Los vecinos de la unidad habitacional Agua Santa conocieron ayer una faceta de la personalidad de Eduardo Rivera Pérez que pocas veces se ve en público: la del político enérgico que pone la autoridad sobre la popularidad.
“A mí me escogieron para ser y hacer autoridad. No venimos a un concurso de popularidad y esto es fundamental, porque algo que le falta mucho a nuestro país y a nuestra ciudad es el orden y el respeto”, expuso en la presentación del informe temático “Escudo Puebla”, relacionado con asuntos de seguridad pública, gobernabilidad y comercio informal.
El ayuntamiento ha cumplido con su trabajo, agregó, en lugar de irse por el camino fácil y dejar, por ejemplo, que los ambulantes permanecieran en las calles mediante acuerdos ilícitos con la autoridad, como, asentó, ocurría en el pasado.
Pero el asunto no paró ahí.
El edil de Puebla le entró a un tema que entre los habitantes de la ciudad lo ha hecho blanco de críticas por considerar que se trata de un asunto de recaudación: el de las infracciones viales.
Reconoció y defendió que su gobierno haya levantado más infracciones que la anterior administración y dijo que para eso lo pusieron los poblanos, para ser autoridad.
Un estilo distinto el utilizado por el presidente municipal en Agua Santa.
Quizá sea bueno que lo muestre más seguido, como para empezar a verse como precandidato a gobernador.
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La rectora Lilia Cedillo Ramírez se volvió a echar una carrera muy larga, de esas de las que habló hace una semana, durante su primer informe de labores al frente de la BUAP.
En la mañana del martes, la académica subió a sus redes sociales una publicación con un texto y tres fotografías.
El texto decía lo siguiente: “Estoy muy agradecida por poder culminar un maratón más y lo comparto con ustedes porque fueron mi inspiración para culminar esta meta ¡Ha sido una gran experiencia!”
En dos de esas imágenes aparecía la rectora corriendo sobre el asfalto de alguna ciudad típicamente estadounidense y en la tercera posaba mostrando la medalla que había ganado unas horas atrás.
Cedillo, sin embargo, no reveló qué maratón era el que acababa de correr.
Se trata del maratón de Chicago, celebrado el 9 de octubre, que es parte del serial Abbott World Marathon Majors formado por los seis mejores maratones del mundo: Boston, Londres, Berlín, Nueva York, Tokio y, por supuesto Chicago.
Con esta nueva carrera la rectora suma 32 maratones en su historial, ni más ni menos.
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En otro punto del estado, en otra universidad, otra rectora celebraba a su manera un logro profesional y personal importante, no solo para ella, sino para una comunidad que hasta hace unos meses se encontraba sumida en una crisis por el conflicto de los integrantes de la familia Jenkins.
Se trata de la rectora Cecilia Anaya Berríos y de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
Después de dos años de inactividad presencial, primero por la pandemia por coronavirus y después por la toma de las instalaciones de la institución por parte de las autoridades judiciales, este miércoles la institución celebró su cumpleaños número 82.
Acompañada de estudiantes, maestros, trabajadores administrativos y directivos, Anaya Berríos se abrió como no lo había hecho antes, al expresar lo que significó para ella la reapertura de la universidad y compartir sus inicios como trabajadora de la misma.
“Es una gran alegría contar con estos equipos de personas que nos apoyan a conservar a la universidad con la excelencia, calidad, nos hacen sentir un orgullo”, manifestó.
Luego vino la parte personal.
La rectora manifestó su beneplácito por continuar en la institución, como, dijo, lo ha hecho desde hace 40 años, tiempo en el que fue técnico de laboratorio, docente, investigadora y ahora rectora.
Dos años y medio atrás, cuando comenzó la pandemia, Anaya era vicerrectora y Luis Ernesto Derbez rector.
