Parece que este martes por fin el gobernador electo Alejandro Armenta Mier revelará la identidad de aquel que será secretario de Seguridad Pública durante su administración. Si no había dado a conocer el nombre es porque él mismo no lo sabía, hasta antes de reunirse con Omar García Harfuch la semana pasada en la capital del país.

El martes 5 de noviembre Armenta publicó en sus redes sociales una fotografía con el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno de la República, acompañada de un texto que expresó lo siguiente:

“Bajo el liderazgo de la Dra. @Claudiashein, vamos a trabajar por la seguridad de las y los poblanos. Agradezco al Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, @OHarfuch, la reunión de trabajo.

No hay mejor inversión de gobierno que la que se hace por la seguridad y tranquilidad del pueblo. ¡Por amor a Puebla!”

Se sabe que esa reunión sirvió para definir de una vez la identidad del futuro responsable de la seguridad en el estado.

Sí, será un marino, como se comenta, y sí, será nombrado a propuesta directa de García Harfuch.

Hoy que Alejandro Armenta dará una conferencia de prensa se espera que informe a los reporteros el nombre del elegido.

Quién sabe si afortunado, como están las cosas de la seguridad de graves y preocupantes en el país, al borde de una crisis, pero sí el elegido para ocupar una de las posiciones más relevantes de la administración pública local.

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“Cuando el presidente municipal oculte algo o se niegue a dar la información real en torno a un acontecimiento importante, hay que ir con el tesorero a conocer la verdad.”

Eso es lo que se comenta a manera de guasa entre algunos reporteros de la fuente municipal a partir de los acontecimientos ocurridos en el último mes en el ayuntamiento de Puebla.

Primero fue Omar Coyópol Solís, entonces tesorero municipal, quien reconoció en los primeros días de octubre que existía la posibilidad de solicitar una línea de crédito para pagar los pasivos que heredaría la administración municipal por un monto superior a 564 millones de pesos, repartidos entre acreedores, proveedores, pasivos a contratistas, retenciones de cuotas patronales y otras obligaciones.

Coyopol admitió y confirmó el problema financiero en que estaba metido el ayuntamiento panista, una situación que nunca reconoció el edil Adán Domínguez Sánchez y que hoy, pese a la evidencia, sigue sin admitir.

Un mes después pasó algo similar con el tesorero Héctor Romay González Cobián.

Gracias a él fue que se supo del desastre sucedido con dos mil cámaras de videovigilancia destinadas para los trabajos de seguridad pública en la ciudad de Puebla.

De nueva cuenta, un tesorero reveló el problema que ninguna otra autoridad, ni el presidente municipal José Chedraui Budib, se atrevía a abordar de manera clara y concreta.

Por eso han cobrado fama los tesoreros como buenos informantes.

Omar Coyopol y Héctor Romay metieron en aprietos de comunicación a sus jefes, pero cumplieron su deber con la ciudadanía.

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Hasta ayer por la tarde todavía se barajaba la posibilidad de nombrar al diputado Pavel Gaspar Ramírez en lugar de Olga Romero Garci-Crespo en la dirigencia estatal de Morena.

En la mesa del partido estaban puestas dos vías para designar al nuevo jefe partidista.

Una, por medio de una elección limitada solo a consejeros en funciones y ya nombrados, lo que quitaría del camino al legislador local.

Y otra, a través de la designación de delegado especial por parte del CEN, lo que metía, de nueva cuenta, el nombre de Pavel Gaspara como fuerte y eventual aspirante a la dirigencia.

Solo faltan cuatro días para despejar todas las dudas.