Lo que está viviendo el ayuntamiento de Puebla con el recorte de las participaciones federales, no solo supone un reto para salir adelante con docenas de millones de pesos menos, sino también el momento de replantearse la peligrosa dependencia de los municipios del erario federal.
Apenas el miércoles de la semana pasada, la Secretaría de Planeación y Finanzas notificó a los 217 ayuntamientos de Puebla que habrá una reducción del 44 por ciento en sus ingresos en noviembre de este año.
La secretaría explicó que el estado de Puebla tuvo “diferencias negativas” en el Fondo General de Participaciones, por 1 mil 428 millones 903 mil 864 pesos.
En español: la Secretaría de Hacienda federal está haciendo agua para terminar el año.
En el más puro estilo “a lo chino”, el ajuste se aplicará el viernes 29 de noviembre próximo, cuando corresponda la entrega del Fondo General de Participaciones.
Si revisa uno los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo (Coneval) y se buscan los municipios poblanos con las peores condiciones en términos de pobreza, se podrá identificar la magnitud del problema.
Los recursos que estos municipios poblanos recibirán en 2025 son de alarido: Coyomeapan, 52.9 millones de pesos; Chiconcuautla, 56.3 millones; Eloxochitlán, 47.2 millones; Huitzilan de Serdán, 45.8; Olintla, 45.9; San Sebastián Tlacotepec, 54 millones; Teopantlán, 18.1 millones; Tepango de Rodríguez, 18; Vicente Guerrero, 74.5 y, Zoquitlán, 70.9 millones.
Habrá que considerar los casos de dos municipios en los que más de la mitad de su población es pobre en extremo: Eloxochitlán, 60.9 por ciento y, San Sebastián Tlacotepec, con 50.7 por ciento.
Como sea, es de terror el presupuesto de Teopantlán y Tepango con menos de 19 millones de pesos. Estos municipios no solo viven al día, sino que se las ven negras para atender los compromisos básicos que entraña la atención a una población que justamente por sus carencias, no pueden ni deben quedarse sin los servicios y atenciones que reciban de sus ayuntamientos.
No debe olvidarse para el registro un elemento más. Con el recorte de las participaciones federales, el ayuntamiento de Puebla no recibirá alrededor de 40 millones de pesos. Eso significa que el recorte a la capital equivale al presupuesto de todo un año de Teopantlán y Tepango de Rodríguez, juntos.
En el caso de la Angelópolis, José Chedraui marcó sin demasiadas dificultades adonde no se puede recortar el gasto, como pavimento, bacheo, iluminación, drenaje y seguridad. Por supuesto, para todos queda claro que el presupuesto para bachear jamás será suficiente, por más que se le quiera agregar.
Revisando datos de las participaciones federales que llegan por distintas partidas a los municipios del país, la realidad es que éstos dependen en forma alarmante de la federación para poder vivir. Casi 9 pesos de cada 10 que manejan los municipios, son recursos provenientes de Hacienda.
El recorte del 44 por ciento lanza una prioridad en términos de políticas públicas.
Se busca la forma de generar recursos propios y paliar un poco esa peligrosa dependencia o se vivirá al vaivén presupuestal de un ogro filantrópico que no solamente se está quedando sin dinero, sino que de un coletazo puede poner de rodillas a un municipio.
Ese es el reto. Lo demás, es lo de menos.
De las anécdotas que se cuentan
A pesar de que Acción Nacional definió que será en asamblea de su Consejo Estatal como elegirá en diciembre a su próximo presidente estatal y comité, no hay que dejar fuera el factor Mundo Tlatehui.
El expresidente de San Andrés Cholula no participará como candidato a la presidencia panista como en su momento anunció, exigió una consulta a la militancia, lo que no procedió.
La nueva dirigencia nacional le propuso a Tlatehui que haga trabajo político en Puebla.
Valoran sus resultados electorales y lo consideran clave para sumar a municipios que no comparten la posición de Eduardo Rivera y de su grupo.
Esa es la razón para observar cómo trabaja y opera Mundo Tlatehui, el factor azul.
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