Eduardo Rivera Pérez despejó todas las dudas.

Evitó ser literal y más explícito para no meterse en problemas legales y ser denunciado, en el futuro, por la comisión de actos anticipados de campaña.

Pero ayer anunció, frente a todos los invitados a su primer informe de labores, entre ellos el gobernador Miguel Barbosa Huerta, que está puesto y dispuesto para competir en el proceso de sucesión de 2024.

Así lo dijo:

“Y para quienes me preguntan acerca del futuro, les digo que los tiempos y las circunstancias cambian constantemente y las luchas también. Un Político debe estar preparado para los retos por venir, y yo soy un hombre de lucha que siempre está listo para afrontar las batallas que vengan. Dios y el tiempo abrirán el camino y los ciudadanos siempre tendrán la última palabra”.

El alcalde no dijo nada del 2024 y menos de la gubernatura, pero no hizo falta.

La clave está en las primeras palabras: “Y para quienes me preguntan acerca del futuro”.

Nadie le pregunta si quiere ser senador, diputado federal o si piensa en la reelección, no, lo que todo le cuestionan es si buscará ser candidato del PAN al gobierno del estado.

Luego entonces, a esa se refirió en su mensaje.

Ese es el reto por venir, que implicará una batalla, para la que Dios y los ciudadanos, como virtuales electores, definirán.

Más claro, imposible.

Eduardo Rivera se ha subido a la arena preelectoral por su propio pie.

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“Muy amigos, camaradas incluso, pero tú eres presidente municipal, con tu área de competencia, y yo gobernador, con la mía, más grande y más importante. Yo no me sumo a ti, tú te sumas a mí, porque quien me necesita eres tú”.

Ese fue el mensaje muy entrelíneas que el gobernador Miguel Barbosa envió al presidente municipal durante su intervención frente al micrófono en el primer informe de Eduardo Rivera, según la interpretación de algunos de los asistentes al Centro de Convenciones.

Y puede ser que tengan razón.

El anfitrión del evento celebrado en ese inmueble del Paseo de San Francisco fue enfático para resaltar, otra vez, la buena relación que ha existido, existe y existirá, al menos de su parte, con el mandatario estatal, lo que fue correspondido por el gobernador en ese mismo tono.

“Eduardo Rivera y yo somos amigos desde hace más de 20 años, cuando coincidimos en la 58 legislatura (federal)”, asentó Miguel Barbosa para responder a los incrédulos que miran con sorpresa la camaradería, no exenta de desencuentros, que se otorgan uno al otro.

Sin embargo, la correspondencia de elogios fue seguida de algunas observaciones, al parecer realizadas con el fin de aclararle a los presentes que uno, su anfitrión, es presidente municipal, y otro, él, gobernador, lo que no es lo mismo en tamaño y trascendencia.

Sutil para no enrarecer el buen ambiente que había, pero claro para darse a entender.

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Alejandro Armenta Mier e Ignacio Mier Velazco recibieron invitación para asistir al informe del presidente municipal, pero, por obvias razones, no asistieron.

Ambos legisladores de Morena, uno senador y el otro diputado federal, miran en el alcalde al rival que enfrentarán en las urnas en caso de que, como desean, se conviertan en candidatos del partido oficial a la gubernatura del estado.

Solo uno será abanderado de Morena, pero, mientras este partido no defina quién, usarán el recurso de las probabilidades para jugarle las contras a su adversario.

En el equipo de Armenta afirman que su jefe habría ido al Centro de Convenciones si hubiese sido invitado con mayor anticipación.

El senador recibió la invitación el 6 de octubre por la mañana, lo que fue considerado una descortesía.

En el bando de Ignacio Mier son más radicales.

Ahí aseguran que el diputado no habría asistido bajo ninguna circunstancia.