Gabriel Biestro Medinilla va por una tercera oportunidad para trascender en su carrera política. Eso sucederá si, además de ser presidente de la Comisión de Gobernación en el cabildo, como fue nombrado ayer, también recibe el encargo de convertirse en el líder de los regidores del ayuntamiento de Puebla. O lo que sería lo mismo, en el representante de los intereses del alcalde en ese importante órgano de gobierno.

Biestro fue líder de Morena antes de la elección de 2018 y después de ésta ascendió a presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del estado. Aunque padeció el protagonismo de José Juan Espinosa Torres, que por entonces también fue diputado local, gozó de la confianza del extinto Miguel Barbosa Huerta para ser el poderoso líder del Poder Legislativo a partir de 2019.

En 2021 emprendió la aventura para ser candidato a presidente municipal de Puebla, pero perdió en la contienda interna frente a Claudia Rivera Vivanco debido a los números de encuestas y estudios de opinión que lo pusieron por debajo –en intención de voto– de la hoy diputada federal.

Tras el fallido intento fue incorporado al gobierno de Barbosa como secretario del Trabajo y ahí estuvo hasta que renunció para formar parte de la planilla de candidatos de José Chedraui Budib, hace apenas unos meses.

Antes de anotarse para regidor, coqueteó con la idea de ser candidato a gobernador y luego también a presidente municipal de Puebla, sin que sus presuntas aspiraciones fueran apenas tomadas en serio por los dueños temporales del partido lopezobradorista.

Gabriel Biestro no ha tenido la carrera política que se esperaría de un líder fundador del partido que estuvo en varias guerras políticas, incluida la de 2018, y que contó con los afectos de un gobernador en funciones, como Barbosa.

Sin embargo, la vida ha vuelto a sonreírle.

Será líder de los regidores de la coalición morenista, a la que pertenecen 16 de los 23 integrantes del cabildo, sin contar al alcalde y a la síndica Mónica Silva Ruiz, dentro de un ayuntamiento que promete ser mucho más eficiente y efectivo en la atención de sus obligaciones que los demás.

Dicen por ahí que la tercera es la vencida, y la última también.

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La hiperactividad de Jesús Giles Carmona, que lo ha llevado a meterse en el proceso de renovación de dirigencia del PAN estatal, podría dañar a la aspirante Mónica Rodríguez Della Vecchia.

Ya son varios los consejeros panistas que han reportado que han sido buscados por el virtual director de Vinculación Ciudadana de la Secretaría municipal de Bienestar, la de José Chedraui Budib, para hacer precampaña a favor de la exdiputada Rodríguez.

El asunto no tendría nada de extraño si no fuera porque Giles Carmona ha sido expulsado del PAN y se ha integrado como colaborador de una administración morenista.

Sin un deslinde claro, este “apoyo” podría resultar contraproducente para las aspiraciones de Mónica Rodríguez que, dicho sea de paso, ha ganado reflectores y atención gracias al discurso crítico que ha empleado en contra de Eduardo Rivera Pérez y su grupo.

¿Qué necesidad de aliarse con el neomorenista Giles?

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En apenas un mes y medio de desempeño como diputada federal, la panista Liliana Ortiz Pérez ha comenzado a destacar entre los legisladores de oposición debido a su activismo y a sus incisivos señalamientos en contra de los personajes emanados de la 4T.

La expresidenta del DIF municipal, casada con Eduardo Rivera, se ha metido de lleno en algunos episodios de confrontación política con sus pares de Morena desde la tribuna de la Cámara de Diputados.

El apasionamiento de la legisladora poblana podría no ser casual ni espontáneo, sino parte de una estrategia encaminada a ampliar su carrera política en el futuro.

Habrá que darle puntual seguimiento.