En el ayuntamiento de Puebla hay un ambiente de funeral. A partir del escándalo estallado esta semana, que dio cuenta de la ineptitud del gobierno municipal para manejar los recursos económicos, ronda en la Comuna un sentimiento generalizado de derrota, de fracaso. Los servidores públicos que se van saben que el trabajo de la administración, todo, ha quedado empañado por el error financiero.

El lunes, en la reunión semanal que el presidente municipal Adán Domínguez sostiene con los integrantes de su gabinete, el edil se mostró furioso. No solo por las filtraciones que ya habían exhibido el problema, sino, principalmente, con el tesorero Omar Coyopol, por la entrevista banquetera con los reporteros de la fuente en la que soltó la sopa.

Cuentan que Domínguez quería crucificar a su colaborador, en sentido figurado por supuesto, y que reiteró la instrucción –olvidada por Coyopol– de que nadie debía decir nada a los representantes de la prensa, así fueran muy insistentes en el asunto.

Agregan que el alcalde estaba tan molesto que con el puño cerrado golpeó la mesa del salón de protocolos, y que lo hizo tan fuerte que las mujeres se espantaron, creyendo incluso que había roto la mesa.

La reacción del panista resultaba comprensible, pues había fallado la estrategia de contención de la crisis el mismo día que se desató.

Puras caras tristes pueden verse en el palacio.

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Además de rostros tristes y apesadumbrados, en el ayuntamiento también debe haber uno que otro preocupado, sobre todo después de que se dieron a conocer las nuevas declaraciones de la presidenta del Congreso, Laura Artemisa García Chávez, en torno a la crisis financiera.

La diputada local informó que ha pedido a la Auditoría Superior del Estado (ASE) revisar los estados financieros de los alcaldes salientes, pero, y atención aquí, con especial énfasis en el ayuntamiento de Puebla, que encabeza Adán Domínguez Sánchez, por la probable existencia de un “hoyo financiero”, que afectaría el arranque de la administración de José Chedraui Budib.

Por supuesto, cargó la intención de emprender esta revisión a los ciudadanos.

García Chávez consideró que el debate entre diferentes actores por el presunto mal manejo de recursos también abrió una preocupación para todos los poblanos, que serían los principales afectados con esta situación.

Que sea una sentida demanda de los poblanos puede ponerse en duda, pero eso no importa. Lo relevante es que el Poder Legislativo, en manos de Morena, ha comenzado a mover la maquinaria para investigar el manejo de los recursos públicos por parte del edil saliente de la capital, de extracción panista.

Por eso hay que agregar el rictus de la preocupación a algunos casi ex funcionarios municipales.

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La presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN, Augusta Díaz de Rivera, dio el primer paso hacia la renovación de dirigencia en ese partido.

Ayer por la noche se llevó a cabo una sesión extraordinaria de los integrantes de la Comisión Permanente Estatal del blanquiazul, que tuvo como propósito dar el banderazo de salida para que los presidentes de los comités directivos municipales se manifiesten sobre el método de su preferencia para la selección del nuevo líder.

A partir de esta sesión, los dirigentes municipales, hombres y mujeres, tendrán un plazo de 30 días para decir si quieren Consejo Estatal o elección abierta a los militantes.

Eso significa que antes de la segunda quincena de noviembre los panistas ya sabrán cuál será el método mediante el cual habrán de definir al relevo de Díaz de Rivera. Y con eso podrán anticipar también qué bando será el ganador: si el de los Lalos o el de los antiLalos, en alusión a Eduardo Rivera Pérez.