecutivo se debió a un hecho súbito e imprevisto, pero hoy es evidente que aquel legislador local ya estaba preparado para asumir la más alta responsabilidad del estado.
Es claro que Sergio Salomón ya llevaba bajo el brazo el largo proyecto de convertirse en gobernador de Puebla. Cuando circunstancias fortuitas lo favorecieron aquel conocimiento que preparó durante años explotó en proyectos concretos.
Su atinada y equilibrada gestión refleja que desde hace lustros se preparó para llegar a la más alta encomienda a la que puede aspirar un político poblano.
Esta eficiencia administrativa le valió el reconocimiento de la esfera nacional. Desde la presidencia de la República así se expresó y por la misma razón fue invitado a sumarse a un cargo en el próximo gabinete federal. Estamos ante de un gobernador poblano que en breve terminará su gestión para seguir ascendiendo en el escalafón nacional.
El futuro de Sergio Salomón es promisorio e incluso ya se menciona un hipotético retorno a la gubernatura en el 2030. Hasta el momento solo son especulaciones. Pero es evidente que las puertas de todos los grupos sociales estarán abiertas para quien hizo de su función un ejercicio de cordialidad y urbanidad.
La gestión de Sergio Salomón debe entenderse como un periodo de política pura. Así tal cual. Atendió todas las regiones de la entidad; en un tiempo récord realizó obras en la gran mayoría de los 217 municipios; recibió a todos los alcaldes para atender sus solicitudes.
En este periodo tuvo el apoyo de colaboradores que fueron un respaldo medular. Entre los miembros de su equipo destaca el Secretario de Gobernación Javier Aquino Limón. Se debe subrayar que se trata del funcionario mejor informado del estado. Nadie tiene el pulso de todas y cada una de las regiones.
Aquino es sin duda el titular de Gobernación más destacado que ha tenido Puebla en los últimos sexenios. En la próxima administración tendrá a su cargo la Secretaría del Bienestar, pero el área que domina completamente es la información política del estado.
Aquino también tiene un futuro promisorio.
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