La presidenta municipal de San Pedro Cholula, Paola Angón Silva, no terminó su periodo al frente del ayuntamiento como se comentaba que lo haría desde algunos rincones de la clase política local, sobre todo aquella vinculada al PAN: sola y abandonada, en estricto sentido político e incluso, un poco también, familiar.
La noche del Grito de Independencia circularon fotografías y videos en redes sociales que llamaron la atención por los personajes que aparecieron en ellas, ubicados en sitio de privilegio, mientras la alcaldesa se preparaba para emprender la tradicional arenga.
En efecto, no la acompañaron panistas ligados al actual grupo en el poder partidista, el que lideran por un lado Eduardo Rivera Pérez y por otro Augusta Valentina Díaz de Rivera, pero sí estuvieron liderazgos importantes de ese instituto político, como la pareja que forman la ex diputada Mónica Rodríguez Della Vecchia y Pablo Rodríguez Regordosa, así como el legislador en funciones Rafael Micalco Méndez.
Los tres panistas tienen un punto en común: son parte de la resistencia que existe en el blanquiazul y que se opone a la prolongación del dominio absoluto de los Rivera.
La sorpresa, sin embargo, no paró ahí.
También estuvieron presentes las tres hijas de la alcaldesa: María, Giovanna y Paola de la Barreda Angón, quienes se hicieron acompañar de sus respectivas parejas, dos de las cuales tienen relación directa con la política.
María de la Barreda, ahora representante de la 4T y diputada local recién instalada en el Congreso, llevó al ex legislador Eduardo Alcántara Montiel. Giovanna de la Barreda hizo lo propio con Ignacio Mier Bañuelos, ex presidente municipal de Tecamachalco, actual diputado federal, también de la 4T, e hijo de ya sabe usted quién.
Como verá, Paola Angón terminó cobijada por algunos pesos pesados de la política, incluidos del PAN y la 4T, y por su familia.
Eso significa que la disputa interna que protagonizó en el blanquiazul solo se dio con los dueños –coyunturales– del partido y que el presunto rompimiento con su hija María –a partir de su renuncia al PAN y al ayuntamiento para partir a Morena– en realidad no lo fue.
Quizá por eso dos días después, el martes, hizo declaraciones inusuales a los reporteros que cubren sus actividades en aquel municipio:
“Siempre lo he dicho, tiempo al tiempo. Una persona muy cercana me decía ‘no te desesperes, no trates de luchar con los dimes y diretes, de todas las difamaciones que dicen de la administración, el tiempo va a llegar’. Dios es justo y el tiempo llegó y creo que más de una justicia divina, se demostró que esta administración es transparente y pulcra, donde el recurso se ocupó donde se tenía que ocupar y hoy están ahí las cuentas claras y creo que es la mejor manera de darle un tapón de boca a muchos adversarios, y a muchos que se decían ser amigos y que resultaron ya no serlo.”
Pues sí, de cierta forma, la alcaldesa panista que no logró ser postulada para la reelección –y que entregará el ayuntamiento a Morena– tiene motivos para irse medianamente tranquila.
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A propósito de intentos de prolongación de mandato en el PAN.
Díaz de Rivera anunció este martes que está próxima a ser publicada la convocatoria para arrancar el proceso de renovación de dirigencia en ese partido.
El método aún no se define, pero sí adelantó que será en diciembre cuando los panistas del estado de Puebla irán a proceso para definir a su nuevo presidente, ya sea hombre o mujer.
La lideresa saliente aseguró a los reporteros de la fuente que no hay dados cargados para favorecer a un integrante del grupo de Eduardo Rivera, pero no dijo nada de las quejas internas que hay precisamente en contra del ex presidente municipal de Puebla, quien se placea con toda libertad en el estado para promover la continuidad, ya sea a través de Adán Domínguez Sánchez o de Celia Bonaga Ruiz, dos de sus incondicionales.
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Poca resonancia se le ha dado, pero el partido más pragmático y convenenciero, el menos fiel a la ideología, sin convicciones que ha existido en el país en las últimas décadas, el Verde, será la segunda fuerza con más escaños en el Congreso del estado.
El (falso) Ecologista de México cuenta con siete diputados, gracias a las maromas de las autoridades electorales que sucumbieron a las demandas del grupo en el poder. Quién lo iba a pronosticar.
