Celia Bonaga Ruiz podría experimentar uno de los ascensos políticos más inusuales de los tiempos recientes en el panismo del estado, luego de que tras ser secretaria particular de Eduardo Rivera Pérez y hoy diputada local electa gracias a las bondades de la representación proporcional, podría convertirse en los próximos meses en presidenta del Comité Directivo Estatal del blanquiazul.
Solo, y atención con esto, podría.
Al seno del grupo político del expresidente municipal de Puebla y excandidato a la gubernatura se comenta que el jefe de todos ellos ha dado marcha atrás en la intención de que Adán Domínguez Sánchez sea su carta para competir por la dirigencia del partido, una vez que lleguen los tiempos de la renovación.
Según las fuentes consultadas, el alcalde suplente –que entró al relevo en diciembre de 2023– no consigue atraer las simpatías necesarias para competir en una elección abierta a los militantes, como se presume que será el método de selección del nuevo presidente, por lo que ya se busca una segunda opción para competir por ese cargo.
Justo aquí es donde entra el nombre de Bonaga Ruiz, quien, al igual que Adán Domínguez y Augusta Valentina Díaz de Rivera, es un personaje de todas las confianzas de Eduardo Rivera, que representaría sus causas y defendería sus intereses sin miramientos en ese instituto político.
Cecilia Bonaga ha sido secretaria particular de Rivera Pérez y fue registrada como candidata a diputada local por la vía plurinominal, en la posición uno, lo que garantiza su acceso al Congreso del estado en la próxima legislatura.
En efecto, carece de trayectoria personal para dirigir los destinos del partido, pero eso no sería obstáculo de relevancia si el grupo al que pertenece decide enviarla como su representante.
Si compite, y en una de esas gana, recordará aquellos tiempos de Jesús Giles Carmona como “presidente” del partido.
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A propósito de la guerra por la dirigencia del PAN.
Quien se sabe que ha decidido pelear como candidato y que está próximo a hacer público el anuncio es Mario Riestra Piña.
El excandidato a presidente municipal de Puebla y ahora también exdiputado federal ha terminado de deshojar la margarita y ha concluido que sí, sea cual sea el método que determine el partido, él se registrará como candidato para tratar de convertirse en el relevo de Augusta Díaz de Rivera.
En caso de que se confirme este trascendido, y de que Riestra Piña no se eche para atrás en caso de que, como también es posible, el instituto político opte por la vía del Consejo Estatal y no de la elección abierta como método de selección de su nuevo dirigente, serán cuatro los aspirantes que –según han afirmado al día de hoy– pelearán por esa preciada posición partidista.
Los otros tres, además de Riestra, serán Mónica Rodríguez, Edmundo Tlatehui y quien sea que defina Eduardo Rivera para representarlo a él.
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Ya se cumplieron tres meses después de la jornada electoral del 2 de junio y Roxana Luna Porquillo no retrocede ni un metro en la movilización que ha emprendido para tratar de anular la contienda de presidenta municipal de San Pedro Cholula, de la que acusa haber sido víctima de un fraude para favorecer a la morenista Tonantzin Fernández.
La perredista Luna Porquillo amenazó con instalar un campamento en el zócalo de la Ciudad de México si las autoridades del Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP) no dan en una semana el fallo al proceso de impugnación que presentó como resultado de las presuntas irregularidades.
Seguramente no miente.
Roxana Luna tiene una sólida formación en la protesta pública y la resistencia civil, así que es poco probable que deje de manifestarse por hartazgo o agotamiento físico.
