El gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina ha hecho un llamado a respetar la decisión que se tomó en torno a los resultados electorales de Chignahuapan y Venustiano Carranza y ha dicho que hará lo propio.

“Tenemos que ser respetuosos de lo que marquen las autoridades electorales, nosotros no nos hemos involucrado en estos temas, y bueno, habrá que cumplir lo que se dé, así como lo hemos hecho en todo este proceso de los cambios que se fueron dando y seremos respetuosos de lo que marquen las instituciones”, declaró en torno al fallo ocurrido la noche del miércoles.

Tiene razón, no queda de otra, tanto para las autoridades civiles, como para los habitantes de esos dos municipios, que están confundidos y molestos, y por supuesto, para los dos principales involucrados, Juan Lira y Marco Valencia, los ahora exalcaldes que, en caso de insistir en sus aspiraciones de hacerse de la presidencia municipal, tendrán que esperar para competir de nuevo el próximo año.

Salomón Céspedes, sin embargo, toca un punto importante.

El mandatario estatal subrayó que su administración apoyará para que los cambios constantes de autoridad no afecten la gobernanza en ambas demarcaciones. Eso lo ha hecho ya a través del secretario de Gobernación, Javier Aquino Limón.

Céspedes Peregrina tocó aquí la parte sensible de tantas volteretas en la designación de las autoridades: la gobernanza, o lo que es lo mismo, la gobernabilidad.

La agitación, el descontento social y los desórdenes gubernamentales no entienden de leyes, impugnaciones ni códigos electorales, por lo que situaciones de este tipo tendrán que ser corregidas en el futuro para impedir que haya tanto tiempo sin certeza institucional en los ayuntamientos.

¿Cómo pueden ser corregidas?

Quizá a partir de enmiendas al código electoral que obliguen a los tribunales a resolver los diferendos con mayor rapidez.

Pero esa es una labor que toca a los diputados, tanto federales como locales, y ahora que los de Morena –que son amplia mayoría– andan en plan de reformarlo todo, bien podrían ocuparse del asunto.

Dirimir conflictos poselectorales al cuarto para la hora, como en San Pedro Cholula, o incluso después de arrancados los nuevos periodos de gobierno, como en Chignahuapan y Venustiano Carranza, tiene un costo social que pagan los ciudadanos.

Por eso hay que corregirlo.

“Hay mucha comunicación, la sociedad tiene que entenderlo, y bueno, pues hagamos el esfuerzo entre todos. El llamado a los actores es a que se respeten las decisiones de las autoridades y que entre todos construyamos la paz social que se requiere en estos dos municipios”, expresó el gobernador Céspedes, precisamente muy al tanto de las consecuencias negativas que tienen este tipo de movimientos.

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¿Qué pasó con las aspiraciones del diputado local Pavel Gaspar Ramírez para convertirse en presidente del Comité Ejecutivo Estatal de Morena?

¿Se esfumaron de la noche a la mañana?

Eso parece.

Ayer el legislador retiró sus aspiraciones para dirigir el partido propiedad del expresidente Andrés Manuel López y compartió que participará en la siguiente renovación, hasta el año 2025, si la convocatoria así se lo permite, pues en este proceso solo los consejeros pueden postularse y él no forma parte de ese grupo.

En entrevista, dijo que la convocatoria del partido es muy clara respecto a los requisitos que deben cumplir los aspirantes a suplir a Olga Romero Garci-Crespo tras su próxima renuncia, por lo que, una vez venza la gestión de la actual dirigente, en 2025, buscará alzar la mano.

“Yo creí que la convocatoria iba a salir unos días después y veo que solo pueden participar 150 consejeros, lo cual no soy, soy fundador y militante, vengo del movimiento, pero no tuve la oportunidad de ser consejero”, explicó.

Respecto a la posibilidad de que fuera nombrado como consejero para poder participar, dijo que esta no es todavía una opción viable, por lo que mejor esperará el momento en el que su perfil se adecue a la convocatoria.

Bueno, parece que habrá que buscar en otra dirección al relevo de Romero Garci-Crespo. A menos, claro, que solo haya querido bajarle el volumen al revuelo que ha causado su autopostulación. Eso también es posible.