El alcalde de Puebla José Chedraui Budib hizo un buen anuncio para los habitantes de la ciudad. Su ayuntamiento, dijo, priorizará el uso de los recursos económicos para tapar baches y suministrar la totalidad de servicios públicos antes que pagar los compromisos heredados por la anterior administración, y que rondan los 600 millones de pesos.

Esa en general es una buena noticia. No solo para los propietarios de vehículos particulares, sino también para los concesionarios del servicio público y los usuarios de este sistema, quienes diariamente, desde que comenzó la temporada de lluvias hace ya algunos meses, padecen los estragos del mal (malísimo) estado del asfalto en la capital.

Si junto con la reparación de las vialidades se atiende la dotación de servicios públicos, los habitantes de la ciudad de Puebla lo agradecerán.

Las declaraciones del presidente municipal, sin embargo, no serán igual de positivas para todos.

Chedraui Budib expuso que serán prioridad esas necesidades, por encima del pago de las deudas contraídas por el gobierno de Eduardo Rivera y Adán Domínguez, y eso significa un problema para las decenas de proveedores, quizá cientos, que permanecen a la espera (cruzan los dedos) para que se les cubran los adeudos.

Los empresarios que no pudieron cobrar antes de la partida del ayuntamiento panista enfrentan ya el conflicto que veían venir.

Cobrarán hasta después de un largo periodo de revisión de asignaciones y contratos que llevarán a cabo las nuevas autoridades. Y eso, para colmo de males, si es que cobran.

¿Cuántas llamadas y mensajes de whatsapp deberán estar recibiendo en estos días los exalcaldes panistas (el electo y el suplente) por parte de esos proveedores, contratistas y constructores, desesperados y furiosos por lo que ocurrió?

Eso lo tendrá que informar el mismo Chedraui Budib, quien ayer volvió a hablar de la existencia de un “hoyo financiero” y de responsabilidades.

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El secretario de Gobernación del ayuntamiento de Puebla ha salido a informar la cantidad de vendedores informales que permitirá este gobierno (al menos solo en un principio) en el centro histórico de la ciudad.

Según Francisco Rodríguez Álvarez, la Comuna ha autorizado la permanencia de los 750 ambulantes que heredó la pasada administración municipal, con la diferencia de que ahora deberán cumplir con una serie de condiciones, como no instalarse los jueves, ni en temporadas importantes para el comercio formal como el Buen Fin, además de mantener libre el arroyo vehicular y el área peatonal.

Rodríguez Álvarez precisó que estos son los primeros acuerdos a los que se llegó con los informales y esta medida aplicará para los instalados en la avenida 5 de Mayo, sobre las calles 6, 8, 10 y 12 Oriente-Poniente, así como la 3 y 5 Norte, donde actualmente operan los comerciantes para ofertar sus productos.

La cifra de 750 es muy superior a la que el hoy exedil Adán Domínguez aseguró que había al final de su administración: 250.

No obstante, el nuevo secretario de Gobernación afirma que el panista mintió y que en realidad había esos 750.

Tras la crisis financiera estallada en el gobierno panista es más lógico creerle a “Franco” Rodríguez, mientras no haya evidencia de que se está siendo más tolerante y permisivo con el comercio informal que en el pasado.

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Los dirigentes del PAN y el PRI parecen protagonizar una relación un tanto tóxica.

Después de todas las acusaciones mutuas que se lanzaron tras la contienda electoral del pasado 2 de junio, ahora resulta que podrían volver a competir juntos en los comicios extraordinarios del próximo año.

El líder del PRI, Néstor Camarillo Medina, abrió la posibilidad de crear una nueva alianza con el blanquiazul para postular candidato a las presidencias municipales de Venustiano Carranza, Xiutetelco, Chignahuapan y Ayotoxco de Guerrero.

Incluso para el primero de esos municipios ya la dio como un hecho.

No está mal que los partidos construyan alianzas con quienes quieran y así convenga a sus intereses, pero que eviten después descalificarse entre ellos cuando los resultados previstos no se den. Confunden a los ciudadanos.