/ sábado 2 de marzo de 2019

Día de la Cero Discriminación

El pasado 1 de marzo se conmemoró el Día de la Cero Discriminación, esta fecha fue establecida por ONUSIDA para recordarnos que nadie debe ser discriminado debido a su edad, sexo, identidad de género, orientación sexual, discapacidad, raza, etnia, idioma, estado de salud (incluido el VIH), ubicación geográfica, situación económica o estado migratorio, o por cualquier otra razón.

El primer Día para la Cero Discriminación se celebró el 1 de marzo de 2014, se enfoca en representar una oportunidad para que todas las personas del mundo levanten su voz para luchar contra la discriminación.

La discriminación, explica ONUSIDA, puede darse en cualquier lugar y hacia cualquier persona. También, tiene un efecto negativo en la sociedad, ya que discriminar a las personas por motivos raciales causa sufrimiento individual y debilita la cohesión social.

Según un comunicado de prensa de ONUSIDA, en 2018 diversos países tomaron decisiones históricas encaminadas a cambiar las leyes y los proyectos de ley discriminatorios. El Tribunal Supremo de la India derogó el artículo 377 del Código Penal, que tipificaba como delito las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo; Filipinas rebajó la edad de consentimiento para someterse a las pruebas voluntarias del VIH sin necesidad de obtener el consentimiento de un progenitor o tutor a 15 años; y Malawi eliminó de un proyecto de ley las disposiciones que criminalizaban la ocultación del estado serológico, la exposición al VIH y la transmisión del virus.

Por lo anterior, en este año con motivo del Día de la Cero Discriminación, ONUSIDA recuerda la igualdad de dignidad y valor de todas las personas, tal como se establece en la Declaración Universal de Derechos Humanos, y hace un llamado a la acción para cambiar las leyes y prácticas discriminatorias, que constituyen un obstáculo considerable para el acceso a los servicios de salud y a otros servicios.

En muchos países, las leyes crean diferencias en el trato entre personas, por lo que muchos quedan excluidos de los servicios básicos o sufren restricciones en su manera de vivir. Dichas leyes son discriminatorias; niegan los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Los Estados tienen la obligación moral y legal de eliminar las leyes discriminatorias y aprobar otras que protejan a las personas. Esto se encuentra asentado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los tratados sobre los derechos humanos, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y en otros compromisos internacionales.

Tras un llamado de la sociedad civil en 2017 para agilizar y ampliar la actuación contra la discriminación, ONUSIDA, ONU Mujeres, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Red Mundial de Personas que viven con el VIH, acordaron organizar de manera conjunta la Asociación Mundial para Eliminar Todas las Formas de Estigma y Discriminación asociados al VIH. La asociación se fundó el 10 de diciembre de 2018, en el 70º aniversario de la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

ONUSIDA propone medidas concretas que las personas, las organizaciones de la sociedad civil, los parlamentarios y las organizaciones donantes pueden adoptar para modificar las leyes discriminatorias. Dichas medidas engloban desde ser un aliado de las personas afectadas por la legislación discriminatoria hasta unirse a una organización no gubernamental, proponer modificaciones a las leyes y exigir exámenes legislativos.

De manera individual, hay muchas maneras en que podemos combatir la discriminación: hablar cuando vemos algo que está mal, aumentar la sensibilización, apoyar a las personas que han sido objeto de discriminación y mostrar los beneficios de la diversidad.

monserrat.publicaciones@gmail.com