/ viernes 23 de agosto de 2024

Educación y cultura / La conducta de los niños

La desobediencia en los niños es muy clara y rotunda, porque se niegan a cumplir las órdenes de los padres de familia, esto motiva el cambio de la conducta que se hace más a capricho y no quieren hacer lo que se les pide, desafiando la autoridad.

Se opina, que este tipo de cambio de la conducta es una rebeldía fácilmente detectable, en donde los padres deben estar alertas en estos cambios tan drásticos que tienen los hijos.

En otras ocasiones el cambio de conducta puede ser de una forma más específica en donde los niños no obedecen, y hacen como si no hubieran escuchado, justificando con alguna otra situación totalmente diferente.

Los niños repiten reiteradamente con una respuesta positiva, para no tener que escuchar otra orden más, que altere sus planes que tienen, para no cumplir con lo que les fue pedido que realicen.

Los niños buscan pretextos para no hacer lo solicitado por las órdenes de los padres de familia o los mayores, cambiando su comportamiento con más agresividad.

Cuando los niños se comportan de una forma inadecuada, los padres deben tener mayor atención a los cambios que se están presentando, para buscar la forma para corregirlos, regañarlos o castigarlos.

La capacidad de razonamiento de los niños se empieza a desarrollar cuando entran a los 8 años de edad, y protestan por todas las órdenes que reciben incluyendo las sencillas, que son impuestas por los padres o por las personas que los cuidan.

Los niños que cambian su conducta, ante una orden, es cuando ellos están haciendo una actividad más agradable a sus intereses, y no oyen lo que les están pidiendo, porque están distraídos en otra ocupación.

Los padres, repiten varias veces las órdenes para que los niños las obedezcan, y ellos cambian su conducta de acuerdo a su conveniencia, simulando que no han escuchado nada, antes de responder a tal indicación.

Los expertos consideran que hay varios consejos a los padres de familia, para facilitar la etapa de cambio de conducta de los niños, estableciendo un dialogo y acuerdo entre ambas partes. Si se practican constantemente las relaciones padres e hijos serán mejores, evitando confrontaciones que lo único a lo que se llega es a un distanciamiento más profundo.

Los padres o las personas que los cuidan antes de pedirles algo o darles una orden, deben de presentarles dos opciones a los niños para que escojan una, así se llega a un acuerdo sin que sea un conflicto, por ejemplo, decirles a los niños: “barres la casa” o preguntarles ¿si quieren barrer la casa? Plantéales dos opciones “pones la mesa o lavas los platos” Con esto no es necesario darles muchas indicaciones y posiblemente escojan una más agradable a sus intereses.

Las instrucciones deben ser sencillas, en pocas palabras, que sea comprensible a los niños y entiendan muy bien lo que tienen que realizar, sin llegar a la desobediencia.

No es necesario darles muchas instrucciones a la vez, y esperar que organice sus acciones a cumplir, para después recibir otras más.

Siempre las indicaciones deben ser precisas, en una forma clara, en un tono de voz agradable, que las entienda el niño en forma esencial y saber que tiene que hacer. Su conducta ira cambiando y será más conveniente todo.

*Doctor en Educación.


La desobediencia en los niños es muy clara y rotunda, porque se niegan a cumplir las órdenes de los padres de familia, esto motiva el cambio de la conducta que se hace más a capricho y no quieren hacer lo que se les pide, desafiando la autoridad.

Se opina, que este tipo de cambio de la conducta es una rebeldía fácilmente detectable, en donde los padres deben estar alertas en estos cambios tan drásticos que tienen los hijos.

En otras ocasiones el cambio de conducta puede ser de una forma más específica en donde los niños no obedecen, y hacen como si no hubieran escuchado, justificando con alguna otra situación totalmente diferente.

Los niños repiten reiteradamente con una respuesta positiva, para no tener que escuchar otra orden más, que altere sus planes que tienen, para no cumplir con lo que les fue pedido que realicen.

Los niños buscan pretextos para no hacer lo solicitado por las órdenes de los padres de familia o los mayores, cambiando su comportamiento con más agresividad.

Cuando los niños se comportan de una forma inadecuada, los padres deben tener mayor atención a los cambios que se están presentando, para buscar la forma para corregirlos, regañarlos o castigarlos.

La capacidad de razonamiento de los niños se empieza a desarrollar cuando entran a los 8 años de edad, y protestan por todas las órdenes que reciben incluyendo las sencillas, que son impuestas por los padres o por las personas que los cuidan.

Los niños que cambian su conducta, ante una orden, es cuando ellos están haciendo una actividad más agradable a sus intereses, y no oyen lo que les están pidiendo, porque están distraídos en otra ocupación.

Los padres, repiten varias veces las órdenes para que los niños las obedezcan, y ellos cambian su conducta de acuerdo a su conveniencia, simulando que no han escuchado nada, antes de responder a tal indicación.

Los expertos consideran que hay varios consejos a los padres de familia, para facilitar la etapa de cambio de conducta de los niños, estableciendo un dialogo y acuerdo entre ambas partes. Si se practican constantemente las relaciones padres e hijos serán mejores, evitando confrontaciones que lo único a lo que se llega es a un distanciamiento más profundo.

Los padres o las personas que los cuidan antes de pedirles algo o darles una orden, deben de presentarles dos opciones a los niños para que escojan una, así se llega a un acuerdo sin que sea un conflicto, por ejemplo, decirles a los niños: “barres la casa” o preguntarles ¿si quieren barrer la casa? Plantéales dos opciones “pones la mesa o lavas los platos” Con esto no es necesario darles muchas indicaciones y posiblemente escojan una más agradable a sus intereses.

Las instrucciones deben ser sencillas, en pocas palabras, que sea comprensible a los niños y entiendan muy bien lo que tienen que realizar, sin llegar a la desobediencia.

No es necesario darles muchas instrucciones a la vez, y esperar que organice sus acciones a cumplir, para después recibir otras más.

Siempre las indicaciones deben ser precisas, en una forma clara, en un tono de voz agradable, que las entienda el niño en forma esencial y saber que tiene que hacer. Su conducta ira cambiando y será más conveniente todo.

*Doctor en Educación.