Ni Pavel Gaspar Ramírez ni David Rivera Vivanco. El relevo de Olga Romero Garci Crespo en la dirigencia estatal de Morena será una mujer. Por lo menos así lo ha revelado Andrés Villegas Mendoza en la antesala de la celebración de la asamblea que servirá para ungir al nuevo (o nueva en caso de que se confirme este dicho) mandamás del partido en el poder.

Según Villegas Mendoza, el proceso de renovación respetará el género de la persona que deja la cartera vacante. “Será mujer donde había dirigente mujer”, afirmó.

Si él lo dice, en calidad de presidente del Consejo Estatal, hay que creerle.

De esta manera, en caso de confirmarse el anuncio, se resolverá el dilema que surgió a partir de la obligación que tenían los dueños del partido en el estado para definir un nuevo dirigente a partir de la lista de 152 consejeros vigentes.

Con un Pavel Gaspar sin posibilidades de hacerse de ese cargo de dirigencia, como era la intención del gobernador electo Alejandro Armenta Mier, y frente al riesgo de que se colara Rivera Vivanco, la decisión salomónica parece haber jugado a favor de una tercera carta, en este caso una mujer.

“Vamos a ir conforme a la convocatoria nacional, no se agregan consejeros. Eso ya será en otro proceso. En esta ocasión nos quedamos con los que estamos”, agregó Villegas Mendoza.

Las dudas se disiparán por fin el día de mañana, después de que Morena realice su asamblea en el Centro de Convenciones y tenga nuevo presidente –¿presidenta?– a cargo del partido.

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A propósito de la renovación en Morena.

Una destacada militante, expresidenta municipal de San Andrés Cholula, hizo el siguiente pronunciamiento:

“Tiene que ser un proceso democrático. Este 16 de noviembre se va a reestructurar el tema del partido y lo ideal es que primero respetemos los estatutos. Hay compañeros muy valiosos dentro del Consejo Estatal en su conjunto y los compañeros han sido muy generosos en estos procesos, porque muchos teniendo aspiraciones propias las hicieron a un lado para apoyar perfiles para presidentes municipales, diputados federales y locales”.

Adivinó usted. La emisora de estas palabras fue Karina Pérez Popoca, quien hoy es diputada federal por el distrito de Cholula.

La legisladora pidió respetar las reglas del partido y elegir nuevo dirigente de entre los integrantes del Consejo Estatal.

Parece que así será.

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La Universidad Iberoamericana tardó nada más ocho días en percatarse del desaseo político mediante el que fue elegida Rosa Isela Sánchez Soya como presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del estado.

La institución emitió este jueves un comunicado para expresar que el Congreso desestimó algunas de las recomendaciones que hizo para garantizar la participación, difusión, transparencia y elección de postulantes para la definición del nuevo titular.

Por tal motivo, la Ibero emitió en ese mismo texto una serie de observaciones y recomendaciones, con la intención de que sean tomadas en cuenta para que los futuros procesos de designación se lleven a cabo con mejores prácticas en diferentes materias.

Bien por eso.

Lo malo es que se hizo hasta después y no el mismo día de la elección de Sánchez Soya, con todo y que el rector Mario Ernesto Patrón Sánchez tuvo la oportunidad de hacerlo en un cara a cara con los legisladores, cuando acudieron a la universidad para recibir el paquete de 18 propuestas que esta institución formuló para integrar al trabajo de los diputados.

El mismo día que el Congreso ungió a la nueva defensora de los derechos humanos, la presidenta del Poder Legislativo Laura Artemisa García Chávez anduvo por allá. Y entonces ninguna observación pronunció el rector.

La Ibero recomienda una semana después que en la emisión de próximas convocatorias se consideren aspectos como la experiencia y el conocimiento en materia de derechos humanos, la relación comprobable con personas violentadas y vulnerables, y que el postulante sea apartidista.

Esta no parece ser la Universidad Iberoamericana del pasado.