¿Podría haber acceso en el estrecho círculo político del gobernador Miguel Barbosa Huerta a una nueva ‘corcholata’, después de que tres de ellas se han quedado en el camino hacia el proceso de sucesión del 2024?

Sin Gabriel Biestro Medinilla, Héctor Sánchez Sánchez y Melitón Lozano Pérez, quedan solo Olivia Salomón Vibaldo, Sergio Salomón Céspedes Peregrina y José Antonio Martínez García.

Pero, ¿tienen que ser solo tres los barbosistas que compitan por la candidatura de Morena al gobierno del estado?

Si ha habido bajas, ¿por qué no sumar nuevas adquisiciones?

¿Qué le parecería integrar a María Teresa Castro Corro, secretaria de Planeación y Finanzas de la administración estatal, en ese privilegiado grupo de políticos afines al gobernador?

¿Le suena a disparate?

Ahora verá que no tanto.

Castro Corro es una de las colaboradoras más cercanas a Barbosa y una de las que mejores resultados le ha entregado.

Es de los pocos integrantes de gabinete que sigue en la cartera en la que comenzó hace tres años, cuando dio arranque el gobierno del mandatario en funciones.

Y parece haber venido a salvar la crisis de su jefe con los maestros de la sección 51 del SNTE, pues ha hecho malabares con las finanzas para obtener una bolsa de 345 millones de pesos que permitirá, a partir de hoy, comenzar a pagar los adeudos a los profesores.

El asunto no es poca cosa, sobre todo después de ver las reacciones que generó la protesta magisterial en menos de dos semanas, y que amagaba con crecer y extenderse ante la falta de la atención a su demanda.

No descarte entonces que pronto pueda haber una nueva ‘corcholata’.

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En el polo opuesto de los encumbramientos, como el de Castro Corro, están los desbarrancos, como el de la todavía secretaria de Igualdad Sustantiva de la misma administración estatal, América Rosas Tapia.

La desventura de Ayoxuxtla, como ahora se le conoce a la irrupción de maestros inconformes en un evento del presidente Andrés Manuel López Obrador, ocurrida el sábado en aquel municipio de la mixteca poblana, ha golpeado también la confianza que hasta antes de ese día le tenía el gobernador Barbosa a la servidora pública, que hasta hace cinco meses se desempeñaba como subsecretaria de Educación Superior de la SEP.

Los servicios de inteligencia que le sirven al mandatario, y que gozan de su cabal confianza, aseguran que uno de los protagonistas de los abucheos del sábado en contra de Miguel Barbosa es un personaje cercano a Rosas Tapia, lo que, como usted imaginará, puede ser motivo suficiente para pensar en la remoción de la funcionaria.

Si eso sucede, dicho sea de paso, se le hará un enorme favor a la Secretaría de Igualdad Sustantiva, donde no ha habido avances ni mejoras relevantes con su nombramiento.

Incluso, son materia de comentarios y críticas entre reporteros las constantes evasivas de la funcionaria para hablar del trabajo de esa dependencia.

“Quizá no sabe”, asientan los periodistas.

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Si es usted militante panista y convive con algún político de las máximas confianzas del presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, dígale que en el Comité Ejecutivo Nacional del PAN no están muy contentos con lo que ha ocurrido en Puebla en el último año.

Marko Cortés Mendoza, presidente nacional de ese partido, ha hecho señalamientos negativos en contra de esa práctica de extinción que ha emprendido en Puebla Augusta Valentina Díaz de Rivera, brazo político del alcalde, en el blanquiazul, al desactivar y luego desterrar las estructuras institucionales que había creado Genoveva Huerta Villegas.

Hasta el CEN han llegado las quejas: “Eduardo Rivera se quiere quedar con todo”, y ese quedarse con todo implica lastimar a militantes que, si bien recibieron su acceso al partido en la época morenovallista, pretendían ser leales al partido, independientemente de quien llegara al poder.