Quienes pensaban que el tema del presunto hoyo financiero heredado por la administración del panista Adán Domínguez Sánchez en el ayuntamiento de Puebla iba a quedarse en el pasado, debido, entre otras cosas, a la cordialidad vista en la toma de protesta de José Chedraui Budib como nuevo presidente municipal, parece que se equivocaron.
En su tercer día al frente del ayuntamiento Chedraui confirmó que sí existe un hoyo financiero, de entre 450 y 680 millones de pesos, según dijo, pero pidió paciencia a los reporteros que insisten en saber qué pasará con ello y tiempo a los ciudadanos en general para sentarse a analizar a profundidad el estado de los dineros municipales.
Incluso dijo que ayer mismo, por la tarde, se reuniría con sus colaboradores para comenzar con el estudio detallado de las finanzas.
Por el momento, admitió, solo tiene conocimiento de aquellos números que fueron informados por la autoridad municipal que ya se fue, por lo que toca a él hacer su trabajo para indagar y luego dar a conocer la situación exacta de lo que le fue heredado.
Pero de que hay un hoyo, según sus propias palabras, sí lo hay.
Paciencia entonces.
Ya fluirá la información.
O eso esperamos los poblanos.
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¿Qué pasó con los 22 diputados federales que representan al estado de Puebla en la cámara baja del Congreso de la Unión? Al parecer, según se desprende de datos oficiales obtenidos desde San Lázaro, no son muy talentosos o relevantes para conseguir las posiciones de primer nivel.
Los legisladores federales de Puebla se convirtieron prácticamente en figuras invisibles en la Cámara de Diputados, pues de los 22 representantes populares que hay, solo dos lograron liderar comisiones ordinarias hasta este momento, cuando se han repartido ya 31 de las 51 presidencias que componen al órgano legislativo.
Las únicas dos que han recibido una presidencia de comisión son María de los Ángeles Ballesteros García y Maiella Gómez Maldonado, ambas emanadas de la alianza dirigida por la 4T. La primera de ellas se quedó con la de Educación y la segunda con la del Trabajo y Previsión Social.
Todavía faltan 20 comisiones por asignar, así que es probable que alguna otra poblana o algún otro poblano pueda figurar en una posición legislativa que, aunque no resulta definitoria para el desempeño exitoso de un personaje, sí ayuda a tener mejores relaciones y escalar en la jerarquía política de una de las vitrinas más importantes del país.
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La visita de Jorge Romero Herrera a la ciudad de Puebla como parte de su gira de campaña para (tratar de) ganar la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PAN causó gestos de sorpresa entre los liderazgos locales de ese partido, quienes vieron con extrañeza la disparidad de personajes que han tomado la decisión de apoyarlo en su aventura política.
Entre los panistas poblanos que acompañaron al candidato a dirigente nacional figuraron Eduardo Rivera Pérez y Mario Riestra Piña, quienes son rivales directos en la contienda por la presidencia estatal del partido que ya se está dando de manera informal, pero también aparecieron Carolina Beauregard Martínez y Genoveva Huerta Villegas, dos exdiputadas federales que hace unos años fueron aliadas y amigas y que hoy están distanciadas.
Estas adhesiones no fueron las únicas que levantaron cejas entre los panistas.
Las palabras usadas por el candidato en su discurso también lo hicieron, al presumir que solo los “principales liderazgos de Puebla” forman parte de su planilla y reconocer que, aunque hay opiniones divididas al interior del partido, eso no representa una ruptura.
Formalmente el único poblano (por adopción) que va en la planilla de Romero es Eduardo Rivera, por lo que la expresión pareció ser un espaldarazo anticipado a su amigo y aliado, en el contexto de la renovación de dirigencia estatal.
Eso, en vez de sumar, puede restarle votos al chilango.
