/ miércoles 10 de julio de 2024

En el PRI ya no quieren al PRI

La historia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) es tan compleja que conviene dividirla en etapas, aunque sin duda alguna, este partido está en su fase culminal, es decir, en vías de extinción. La primera etapa, es la del partido de masas (1946-1978); la segunda, el partido de la transición (1978-2000); la tercera, el partido de la oposición leal (2000-2012); la cuarta, el nuevo y peor PRI (2012-2018); posteriormente, la agonía del PRI o la formalización del PRIAN (2018-2024) y a partir de este fin de semana, el PRI en vías de extinción.

\u0009¿Cómo es que un partido luego de controlar todos los ámbitos de la vida pública de un país simplemente se desarticula al punto de esperar parsimoniosamente su extinción? Y peor aún, ¿cómo un partido luego de gobernar ininterrumpidamente por 80 años logra recuperar el poder solo para articular los peores casos de corrupción?

Pues bien, un aspecto importante a destacar es que México ha consolidado una vida republicana en la que la transición de poder se ha normalizado por la vía electoral. Cada vez hay menos mecanismos para coartar el voto, y los que hay no son suficientes ante la alta participación que ha tenido México en las recientes elecciones, es decir, el partido de masas permitió de manera paulatina la apertura del régimen, la existencia de oponentes, la diversificación de inversiones, y en suma, eso constituye otro tipo de contrapesos que han impedido que se interrumpa la vía electoral en México. Por ello, el PRI perdió y recuperó el poder en 12 años.

Una vez que el país cambió, es decir, que los medios tradicionales dejaron de influir como antes, que la economía se pluraliza en más y diferentes tipos inversiones, y sobre todo, con la llegada al poder de un líder carismático, disruptivo, y confrontador con las viejas prácticas, simplemente todo lo que se llame PRI dejó de tener sentido de ser.

Es decir, desde 2018 México tiene una nueva cartografía política y de no comprenderlo el Partido Acción Nacional (PAN) puede seguir el destino del PRI y del PRD (Partido de la Revolución Democrática).

Las reformas estatutarias que permiten la reelección de Alejandro “Alito” Moreno en el PRI es un contrasentido a lo que está demandando la sociedad mexicana, es decir, apertura, inclusión, agenda social y no burocratización, corrupción, nepotismo, etcétera. Por ello, y frente a los bajos niveles de participación y representación del viejo partido, podemos decir que esa tendencia decreciente lo llevará a su extinción.

@IsaacPalestinaD

La historia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) es tan compleja que conviene dividirla en etapas, aunque sin duda alguna, este partido está en su fase culminal, es decir, en vías de extinción. La primera etapa, es la del partido de masas (1946-1978); la segunda, el partido de la transición (1978-2000); la tercera, el partido de la oposición leal (2000-2012); la cuarta, el nuevo y peor PRI (2012-2018); posteriormente, la agonía del PRI o la formalización del PRIAN (2018-2024) y a partir de este fin de semana, el PRI en vías de extinción.

\u0009¿Cómo es que un partido luego de controlar todos los ámbitos de la vida pública de un país simplemente se desarticula al punto de esperar parsimoniosamente su extinción? Y peor aún, ¿cómo un partido luego de gobernar ininterrumpidamente por 80 años logra recuperar el poder solo para articular los peores casos de corrupción?

Pues bien, un aspecto importante a destacar es que México ha consolidado una vida republicana en la que la transición de poder se ha normalizado por la vía electoral. Cada vez hay menos mecanismos para coartar el voto, y los que hay no son suficientes ante la alta participación que ha tenido México en las recientes elecciones, es decir, el partido de masas permitió de manera paulatina la apertura del régimen, la existencia de oponentes, la diversificación de inversiones, y en suma, eso constituye otro tipo de contrapesos que han impedido que se interrumpa la vía electoral en México. Por ello, el PRI perdió y recuperó el poder en 12 años.

Una vez que el país cambió, es decir, que los medios tradicionales dejaron de influir como antes, que la economía se pluraliza en más y diferentes tipos inversiones, y sobre todo, con la llegada al poder de un líder carismático, disruptivo, y confrontador con las viejas prácticas, simplemente todo lo que se llame PRI dejó de tener sentido de ser.

Es decir, desde 2018 México tiene una nueva cartografía política y de no comprenderlo el Partido Acción Nacional (PAN) puede seguir el destino del PRI y del PRD (Partido de la Revolución Democrática).

Las reformas estatutarias que permiten la reelección de Alejandro “Alito” Moreno en el PRI es un contrasentido a lo que está demandando la sociedad mexicana, es decir, apertura, inclusión, agenda social y no burocratización, corrupción, nepotismo, etcétera. Por ello, y frente a los bajos niveles de participación y representación del viejo partido, podemos decir que esa tendencia decreciente lo llevará a su extinción.

@IsaacPalestinaD