/ martes 10 de septiembre de 2024

Cúpula / La polarización es opuesta a la grandeza

Este martes 10 de septiembre se votará en el pleno de la Cámara de Senadores la llamada “reforma judicial” que básicamente pretende maniatar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y los tribunales federales a la dictadura del populismo.

Cualquier abogado sin experiencia solo tendrá que presentar cartas de sus vecinos para ser candidato a ocupar un juzgado federal.

Busquemos un símil, un equivalente; esto representa elegir a los directores de centros médicos y hospitales por voto popular. Bajo esa lógica, el titular del Centro Médico Nacional Siglo XXI o del hospital nacional de Neurología y Neurocirugía también podrían ser electo por decisión popular.

La medida es un retroceso que golpeará al país no solo a nivel nacional sino incluso en el concierto global. Si la controvertida reforma se aprueba las repercusiones en las relaciones de comercio exterior se sentirán en los meses y años por venir.

Lejos de incentivar un mayor nivel académico o una rigurosa evaluación ética en los jueces, se está promoviendo su improvisación. En absoluto se alienta una depuración en las acciones judiciales, solo se busca politizar su proceder. El retroceso es salvaje. Y subrayamos los efectos se sentirán hasta el próximo sexenio.

Sin embargo desde este momento un fenómeno ya golpea la menguada estabilidad social. Hoy vemos un país polarizado, enfrentado por una polémica estrictamente política que atiza los ánimos emocionales de grupos que ni remotamente entienden la trascendencia jurídica de esta reforma.

Un escenario en el que vemos a mexicanos confrontados con mexicanos. Algunos como Miguel Carbonell hablan en un lenguaje técnico jurídico, citan tesis internacionales, en tanto que otros solo aluden a las progenitoras de los ministros de la Corte.

Argumentos de unos y otros reflejan una sociedad polarizada y llena de encono. Ningún gobernante con cordura emocional puede festinar este ánimo de efervescencia y discrepancia. Estamos ante una nación fracturada de manera premeditada.

La polarización nunca será hermana de la grandeza, por el contrario.

Los grandes estadistas de la historia animaron y exaltaron la unidad nacional. Lo mismo Juárez que Cárdenas Sus llamados eran en favor de la construcción de instituciones, no de la demolición de las mismas.

Hoy presenciamos un cierre de sexenio con ánimos exaltados como no se veían en la historia del México de las instituciones.

En varias tribunas se ha hecho la pregunta: ¿Por qué la prisa? ¿Por qué López Obrador urge al poder legislativo a sacar adelante la reforma judicial antes de su salida?

Tal parece que en el fondo considera que Claudia Sheinbaum podría no seguir sus indicaciones al pie de letra. Supone que existe el riesgo de que la reforma pudiera terminar en la congeladora.

Sabe que los asesores de Claudia son académicos y científicos que no comparten su visión de la reforma judicial. Por esto la prisa. Porque no se quiere arriesgar a que su legado quede detenido en el proceso de transición. Tal parece que la confianza no es tanta.

También se debe subrayar otro factor a considerar. Quienes están operando la reforma en la Cámara de Senadores son dos damnificados del lopezobradorismo. Tanto Adán Augusto López como Ignacio Mier Velazco padecieron en carne propia el voluble carácter presidencial. Ambos están lastimados y agraviados por las decisiones que se tomaron en Palacio Nacional.

Las siguientes horas serán una prueba de su institucionalidad.

Como siempre quedo a sus órdenes.

cupula99@yahoo.com

Este martes 10 de septiembre se votará en el pleno de la Cámara de Senadores la llamada “reforma judicial” que básicamente pretende maniatar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y los tribunales federales a la dictadura del populismo.

Cualquier abogado sin experiencia solo tendrá que presentar cartas de sus vecinos para ser candidato a ocupar un juzgado federal.

Busquemos un símil, un equivalente; esto representa elegir a los directores de centros médicos y hospitales por voto popular. Bajo esa lógica, el titular del Centro Médico Nacional Siglo XXI o del hospital nacional de Neurología y Neurocirugía también podrían ser electo por decisión popular.

La medida es un retroceso que golpeará al país no solo a nivel nacional sino incluso en el concierto global. Si la controvertida reforma se aprueba las repercusiones en las relaciones de comercio exterior se sentirán en los meses y años por venir.

Lejos de incentivar un mayor nivel académico o una rigurosa evaluación ética en los jueces, se está promoviendo su improvisación. En absoluto se alienta una depuración en las acciones judiciales, solo se busca politizar su proceder. El retroceso es salvaje. Y subrayamos los efectos se sentirán hasta el próximo sexenio.

Sin embargo desde este momento un fenómeno ya golpea la menguada estabilidad social. Hoy vemos un país polarizado, enfrentado por una polémica estrictamente política que atiza los ánimos emocionales de grupos que ni remotamente entienden la trascendencia jurídica de esta reforma.

Un escenario en el que vemos a mexicanos confrontados con mexicanos. Algunos como Miguel Carbonell hablan en un lenguaje técnico jurídico, citan tesis internacionales, en tanto que otros solo aluden a las progenitoras de los ministros de la Corte.

Argumentos de unos y otros reflejan una sociedad polarizada y llena de encono. Ningún gobernante con cordura emocional puede festinar este ánimo de efervescencia y discrepancia. Estamos ante una nación fracturada de manera premeditada.

La polarización nunca será hermana de la grandeza, por el contrario.

Los grandes estadistas de la historia animaron y exaltaron la unidad nacional. Lo mismo Juárez que Cárdenas Sus llamados eran en favor de la construcción de instituciones, no de la demolición de las mismas.

Hoy presenciamos un cierre de sexenio con ánimos exaltados como no se veían en la historia del México de las instituciones.

En varias tribunas se ha hecho la pregunta: ¿Por qué la prisa? ¿Por qué López Obrador urge al poder legislativo a sacar adelante la reforma judicial antes de su salida?

Tal parece que en el fondo considera que Claudia Sheinbaum podría no seguir sus indicaciones al pie de letra. Supone que existe el riesgo de que la reforma pudiera terminar en la congeladora.

Sabe que los asesores de Claudia son académicos y científicos que no comparten su visión de la reforma judicial. Por esto la prisa. Porque no se quiere arriesgar a que su legado quede detenido en el proceso de transición. Tal parece que la confianza no es tanta.

También se debe subrayar otro factor a considerar. Quienes están operando la reforma en la Cámara de Senadores son dos damnificados del lopezobradorismo. Tanto Adán Augusto López como Ignacio Mier Velazco padecieron en carne propia el voluble carácter presidencial. Ambos están lastimados y agraviados por las decisiones que se tomaron en Palacio Nacional.

Las siguientes horas serán una prueba de su institucionalidad.

Como siempre quedo a sus órdenes.

cupula99@yahoo.com