Alejandro Armenta Mier no esperará hasta que rinda protesta en diciembre para ocupar el viejo edificio de Reforma 711, como anunció que lo hará la semana pasada. El gobernador electo de Puebla y un reducido grupo de colaboradores, los más importantes para él, ya despacha en ese inmueble.
Armenta Mier realizó esta semana su segunda conferencia de prensa consecutiva en esa casona, lo que ha permitido ver a los reporteros asistentes una inusual actividad, esa que solo tienen las estructuras de gobierno que se encuentran en pleno auge de funciones y no abandonadas, como estaba hasta antes del domingo 2 de junio.
La intuición de los reporteros, que el lunes pasado sospecharon que un nuevo grupo político se había hecho de ese inmueble para convertirlo en su centro de operaciones, no falló.
Los equipos de transición de Sergio Salomón Céspedes Peregrina y Alejandro Armenta Mier, representados por Javier Aquino Limón y José Luis García Parra, en ese orden, acordaron recién iniciada esta fase asignar el edificio de Reforma para que fuese la sede de trabajo del futuro mandatario.
Y así se hizo.
Armenta Mier, el mismo García Parra y otros integrantes más de ese equipo despachan desde hace algunas semanas en el inmueble.
El hecho podría parecer intrascendente, pero no lo es, debido al valor simbólico que esa casona tuvo en el pasado y a los planes que el extinto Luis Miguel Barbosa Huerta tenía para ella.
El último gobernador en pleno que despachó en Reforma 711 fue Manuel Bartlett Díaz, hoy director general de la Comisión Federal de Electricidad y baluarte (aunque parezca broma) de Andrés Manuel López Obrador y la 4T.
Eso debe pesar positivamente en el ánimo del próximo gobernador.
Junto con eso, la casona tiene también un valor personal para Armenta, pues fue sede de la Secretaría de Desarrollo Social en el sexenio de Mario Marín, de la que fue titular.
El último episodio de valoración para Alejandro Armenta está fresco.
Es una “vieja” casona, en efecto, pero está recién remodelada.
Miguel Barbosa le metió una importante inversión para convertirla en la sede del gobernador, a donde pensaba mudarse a despachar justo en el año 2023.
Eso ya no sucedió, por culpa de los acontecimientos ampliamente conocidos, pero la casona quedó en perfectas condiciones para ser usada y re estrenada por un nuevo mandatario estatal, como lo hará Armenta.
¿Cómo se dice?
Ah, que “nadie sabe para quién trabaja.”
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El gobernador electo dijo el lunes 15 de julio que despachará de forma intermitente entre Reforma 711 y Casa Puebla.
La realidad es que lo hará la mayoría de las veces en el centro histórico.
Casa Puebla será reservada para encuentros y visitantes especiales, algo así como aquellos de talla nacional e internacional.
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“No dije que me descarto, pero tampoco dije que la estoy buscando.”
Con esas palabras respondió Julio Miguel Huerta Gómez las preguntas de los reporteros, quienes quisieron saber si el diputado electo y otrora aspirante a gobernador tiene intenciones de ser presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del estado.
Resulta interesante saber que no se autodescarta para ocupar esa posición, lo que significa que el grupo del gobernador electo no ha definido, o por lo menos no lo ha hecho saber a los futuros legisladores de Morena y la 4T, quién será su líder (o lideresa).
Julio Huerta no lo será.
Y él lo sabe, solo que ha de pretender vender cara su declinación para obtener, al menos, una comisión honrosa.