/ jueves 19 de septiembre de 2024

Dispositivos móviles: ladrones de vida con distintos modos

Si alguien recuerda las series o películas que mostraban la tecnología del espionaje de la Guerra Fría, seguramente habrán comparado esos gadgets con lo sucedido recientemente en el Líbano. Pienso ahora en las grandes capacidades de los relojes de James Bond, cuyo funcionamiento solo podía existir en la mente de los productores, también fui estudioso de los muy diversos métodos que se intentaron para matar a Fidel Castro, cuya variedad fue notable y sorpresiva, por ejemplo, la corbata que expulsaba una especie de spray tóxico, como si fuera un insecticida para humanos.

Muchos nos hemos sorprendido con los videos que muestran como estallan los beepers al interior de un supermercado, amén de los miles de heridos que se han causado y los fallecidos provenientes de este ataque.

Para los que no ubican qué es un beeper, les diré que es un dispositivo pequeño, muy usado hace décadas con el fin de mandar mensajes a una persona, la cual veía una pantalla monocromática que contenía un texto que tenía que ser mandado mediante una central telefónica, este aparato era muy usado por los médicos y abogados, ya que las emergencias no tienen horario. Obviamente con la llegada de los celulares, los mensajes se mandaron mediante el teléfono, dejando en el pasado a los radiolocalizadores, sin embargo, por su tecnología menos sofisticada, son menos propensos al error, por lo que todavía se siguen utilizando. Hungría es el país que fabrica estas cajitas de plástico, cuyo uso fue adoptado por Hezbolá, supuestamente para no ser interceptados en las comunicaciones por el ejército de Israel. Lo sorprendente es el modo en cómo pudieron hacer detonar las baterías, ya sea sobrecalentándolas y modificándolas deliberadamente mediante la adaptación de un explosivo plástico, lo cual requiere una sofisticación tecnológica que el mismo agente 007 envidiaría totalmente.

No es nuevo que en dispositivo de comunicación haya una bomba escondida, desde los días de los teléfonos de marcaje con disco esto existe, como se vio en la película Múnich, donde unos agentes israelís son mandados a vengar a los atletas muertos de los Juegos Olímpicos de 1972, cinta que se basó en hechos reales.

También hemos visto casos de celulares que explotan por un fallo en la batería, situación que puede causar quemaduras graves e incluso la muerte.

Amén de que un dispositivo móvil pueda ser una especie de bomba, también no podemos olvidar que no es necesario que exista fuego para robar la vida, también tenemos una notable distracción que tienen personas de todas las edades, pero especialmente los adolescentes a estos artefactos, es muy lamentable ver cómo un estudiante está pendiente de la pantalla casi de un modo 24/7, experimentando una ansiedad total cuando no tiene su celular o no revisa sus redes sociales.

Inclusive yo he llegado apreciar una especie de enajenación en quien no suelta el teléfono de la mano, ni siquiera para hacer actividades cotidianas o simples como servirse un vaso de agua o ir al baño. Hemos visto casos de jóvenes que llegan a asesinar a sus padres porque les retiran el celular o el wifi, manifestando una violencia inconmensurable.

Desgraciadamente muchas personas les dieron un celular en lugar de una sonaja, haciéndolos dependientes totalmente, como si se tratara de una droga, es más, hay adultos que juegan con su smartphone en horas de trabajo, descanso y hasta sueño.

Las redes sociales crean falsos percepciones de la realidad y fomentan sentimientos negativos como la baja autoestima o un narcisismo que se torna obsceno, esto amén de la enorme manipulación que puede darse por otro tipo de factores.

Lo he dicho en anteriores ocasiones, darle un celular a un bebé o niño es un auténtico crimen, ya basta de asumir que una tableta o internet mejorará la educación. Tengamos cuidado y estemos concientes de los grandes riesgos que puede tener un dispositivo móvil. Hasta la próxima.

@vicente_aven

Si alguien recuerda las series o películas que mostraban la tecnología del espionaje de la Guerra Fría, seguramente habrán comparado esos gadgets con lo sucedido recientemente en el Líbano. Pienso ahora en las grandes capacidades de los relojes de James Bond, cuyo funcionamiento solo podía existir en la mente de los productores, también fui estudioso de los muy diversos métodos que se intentaron para matar a Fidel Castro, cuya variedad fue notable y sorpresiva, por ejemplo, la corbata que expulsaba una especie de spray tóxico, como si fuera un insecticida para humanos.

Muchos nos hemos sorprendido con los videos que muestran como estallan los beepers al interior de un supermercado, amén de los miles de heridos que se han causado y los fallecidos provenientes de este ataque.

Para los que no ubican qué es un beeper, les diré que es un dispositivo pequeño, muy usado hace décadas con el fin de mandar mensajes a una persona, la cual veía una pantalla monocromática que contenía un texto que tenía que ser mandado mediante una central telefónica, este aparato era muy usado por los médicos y abogados, ya que las emergencias no tienen horario. Obviamente con la llegada de los celulares, los mensajes se mandaron mediante el teléfono, dejando en el pasado a los radiolocalizadores, sin embargo, por su tecnología menos sofisticada, son menos propensos al error, por lo que todavía se siguen utilizando. Hungría es el país que fabrica estas cajitas de plástico, cuyo uso fue adoptado por Hezbolá, supuestamente para no ser interceptados en las comunicaciones por el ejército de Israel. Lo sorprendente es el modo en cómo pudieron hacer detonar las baterías, ya sea sobrecalentándolas y modificándolas deliberadamente mediante la adaptación de un explosivo plástico, lo cual requiere una sofisticación tecnológica que el mismo agente 007 envidiaría totalmente.

No es nuevo que en dispositivo de comunicación haya una bomba escondida, desde los días de los teléfonos de marcaje con disco esto existe, como se vio en la película Múnich, donde unos agentes israelís son mandados a vengar a los atletas muertos de los Juegos Olímpicos de 1972, cinta que se basó en hechos reales.

También hemos visto casos de celulares que explotan por un fallo en la batería, situación que puede causar quemaduras graves e incluso la muerte.

Amén de que un dispositivo móvil pueda ser una especie de bomba, también no podemos olvidar que no es necesario que exista fuego para robar la vida, también tenemos una notable distracción que tienen personas de todas las edades, pero especialmente los adolescentes a estos artefactos, es muy lamentable ver cómo un estudiante está pendiente de la pantalla casi de un modo 24/7, experimentando una ansiedad total cuando no tiene su celular o no revisa sus redes sociales.

Inclusive yo he llegado apreciar una especie de enajenación en quien no suelta el teléfono de la mano, ni siquiera para hacer actividades cotidianas o simples como servirse un vaso de agua o ir al baño. Hemos visto casos de jóvenes que llegan a asesinar a sus padres porque les retiran el celular o el wifi, manifestando una violencia inconmensurable.

Desgraciadamente muchas personas les dieron un celular en lugar de una sonaja, haciéndolos dependientes totalmente, como si se tratara de una droga, es más, hay adultos que juegan con su smartphone en horas de trabajo, descanso y hasta sueño.

Las redes sociales crean falsos percepciones de la realidad y fomentan sentimientos negativos como la baja autoestima o un narcisismo que se torna obsceno, esto amén de la enorme manipulación que puede darse por otro tipo de factores.

Lo he dicho en anteriores ocasiones, darle un celular a un bebé o niño es un auténtico crimen, ya basta de asumir que una tableta o internet mejorará la educación. Tengamos cuidado y estemos concientes de los grandes riesgos que puede tener un dispositivo móvil. Hasta la próxima.

@vicente_aven