El caso del esgrimista Gibrán Zea, quien recientemente expresó su incertidumbre ante el posible retiro de su beca por parte del Instituto Poblano del Deporte (INPODE), ha tenido un desenlace positivo.

Tras la preocupación manifestada por el atleta, el INPODE ha aclarado que su apoyo se mantendrá hasta diciembre de este año y que incluso se le otorgará un estímulo económico adicional por su participación en París 2024.

Esta resolución es un ejemplo de cómo la intervención oportuna y la comunicación abierta pueden subsanar malentendidos y asegurar el respaldo necesario para los deportistas de alto rendimiento.

La administración encabezada por el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina ha tomado una decisión correcta al garantizar el apoyo a un atleta que representa a Puebla y a México en el ámbito internacional.

Este respaldo no solo asegura que Gibrán Zea pueda continuar con su preparación para futuras competencias, sino que también envía un mensaje claro sobre la importancia de invertir en el talento deportivo. A medida que nos acercamos a eventos tan relevantes como los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, es crucial que las autoridades no escatimen en los recursos destinados a quienes luchan por poner en alto el nombre de nuestro país.

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Los señalamientos del rector de la Ibero Puebla, Mario Patrón Sánchez, y de varios académicos de la misma institución sobre las reformas impulsadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, podrían caer en saco roto frente a la mayoría legislativa de Morena y sus aliados.

Estos legisladores parecen seguir ciegamente la voz del presidente, ignorando cualquier crítica o reflexión independiente. Esta situación es preocupante, ya que la discusión sobre las reformas, especialmente la del Poder Judicial, debió haberse dado con mayor profundidad y hace mucho tiempo, considerando que el presidente ha estado anunciando estos cambios desde hace años.

El hecho de que estas reformas, capricho presidencial o no, estén prácticamente aseguradas para ser aprobadas por la mayoría en el Congreso, refleja una preocupante falta de autonomía y un debilitamiento del diálogo democrático. A pesar de los esfuerzos por presentar un análisis crítico y advertir sobre las consecuencias negativas, todo indica que la decisión presidencial será impuesta sin mayor resistencia. Este escenario subraya la necesidad de una discusión más abierta y plural en la toma de decisiones que afectan a toda la nación.

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Parece que el campo poblano es muy próspero, aunque solo para unos cuantos.

Déjenos contarle, querido lector….

Resulta que la familia Martínez Fuentes, a la que pertenece la alcaldesa electa del municipio de Quecholac, Guadalupe Martínez Gerardo, adquirió una camioneta Ford Shelby roja con un valor superior a los dos millones y medio de pesos.

Antonio Valente Martínez Fuentes, padre de la próxima presidenta municipal, hizo una transmisión en vivo a través de sus redes sociales para presentar a la sociedad la nueva adquisición de su familia la cual, dijo con mucho orgullo, se compró por la venta de sus zanahorias en la región.

Así lo dijo: “gracias a Dios presumiendo el resultado de un trabajo honrado, donde compraron este tipo de vehículo, yo comparto lo que la familia logra y hace del esfuerzo del trabajo”.

Este señor es el mismo que hizo campaña electoral junto a su hija, por cierto, postulada por el PSI, en una camioneta Lamborghini Urus con un valor promedio de seis millones de pesos.

Así como lo lee.

Benditas esas zanahorias que dejan para tanto, ojalá nunca se acaben para que no tengan que agarrar del dinero público del municipio que, a partir del 15 de octubre, estará en manos de la nueva presidenta Guadalupe Martínez.