/ viernes 13 de septiembre de 2024

En Punto

Primero la renovación de los estatutos del partido, luego, en la misma sesión, el relevo de dirigente nacional, y posteriormente, unos meses después, vendrá el cambio de presidente en los comités estatales.

Esa es la ruta que tiene trazada el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, Morena, para hacer ajustes en sus dictados básicos y nombrar nuevos integrantes de todas las dirigencias, la nacional y las locales, en el contexto de la renovación del Poder Ejecutivo federal y las nueve gubernaturas, incluida la jefatura de gobierno de la capital del país.

La fecha más importante es el 22 de septiembre.

Ese día, luego de sesionar para actualizar sus estatutos, Morena pondrá a Luisa María Alcalde como presidenta y a Andrés López Beltrán, el heredero político de López Obrador, como secretario general o secretario de organización.

Posteriormente, en fecha por definir, vendrán los relevos en los estados, como Puebla.

Olga Romero Garci Crespo sabe, desde que Alejandro Armenta Mier resultó electo candidato a gobernador, que no llegaría al final del plazo para el que fue designada como dirigente de Morena gracias al extinto Miguel Barbosa Huerta.

Lo confirmó el día que el mismo Armenta la invitó a incorporarse a su gobierno como directora del Organismo Operador de Carreteras de Cuota y lo ratificó ayer, de manera pública, al declarar que así ocurrirá, que ella se irá, pero después del 22 de septiembre que se definan los ajustes a nivel nacional.

Si Romero Garci Crespo se va, ¿quién entonces ocupará su lugar?

Dos diputados federales han enviado mensajes y señales suficientes para expresar su deseo de quedarse con la dirigencia.

Una es Claudia Rivera Vivanco y el otro es Alejandro Carvajal Hidalgo.

Ambos tienen méritos para ser considerados como cartas serias para competir por esa posición partidista.

Los dos son obradoristas y los dos han competido en procesos internos y constitucionales en los que han ganado y han perdido.

Tienen una amplia experiencia y han sido públicamente congruentes con la ideología del partido al que representan.

El único punto que tienen en contra es que ninguno pertenece al círculo cercano del futuro gobernador.

Y ya se sabe que, aunque los de Morena se asumen diferentes en el discurso, en la realidad hacen lo mismo que sus antecesores cuando arriban al poder, es decir, colocan a un líder partidista afín a los intereses del mandatario en turno.

Difícilmente Rivera Vivanco o Carvajal Hidalgo irán a la dirigencia.

Mejor habrá que buscar de entre los colaboradores de mayor confianza de Alejandro Armenta al próximo relevo de Olga Romero.

Uno que tenga una amplia trayectoria en la izquierda y que haya sido líder partidista en el pasado –de otro partido– puede ser la carta oculta.

* * *

Néstor Camarillo Medina, presidente del Comité Directivo Estatal del PRI y senador en funciones, dice que la renovación al interior de ese partido político, después de haber sufrido una catástrofe electoral, sí va en serio.

Y para demostrarlo adelantó que habrá una reestructuración de la fuerza política en donde sus candidatos perdedores y ex funcionarios asumirán cargos importantes.

Después de octubre, a decir del dirigente, el partido tricolor poblano se reinventará de cara al siguiente proceso electoral.

Según esto, el Comité Directivo Estatal va a esperar a que sus dos diputados locales y los 38 alcaldes electos rindan protesta para así dar paso al proceso de cambio.

¿Usted le cree?

Es difícil, pero, por el momento, habrá que darle el voto de confianza.

* * *

Quien ha decidido hacerla de emoción para el anuncio de José Luis García Parra como futuro jefe de gabinete es el mismísimo gobernador electo.

Alejandro Armenta Mier dijo ayer que hablará con García Parra, quien es diputado local electo, para saber si se desempeñará como legislador o se sumará a su administración estatal, que iniciará en diciembre.


“Voy a hablar con él para definir si se queda o se viene conmigo a la administración, en un área que me pueda ayudar, donde sea útil”, expresó el mandatario electo.

La hace de emoción porque los dos ya saben que García Parra no se quedará en el Congreso y que irá a su gobierno como jefe de todos los secretarios.

