Tenemos uno de los salarios mínimos más bajos en Latinoamérica (88.36 pesos) y lo más preocupante es que el poder adquisitivo cada día se deteriora más. Según la Comisión Económica para América Latina, México es el único país en la región en donde el salario real mantiene a los trabajadores en un estado permanente de pobreza y no alcanza para cubrir las necesidades básicas de una persona media.
Por otra parte, un estudio del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM arroja que la pérdida acumulada del poder adquisitivo del mínimo salarial de los trabajadores mexicanos en los últimos 30 años, medida por la canasta básica, es de 80.08%. En este análisis se ha detectado que hace tres décadas el salario mínimo alcanzaba para comer y un poco más, lo que ahora resulta imposible. El estudio también destaca que los aumentos salariales que se han dado en los últimos años “nacieron muertos”, debido a que en 1987 se requería laborar 4 horas con 53 minutos para obtener la canasta básica, mientras que para octubre del 2017 eran necesarias 24 horas y 31 minutos de trabajo para obtenerla.
De conformidad con fuentes de la Organización Internacional del Trabajo, en la década del 2000 el salario subió en América Latina, con excepción de México, Bahamas, República Dominicana y Trinidad Tobago. En los demás países el alza fue substancial, por ejemplo en Argentina y Uruguay se elevó en promedio a más del 10% anual, y en Brasil, Honduras y Nicaragua a más del 5% anual.
El Informe Global de Salarios del 2016-17 de la ONU muestra que nuestros ingresos disminuyeron hasta en una 40%, mientras que en otros países como es el caso de China crecieron en un 60%. México es el único país emergente del G20 (los más industrializados incluyendo la Unión Europea), donde los salarios han decrecido en la última década.
El régimen actual de Peña Nieto presume la creación de 3 millones de empleos formales en su gestión, pero todos sabemos que en su gran mayoría son empleos precarios por tiempo fijo y con escasas o nulas prestaciones sociales. En efecto, según el INEGI, el 47% de estos trabajadores perciben un salario mensual menor de 4,800 pesos y solo el 17% gana 20 mil pesos o más.
Otro dato relevante es que de conformidad con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) también conocido como “Canasta básica”, el salario mínimo de 88.36 pesos diarios no alcanza para comprar una lista de productos para cubrir la alimentación de una familia (4 personas), desde luego dejando a un lado renta, vestido y ocio. De acuerdo con este índice en su última actualización, serían necesarios 204.73 pesos para poder adquirir arroz, frijol, leche, tortillas, huevos, sopa de pasta, café soluble, pan, azúcar, atún y aceite comestible… imprescindibles para una comida básica.
Ahora, veamos nuestra problemática salarial en relación con el TLC, es decir, con Estados Unidos y Canadá que son nuestros socios comerciales en el tratado. En Estados Unidos el pago del salario no es por jornada sino por hora. El Gobierno de ese país fijó desde el 24 de julio del 2009 a la fecha un salario mínimo de 7.25 dólares por hora, equivalentes a 136.5 pesos. Y a partir del 2017 los trabajadores de empresas que contraten con el Gobierno Federal deben ganar 10.20 dólares la hora. Por su parte, en Canadá también los salarios se miden por horas y varían según la región, en Quebec el salario mínimo es de 10.75 dólares canadienses por hora (162.06 pesos) y en Ontario es de 11.40 dólares por hora (171.86 pesos).
Como se ve, la diferencia con México es abismal e irónica. Un empleado de tiempo completo (40 horas semanales) en Quebec, ganando el salario mínimo al mes obtiene 25,266 pesos mexicanos, y un empleado de Mc Donald’s en Nueva York, ganando el mínimo tiene un sueldo mensual de 1,760 dólares, o sea 33,123 pesos mexicanos; una verdadera ironía.
Gracias Puebla. Nos escuchamos mañana en mi programa “Conversaciones”, en ABC Radio.