¿Qué habrá pasado con Alejandro Carvajal Hidalgo, que en una semana cambió de ferviente crítico de las decisiones del presidente municipal electo de Puebla, José Chedraui Budib, a férreo defensor de su autonomía para hacer los nombramientos que desee?
Exactamente siete días después de criticar al virtual gabinete de Chedraui Budib, por carecer de perfiles emanados de Morena y el obradorismo, el diputado federal se alineó y expresó su confianza en los nombramientos adelantados que anunció el empresario de origen libanés para acompañarlo en el arranque del ayuntamiento de Puebla.
“Vamos a esperar, no quiero generar más ámpula, no voy a ser motivo de discordia ni obstrucción de ninguna autoridad municipal”, dijo este domingo.
En política los virajes de esta naturaleza pueden deberse a uno de dos motivos: a un “jalón de orejas” por parte de una autoridad mayor dentro del grupo al que se pertenece –en este caso Morena y la 4T– o al deseo de llamar la atención para concretar un acuerdo –como recibir algún tipo de beneficio– que se anhelaba y que no se tenía.
Hasta donde se sabe, Carvajal Hidalgo no es del tipo de los segundos, es decir, de aquellos políticos que utilizan el chantaje como herramienta para la obtención de prebendas, así que muy probablemente fue conminado desde las altas esferas de ese instituto político para no incendiar el trabajo de Chedraui Budib, su compañero de partido, con fuego amigo.
Lo que tendrá que hacer Carvajal a partir de ahora es pensar dos o hasta tres veces sus manifestaciones antes de exponerlas en público, porque no se ve bien primero decir una cosa y después salir con una contraria.
La congruencia es todavía un valor relevante, incluso en la 4T.
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María de la Barreda Angón se convertirá en un dolor de cabeza para el expresidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, y su suplente, Adán Domínguez Sánchez, a juzgar por lo declarado este fin de semana a algunos representantes de los medios de comunicación.
La diputada local, siglada por el Partido Verde y aliada de la 4T, expanista e hija de la alcaldesa saliente de San Pedro Cholula, Paola Angón Silva, anunció que pedirá a la Auditoría Superior del Estado inicie un par de investigaciones en contra del exedil panista y excandidato a gobernador. Una por la presunta existencia de irregularidades en el programa denominado Mil calles y otra para revisar las cuentas públicas anteriores a 2024.
En el primer caso la legisladora hace una acusación grave y puntual:
“Se dieron por buenas y hechas calles que en realidad no existen”.
De la Barreda Angón afirma que se enteró de esta supuesta irregularidad a partir de las quejas recibidas por parte de habitantes de la capital mientras hizo campaña por la diputación.
Puede ser que la acusación sea incorrecta, lo cual tocará a Rivera Pérez explicar y demostrar.
Lo interesante es el señalamiento, el aviso, que parece tener su origen en el deseo de Eduardo Alcántara Montiel (esposo de María de la Barreda) por ajustar viejas cuentas con el excandidato a gobernador, quien no solo lo marginó de las decisiones importantes al interior del PAN, sino que, también, lo expulsó del partido.
El tema será preocupante para Rivera Pérez si de la Barreda y Alcántara tienen el visto bueno del gobernador electo, Alejandro Armenta Mier, para ir en contra de él. Si no, no tanto.
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Guadalupe Cuautle Torres puso más que contentos a varios de los funcionarios de primer nivel de la actual administración municipal en San Andrés Cholula.
La presidenta electa anunció que varios servidores públicos del ayuntamiento saliente, a cargo de su esposo Edmundo Tlatehui Percino, podrían repetir en su periodo, a partir del próximo 15 de octubre.
No dio nombres, pero muchos de ellos ya se entusiasmaron.
En la secretaría de Turismo, por ejemplo, cuentan que Verónica Nava Saavedra tomó con mucho optimismo la expresión de la alcaldesa electa y que ya se ve repitiendo en el cargo. Lo mismo que Miguel Ángel Macip en Infraestructura y Luis Flores Fierros en Seguridad Pública.
A ver si no después vienen las decepciones.
