De 217 presidentes municipales que entraron en funciones hace casi un año, el 15 de octubre de 2021, unos cuantos, muchos o muy probablemente la mayoría de ellos y ellas le han incumplido las promesas de campaña a los habitantes de la demarcación que gobiernan.

Es una práctica común que los candidatos a alcaldes celebren acuerdos irrealizables cuando recorren un municipio en busca del voto, y que cuando lleguen al poder, aquellos que convencen y ganan gracias a la confianza del electorado, se olviden de todo eso que muy echados para adelante prometieron con anterioridad.

Pero aun entre los incumplidos hay unos que son peores que otros, ya sea por su incapacidad para resolver demandas básicas de la población, falta de sensibilidad social, o porque, en casos extremos, acaban coludidos con las bandas de criminales que operan en sus municipios.

Este día, y en ese contexto, El Sol de Puebla hace un repaso de seis casos concretos, que en estos primeros 12 meses de gobierno destacaron por mala ejecución de obras, presuntos actos de corrupción y, como se ha dicho, los nexos con grupos delictivos y el aumento de la inseguridad.

Se trata de Norma Layón, de Texmelucan; Paola Angon, de San Pedro Cholula; Ignacio Mier, de Tecamachalco; Pedro Tepole, de Tehuacán; Arturo Cajica, de Acatlán de Osorio, y Armando Pimentel, de Quimixtlán.

Busque los detalles en el texto que se publica en la edición, impresa y web, de hoy.

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Imágenes curiosas se registraron este jueves en el contexto del primer informe de gobierno del presidente municipal de San Nicolás de los Ranchos, Gumaro Sangre Popoca.

El político, que fue postulado en 2021 por la alianza PAN, PRI y PRD, recurrió a inusuales recursos de acarreo para llenar el acto protocolario de rendición de cuentas, que se realizó en el campo deportivo El Ciprés.

El edil ordenó que las patrullas de la Policía Municipal fuesen utilizadas para trasladar a los pobladores a su informe.

Desde muy temprano, los vehículos oficiales fueron desplegados por el municipio para invitar a la gente a escuchar el informe del edil y, como instrumento adicional, ofrecer la entrega de una despensa.

Los patrulleros convertidos en choferes de transporte público no mintieron.

En el campo deportivo había un área destinada para almacenar cajas con productos de la canasta básica, que al final del discurso del edil fueron entregadas a los asistentes.

Los funcionarios de la Comuna justificaron que la entrega de los paquetes alimentarios coincidió con el día del informe, ya que esta fecha era la que estaba marcada en las reglas de operación del programa municipal de despensas.

Mintieron.

Juntaron las dos cosas para garantizar oyentes al presidente municipal.

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Si al director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) le importaba muy poco el malestar de los derechohabientes de Puebla, que dí con día tienen que padecer las deficiencias del servicio de esa institución, ahora tendrá que poner un poco de atención a lo que ocurre en el estado si no quiere que las recriminaciones hechas en su contra comiencen a subir de nivel.

Hasta antes de ayer habían sido sólo los representantes populares del PAN quienes habían criticado la lentitud del IMSS para resolver los problemas de hacinamiento que se viven en su infraestructura hospitalaria en Puebla, pero a los reclamos acaba de sumarse el gobernador.

En efecto, Miguel Barbosa Huerta hizo un extrañamiento público a Zoé Robledo Aburto, por el incumplimiento para construir el Hospital General de Zona de Amozoc, cuyo predio fue donado por la autoridad municipal hace ya un año.

Si a ese caso se le suma el de la reposición de San Alejandro (que tampoco se ha hecho) y las ampliaciones y mejoras necesarias en el de La Margarita (detenidas también), el director general del IMSS sale reprobado.

A ver si después del llamado del gobernador ahora sí se apresura, aunque sea un poco.