Primero la renovación de los estatutos del partido, luego, en la misma sesión, el relevo de dirigente nacional, y posteriormente, unos meses después, vendrá el cambio de presidente en los comités estatales.

Esa es la ruta que tiene trazada el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, Morena, para hacer ajustes en sus dictados básicos y nombrar nuevos integrantes de todas las dirigencias, la nacional y las locales, en el contexto de la renovación del Poder Ejecutivo federal y las nueve gubernaturas, incluida la jefatura de gobierno de la capital del país.

La fecha más importante es el 22 de septiembre.

Ese día, luego de sesionar para actualizar sus estatutos, Morena pondrá a Luisa María Alcalde como presidenta y a Andrés López Beltrán, el heredero político de López Obrador, como secretario general o secretario de organización.

Posteriormente, en fecha por definir, vendrán los relevos en los estados, como Puebla.

Olga Romero Garci Crespo sabe, desde que Alejandro Armenta Mier resultó electo candidato a gobernador, que no llegaría al final del plazo para el que fue designada como dirigente de Morena gracias al extinto Miguel Barbosa Huerta.

Lo confirmó el día que el mismo Armenta la invitó a incorporarse a su gobierno como directora del Organismo Operador de Carreteras de Cuota y lo ratificó ayer, de manera pública, al declarar que así ocurrirá, que ella se irá, pero después del 22 de septiembre que se definan los ajustes a nivel nacional.

Si Romero Garci Crespo se va, ¿quién entonces ocupará su lugar?

Dos diputados federales han enviado mensajes y señales suficientes para expresar su deseo de quedarse con la dirigencia.

Una es Claudia Rivera Vivanco y el otro es Alejandro Carvajal Hidalgo.

Ambos tienen méritos para ser considerados como cartas serias para competir por esa posición partidista.

Los dos son obradoristas y los dos han competido en procesos internos y constitucionales en los que han ganado y han perdido.

Tienen una amplia experiencia y han sido públicamente congruentes con la ideología del partido al que representan.

El único punto que tienen en contra es que ninguno pertenece al círculo cercano del futuro gobernador.

Y ya se sabe que, aunque los de Morena se asumen diferentes en el discurso, en la realidad hacen lo mismo que sus antecesores cuando arriban al poder, es decir, colocan a un líder partidista afín a los intereses del mandatario en turno.

Difícilmente Rivera Vivanco o Carvajal Hidalgo irán a la dirigencia.

Mejor habrá que buscar de entre los colaboradores de mayor confianza de Alejandro Armenta al próximo relevo de Olga Romero.

Uno que tenga una amplia trayectoria en la izquierda y que haya sido líder partidista en el pasado –de otro partido– puede ser la carta oculta.

* * *

Néstor Camarillo Medina, presidente del Comité Directivo Estatal del PRI y senador en funciones, dice que la renovación al interior de ese partido político, después de haber sufrido una catástrofe electoral, sí va en serio.

Y para demostrarlo adelantó que habrá una reestructuración de la fuerza política en donde sus candidatos perdedores y ex funcionarios asumirán cargos importantes.

Después de octubre, a decir del dirigente, el partido tricolor poblano se reinventará de cara al siguiente proceso electoral.

Según esto, el Comité Directivo Estatal va a esperar a que sus dos diputados locales y los 38 alcaldes electos rindan protesta para así dar paso al proceso de cambio.

¿Usted le cree?

Es difícil, pero, por el momento, habrá que darle el voto de confianza.

* * *

Quien ha decidido hacerla de emoción para el anuncio de José Luis García Parra como futuro jefe de gabinete es el mismísimo gobernador electo.

Alejandro Armenta Mier dijo ayer que hablará con García Parra, quien es diputado local electo, para saber si se desempeñará como legislador o se sumará a su administración estatal, que iniciará en diciembre.


“Voy a hablar con él para definir si se queda o se viene conmigo a la administración, en un área que me pueda ayudar, donde sea útil”, expresó el mandatario electo.

La hace de emoción porque los dos ya saben que García Parra no se quedará en el Congreso y que irá a su gobierno como jefe de todos los secretarios.

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