En efecto, el proceso para la renovación del Comité Directivo Estatal del PAN comenzó este miércoles por la noche, cuando se abrió el periodo de 30 días para que los dirigentes de los comités municipales de ese partido digan qué método de selección quieren.

Si no están de acuerdo en que se quede la consulta a los militantes, como está establecido en los estatutos del partido, tendrán que proponer entonces la sesión del consejo estatal. Para concretar el cambio de método ordinario de selección, tendrán que estar de acuerdo por lo menos dos terceras partes de las dirigencias municipales.

Eso lo pone muy sencillo, hablando en estricto sentido matemático. Si el PAN cuenta con 113 comités municipales en el estado de Puebla, se requiere el voto a favor del consejo estatal de 76 de ellos, para decirle adiós a la consulta a la militancia.

Marcos Castro Martínez, secretario general del partido, aseguró que este procedimiento de notificación emprendido el miércoles es una ruta que se encuentra considerada en los estatutos internos, por lo que rechazó que se trate de una estrategia para que el grupo político del excandidato a la gubernatura, Eduardo Rivera Pérez, se quede con el control del partido.

Pocos panistas le van a creer, pero eso fue lo que dijo.

Uno de los incrédulos, por ejemplo, es Rafael Micalco Méndez, quien opinó que ese proceso de consulta a los líderes municipales es innecesario.

El diputado local recordó que el método (la consulta a militantes) está marcado en los estatutos y pidió que se respeten las normativas partidistas, que se deje “de buscarle”.

“Aun cuando los comités soliciten otro método tiene que existir una causal, que yo no veo, entonces se vuelve endeble el proceso. La norma es muy clara y creo que fue un paso innecesario”, acusó.

Aunque Castro Martínez exprese lo contrario, será difícil creer que la dirigencia estatal saliente no pretende con esto ayudar al grupo de Eduardo Rivera para controlar la designación a través del consejo y dejar, otra vez, a uno de los suyos.

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Edmundo Tlatehui Percino rindió su tercer y último informe de gobierno al frente del ayuntamiento de San Andrés Cholula. Además de pronunciar el habitual discurso de logros y hazañas concretadas, como en todo ejercicio de presunta rendición de cuentas de esta naturaleza, dedicó una parte a su futuro, que tiene que ver con su propósito de convertirse en presidente estatal del PAN.

Anunció que seguirá haciendo política una vez que termine su responsabilidad como alcalde de San Andrés:

“Nuevos proyectos partidistas emprenderé al terminar esta responsabilidad, seguiré haciendo política, eso sí, siempre asumiendo la política con dignidad y con responsabilidad. He crecido con la voluntad de no quebrarme ante las adversidades, de resistir ante los embates de mis adversarios y de intentar una y otra vez, hasta lograr lo imposible”.

Lo bueno es que fue más claro que Adán Domínguez Sánchez.

El alcalde de Puebla dijo a los presentes en su informe “sabrán más de mi”, y menos de una semana después se supo mucho de él, claro que sí, pero por su incapacidad para administrar bien los recursos públicos.

Tlatehui Percino precisó: “proyectos partidistas”, por lo que no hubo lugar a dudas de que hablaba del PAN y sus intenciones, ya reconocidas en público, de arribar a la dirigencia.

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Hoy se cumple una semana desde que estalló la crisis política en el ayuntamiento, derivada de una crisis financiera, y ni el alcalde Adán Domínguez ni alguno de sus colaboradores cercanos ha dado la cara para ofrecer una explicación clara y creíble a los habitantes del municipio de Puebla sobre esos acontecimientos.

La rueda de prensa del edil no cuenta como explicación porque no permitió el planteamiento de dudas ni cuestionamientos, y las cifras que pronunció no sirvieron para esclarecer el problema que, ahora se sabe, heredará a la administración de José Chedraui Budib.