Hoy la tasa de participación de las mujeres mexicanas en el sector laboral es muy baja, por su escasa preparación escolar o profesional, dependiendo el nivel hasta donde estudiaron.
Antes de la pandemia, el 45 por ciento de las mujeres mayores de 15 años, contaban con un trabajo o estaban en la búsqueda de uno.
La pandemia que se vivió en el país, borró el avance que tenían las mujeres en su trabajo o en la búsqueda de uno.
Las mujeres con mayor preparación educativa en algunos trabajos pudieron mantenerlo y continuar realizando sus labores cotidianas con las reglas de higiene que se establecieron, pero todas las demás mujeres que no tenían una preparación adecuada, fueron despedidas, lo que represento una generación femenina perdida.
En los últimos años se ha identificado una participación de la mujer, incorporándose al sector público en sus 3 niveles (federal, estatal y municipal) permaneciendo más tiempo en el trabajo administrativo público que demanda un conocimiento de los sistemas computacionales, el manejo del Internet, de los dispositivos digitales, así como la utilización de las diferentes plataformas que ya tienen las diferentes dependencias gubernamentales en donde se hace un manejo rápido de los asuntos administrativos.
En el sector privado se aprecia una baja en la representación de las mujeres, aunque son las que más desarrollan un trabajo manual, que se cierra conforme ascienden a los puestos directivos o como miembros de los consejos de administración.
Los mayores desafíos que tienen las mujeres en nuestro país en comparación con otros, es la distribución del tiempo en el trabajo del hogar y el de los cuidados hacia otros miembros de la familia como son los hijos, los padres u otras personas.
La participación de las mujeres en la economía de México ha sido sobresaliente en comparación con otros países, y si las mujeres se preparan más, en el futuro el nivel de bienestar será mejor.
La preparación escolar como profesional de las mujeres será importante en los próximos años, ya que les permitirá tener una autonomía económica en sus hogares, que podrán incorporarse al mercado laboral.
Esto implicaría también que la inclusión del trabajo femenino podría sumar más puntos porcentuales al crecimiento económico de México cada año.
La preparación de la mujer también está en relación por cada mujer que se incorpore al mercado laboral, incluyendo un aumento que se reflejará en sus hogares, así como mejores prestaciones laborales, lo que creará una derrama económica hacia otros sectores. Un incremento en el ahorro para su retiro y la vivienda.
Entre más mujeres estén preparadas educativa y profesionalmente, hay evidencia de que las empresas sumaran trabajadoras con buenos beneficios económicos, para retener su talento femenino.
Más mujeres que se sumen al mercado laboral bien preparadas, se traduce en una libertad y beneficios para ellas y sus familias.
Por ello se necesitan las condiciones para que las mujeres se preparen, permanezcan dentro de la escuela y no la abandonen, para que tengan una buena oportunidad en el mercado laboral.
De no implementarse un programa dedicado al apoyo de las mujeres mexicanas en prepararse bien, mejorando su vida personal y profesional, en nuestra Nación pasaran muchos años en el que las mujeres no alcanzarán un nivel de bienestar y participación económica que favorezca a los suyos.
*Doctor en Educación.
