¿Qué Jorge Romero Herrera haya incluido a Eduardo Rivera Pérez en la planilla con la que competirá por la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PAN significa que el poblano (por adopción) obtendrá así una ventaja para poner a uno de los suyos en la dirigencia local de ese mismo partido, una vez que se realice el proceso de renovación?

Puede ser que sí.

Si Romero Herrera resulta vencedor, es probable que le otorgue licencia a Rivera Pérez para maniobrar, como lo ha venido haciendo a través de Augusta Díaz de Rivera y Marcos Castro Martínez, la elección a su conveniencia, logrando establecer que sea por medio del Consejo Estatal como se defina al siguiente presidente, y no de la elección abierta a militantes.

Si Romero logra su cometido y se convierte en el relevo de Marko Cortés, es posible, sí, que el expresidente municipal de Puebla quede en posición de privilegio.

No obstante, también puede ser que no.

La integración del poblano no fue una concesión personal hecha por el aspirante a dirigente nacional, sino parte de una estrategia que involucró a los otros dos candidatos a gobernar una entidad federativa que perdieron la elección constitucional del pasado 2 de junio.

Por eso en la planilla, que se registró ayer por la noche, aparecen también Santiago Taboada, de la Ciudad de México, y Renán Barrera, de Yucatán.

Eso significa que no necesariamente hay una relación de camaradería entre Romero Herrera y Rivera Pérez, y que el primero no dejará hacer todo lo que quiera al segundo.

Por otra parte, la nueva calidad de candidato a integrante de la dirigencia nacional pone el ex alcalde de Puebla en una situación complicada, pues ya no podrá ser placeado por la dirigencia local a los recorridos de fin de semana se han venido haciendo por el interior del estado.

En caso de hacerlo, Augusta Díaz de Rivera estaría favoreciendo a una planilla, y eso violaría las normas de equidad que demanda la competencia interna.

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En menos de una semana como diputada y presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del estado, la morenista Laura Artemisa García Chávez ya le ha dado un vuelco al estilo personal de llevar ese cargo en su relación con los medios de comunicación.

A diferencia de Eduardo Castillo López y Edgar Garmendia de los Santos, pero principalmente del primero de ellos, que fueron reacios a comunicar con regularidad el quehacer del Poder Legislativo, García Chávez, profesora y sindicalista de formación, ya comenzó a dar entrevistas y establecer lazos de trabajo con los reporteros que cubren la fuente para atender las necesidades de información de los ciudadanos.

Esa es una actitud que debe reconocerse.

Si lo hace desde el principio, en representación institucional de los 41 legisladores que integran el Congreso, seguramente lo hará en los años que están por venir, o el tiempo que Morena y la 4T consideren que deba ser su coordinadora y lideresa.

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José Chedraui Budib tiene todo listo para su toma de protesta como presidente municipal de Puebla.

El morenista ha repartido ya sus invitaciones, decoradas en color verde olivo, que informan que el magno evento público se llevará a cabo el 15 de octubre a las 11:30 horas, en el viejo (pero recién remodelado) Auditorio de la Reforma, allá en la zona de los fuertes de Loreto y Guadalupe.

La expectativa de la clase política ronda en torno a los invitados del futuro alcalde.

Debido a su origen empresarial y a sus estrechas relaciones con hombres y mujeres del poder económico del más alto nivel, se espera que el evento de “Pepe” Chedraui esté especialmente colmado de ese tipo de perfiles.

Dicen entre sus colaboradores que la asistencia no decepcionará.