La oposición panista suma un liderazgo más en la contienda por la presidencia del Comité Directivo Estatal. Se trata de Mónica Rodríguez Della Vecchia, quien después de ver frustradas sus aspiraciones tras la definición del método de elección del nuevo dirigente decidió apoyar a la dupla formada por Mario Riestra Piña y Genoveva Huerta Villegas.
Fue la exdiputada local quien hizo el anuncio este martes, muy temprano, a través de sus redes sociales:
“Hoy México requiere un #PAN unido por valores y principios; que trabaje con y para los ciudadanos; con espíritu demócrata y con impetu para ganar elecciones. En #Puebla, necesitamos un cambio de rumbo, dejar atrás la intolerancia; el culto a la personalidad y la visión patrimonialista del Partido. Por tal razón, he decidido sumarme al proyecto de @marioriestra y
@GenovevaHuerta…”.
Se trata de una adhesión que ya se veía venir.
Quienes saben de las añejas diferencias de ella y su esposo, Pablo Rodríguez Regordosa, con Eduardo Rivera Pérez y sus discípulos, anticiparon bien que la exlegisladora no daría su respaldo, ni por accidente, a José Felipe Velázquez Gutiérrez.
Y para prueba de esa malísima relación de los Rodríguez con los Rivera Velázquez basta leer lo que acusó después.
Della Vecchia afirmó que el CDE de Augusta Díaz de Rivera (otra aliada de Rivera Pérez) pretende anular los votos de ella y 10 consejeros más, entre ellos Pablo Rodríguez y Humberto Aguilar Coronado, todos afines a la fórmula encabezada por Mario Riestra, para restarle apoyos en la sesión del próximo 15 de diciembre.
¿Cómo quiere y puede la presidenta en funciones hacer eso?
Según la denunciante, pretende hacerlo con el argumento (pretexto) de que ninguno de ellos asistió a todas las sesiones anteriores del Consejo Estatal.
“A la par de que tomé esa decisión (apoyar al adversario de Velázquez), el comité, del que ya sabemos quién está detrás, Eduardo (Rivera Pérez), su grupo, nos quieren expulsar. No le bastó al comité con silenciar a la militancia, ahora nos quieren silenciar a los consejeros que no somos afines a ellos”, lanzó.
Así la pugna, amigable y civilizada, que se registra al interior del PAN.
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Delfino Reyes Bocardo pretende subir de nivel las negociaciones que han emprendido autoridades estatales (salientes y entrantes) y representantes del transporte público urbano de pasajeros en torno a la demanda de alza al pasaje.
Ante la negativa de funcionarios del gobierno del estado para aprobar, en lo que resta del año, una nueva tarifa, el vocero de los concesionarios ha lanzado una advertencia: podrían aumentar el costo del servicio de manera unilateral, sin permiso de las autoridades. Y agregan: de la misma manera que se ha hecho en algunos municipios de la sierra norte, donde los operadores de las unidades cobran lo que quieren.
Más que un reto, este aviso es una provocación. Y no solo para las autoridades que se van en menos de un mes, sino, principalmente, para quienes están a punto de llegar.
Silvia Tanús Osorio y Juan Manuel Vega Rayet deben estar atentos y con medio cuerpo dentro de las negociaciones que hasta ahora ha encabezado la Secretaría de Gobernación de Javier Aquino Limón.
Los futuros responsables de la Secretaría de Movilidad tendrán que lidiar con las consecuencias del pretendido acto de anarquía de los concesionarios, quienes demandan el alza, pero ignoran todas las deficiencias que tiene el servicio que brindan y que, cada vez que se puede, son expresadas por los usuarios.
Ahora se habla todo el tiempo de la inseguridad, de los asaltos en las unidades del transporte público. Y por supuesto que se trata de un problema grave. Pero antes de eso ya existían deficiencias severas que persisten al día de hoy, como unidades en mal estado, sin mantenimiento, y conducción escalofriante por parte de los operadores.
