/ jueves 14 de marzo de 2019

El incalculable valor de las mujeres (Segunda de dos partes)

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Me llamo a mí mismo 'hombre feminista'. ¿No es así como se llama a alguien que lucha por los derechos de las mujeres?

-Dalai Lama-


En nuestro país, a pesar de nuestras múltiples leyes e instituciones para su adelanto y la defensa de sus derechos, las mujeres son violentadas, tanto directa (agresiones físicas y psicológicas), como estructuralmente (falta o desigualdad de oportunidades, discriminación).


De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, la violencia contra las mujeres es todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada[1].


La edición más reciente, de 2016, de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH)[2], que aborda también la interacción de las mujeres en la escuela, el trabajo y la comunidad arrojó que 66.1 por ciento de las mujeres de 15 años y más han sufrido al menos un incidente de violencia emocional (49%), económica (29%, incluye la versión patrimonial así como discriminación en el trabajo), física (34%), sexual (41.3%) o discriminación a lo largo de su vida en al menos un ámbito y ejercida por cualquier agresor.


Según la oficina de la Organización de las Naciones Unidas en México[3], al menos 6 de cada 10 mujeres mexicanas ha enfrentado un incidente de violencia; 41.3% de las mujeres ha sido víctima de violencia sexual y, en su forma más extrema, 9 mujeres son asesinadas al día.


En un documento de INMUJERES de 2015[4], se reconoce que La violencia que los hombres ejercen contra las mujeres representa una forma de discriminación que inhibe la capacidad de las mujeres de ejercer sus derechos y libertades y se considera la expresión más clara de ejercicio del poder y de las persistentes desigualdades entre mujeres y hombres.


Es tiempo que, Mercado, Sociedad Civil y Estado, nos pongamos de acuerdo para reconocer el incalculable valor de las mujeres y, con leyes y políticas públicas que las protejan y garanticen su tranquilidad, facilitar su desarrollo en plenitud.


Al ser ellas una incuestionable mayoría, resulta ofensivo que siga siendo, al mismo tiempo, un grupo vulnerable. Dicha situación es un obstáculo para poder alcanzar un nuevo pacto social que sea incluyente, igualitario y útil para restituir la cohesión comunitaria de nuestro país.


El autor es secretario General de Gobierno en la administración estatal.


[1].- https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/violence-against-women, sobre la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Consultado el 10 de marzo de 2019.

[2].- La ENDIREH-2016, incorporó mejoras (…)que permitieron indagar y declarar con mayor precisión situaciones específicas de violencia física y sexual (…) en ámbitos escolar, laboral, comunitario y familiar. En violencia sexual, se incluyeron nuevos actos que permitieron mejor declaración sobre eventos como intento de violación, exhibicionismo o acecho y acoso sexual a través de medios electrónicos o virtuales. En https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/endireh/2016/doc/endireh2016_presentacion_ejecutiva.pdf Consultado el 9 de marzo de 2019.

[3].- http://www.onu.org.mx/la-violencia-contra-las-mujeres-no-es-normal-ni-tolerable/#_ftnref3 Consultado el 9 de marzo de 2019.

[4].- http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/101267.pdf Consultado el 10 de marzo de 2019

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