La percepción social es positiva para la próxima administración estatal. Los poblanos demandan estabilidad. Los tiempos convulsos solo generaron caos; de manera particular en los municipios del interior.
La acre puja de 2018 entre el morenovallismo y el morenismo; la resolución del tribunal federal y a los pocos días la caída del helicóptero Agusta; el interinato de Pacheco Pulido; el arribo de Barbosa Huerta, su imprevisto deceso y finalmente la unción de Sergio Salomón que brindó dos años de estabilidad política, hacen que los grandes sectores sociales pidan que ese equilibrio continúe.
La sociedad se identifica estrechamente con los acontecimientos políticos. Se sacude ante los tiempos convulsos y también anhela un estado de armonía.
Frente al contexto de los años recientes, en el escenario poblano hay un voto de confianza por los nuevos tiempos que se avecinan.
Se debe añadir que en el interior del estado el nombramiento de oficiales de la Marina Armada como titulares de Seguridad Pública ha generado una corriente de opinión favorable.
Durante los últimos años los alcaldes fueron inoperantes e incluso indiferentes ante las crisis delictivas de sus municipios. Eso sucedió desde la Zona Metropolitana de Puebla (ZMP) hasta comunidades serranas.
Para los habitantes de regiones críticas esto no puede continuar. Deben aplicarse mecanismos de coacción sobre los presidentes municipales que se cruzan de brazos ante la delincuencia.
En horas recientes trascendió la ejecución de Pedro Corona Soledad y Javier Corona Cruz, dos ciudadanos de Amozoc que fueron ‘levantados’ por un comando armado; horas después encontraron sus cuerpos desmembrados. Los indicios señalan que ambos hombres estaban relacionados con la venta de “huachigas”, combustible extraído de manera ilegal, pero sobre todo ambos eran muy cercanos al ex alcalde Mario de la Rosa evidenciando turbios nexos.
Durante los últimos dos sexenios varios municipios fueron testigos del empoderamiento de criminales cobijados por el partido Pacto Social de Integración (PSI). La indignación ciudadana fue evidente. Sin embargo, los dirigentes del referido membrete jamás se movieron de esa abierta colusión.
En otro punto de la geografía poblana, en la Sierra Negra aparecieron gavillas de pistoleros que son el brazo amenazador de presidentes municipales.
Basta recordar al llamado “Cártel de la Sierra Negra” conducido por Ignacio “Nacho” Salvador, ex presidente de Ajalpan, actualmente recluido en prisión; Leoncio González Mendoza ex alcalde de San Miguel Eloxochitlán quien está en calidad de desaparecido y David Celestino Rosas ex edil de Coyomeapan y hermano de Araceli, actual diputada local por uno de los distritos de Tehuacán.
Aunque aquella funesta trilogía ya fue desactivada, otros ediles siguieron el ejemplo de imponerse a través de grupos armados, incluso tienen un campo de entrenamiento para sicarios.
Hoy se espera que la presencia de oficiales de la Marina sea un freno para aquellos grupos políticos que se coluden con criminales.
El voto de confianza que los sectores sociales le brinda a los efectivos navales es considerable. En algunos municipios fueron recibidos como si fueran estrellas del espectáculo. La población salió a las calles para verlos.
Por años los ciudadanos se sintieron desamparados frente a la complicidad entre presidentes municipales y grupos delictivos.
Hoy se percibe un ambiente de confianza y esperanza.
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