/ martes 30 de julio de 2024

Equidad en el liderazgo: la revolución que beneficia a todos

La discusión sobre las cuotas de género no se trata simplemente de buscar un 50% de hombres y un 50% de mujeres en posiciones de liderazgo. Forzar esta paridad sería igualmente injusto, ya que muchos hombres y mujeres podrían llegar a puestos clave sin las competencias necesarias. Paridad significa que las mujeres competentes y preparadas sean visibles y tengan acceso a estos cargos.

Actualmente, muchos hombres ocupan posiciones de liderazgo no por sus competencias, sino porque han sido privilegiados por el sistema de dominancia masculina existente en numerosos ámbitos: político, democrático, laboral, empresarial, familiar, etc. Aunque en México se han logrado avances en el ámbito político y democrático con la cuota de género en el Congreso Federal, otros ámbitos, especialmente el empresarial, siguen rezagados. Como empresaria, hablo desde la experiencia en este sector.

Lo más preocupante es que muchos hombres (aclaro que escribo "muchos" y no "todos", ya que es importante reconocer a aquellos caballeros inclusivos que han jugado un papel crucial en la lucha por la equidad de género, y espero en futuras columnas tener la oportunidad de enaltecerlos) creen que están en sus posiciones de liderazgo o presidiendo organismos empresariales debido a su inteligencia. Bertrand Russell, filósofo y matemático, lo expresó acertadamente: "El gran problema de este mundo es que los tontos y los fanáticos se sienten seguros de sí mismos, mientras que los inteligentes están llenos de dudas".

Lo que sí es seguro es que hay empresarias capaces y competentes para ocupar estos espacios de liderazgo, pero están invisibilizadas porque el mismo sistema de dominancia masculina no les ha proporcionado un camino con las condiciones óptimas para su integración. No se ha logrado consolidar una agenda empresarial común enfocada en la equidad y con perspectiva de género, que permita una cancha pareja entre hombres y mujeres en el ámbito empresarial.

Las estadísticas muestran que ser empresaria hoy en día es una labor titánica. A diferencia de los hombres, a las mujeres nos cuesta más trabajo emprender desde cero, ya que solo el 18% de las mujeres empresarias en México tuvieron la fortuna de continuar con el negocio familiar; el resto no. Las mujeres enfrentamos desafíos únicos que afectan la vida de nuestros negocios. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), solo el 19% de los emprendedores en México son mujeres, y tres de cada diez PYMES son encabezadas por mujeres. Además, las mujeres que hemos logrado hacernos visibles en cargos de liderazgo en el ámbito empresarial nos encontramos en algún momento con un techo de cristal y suelos pegajosos que nos obstaculizan seguir escalando en la pirámide de los negocios, dejando en el olvido la lucha y el reconocimiento del legado de las mujeres en este ámbito.

Es urgente como iniciativa de ley la implementación de cuotas de género en los organismos empresariales, para que se pueda poner en agenda y garantizar que las mujeres competentes podamos hacernos visibles y acceder a posiciones de liderazgo. Enfatizo que las cuotas de género no son porque las mujeres queramos un 50% de mujeres y un 50% de hombres, sino más bien, como la Secretaría de Economía en México lo describe: "la cuota de género es una forma de acción positiva cuyo propósito es garantizar la efectiva integración de mujeres en puestos o funciones clave dentro de organismos de diversa índole".

Cuando las mujeres lideran, todos

La discusión sobre las cuotas de género no se trata simplemente de buscar un 50% de hombres y un 50% de mujeres en posiciones de liderazgo. Forzar esta paridad sería igualmente injusto, ya que muchos hombres y mujeres podrían llegar a puestos clave sin las competencias necesarias. Paridad significa que las mujeres competentes y preparadas sean visibles y tengan acceso a estos cargos.

Actualmente, muchos hombres ocupan posiciones de liderazgo no por sus competencias, sino porque han sido privilegiados por el sistema de dominancia masculina existente en numerosos ámbitos: político, democrático, laboral, empresarial, familiar, etc. Aunque en México se han logrado avances en el ámbito político y democrático con la cuota de género en el Congreso Federal, otros ámbitos, especialmente el empresarial, siguen rezagados. Como empresaria, hablo desde la experiencia en este sector.

Lo más preocupante es que muchos hombres (aclaro que escribo "muchos" y no "todos", ya que es importante reconocer a aquellos caballeros inclusivos que han jugado un papel crucial en la lucha por la equidad de género, y espero en futuras columnas tener la oportunidad de enaltecerlos) creen que están en sus posiciones de liderazgo o presidiendo organismos empresariales debido a su inteligencia. Bertrand Russell, filósofo y matemático, lo expresó acertadamente: "El gran problema de este mundo es que los tontos y los fanáticos se sienten seguros de sí mismos, mientras que los inteligentes están llenos de dudas".

Lo que sí es seguro es que hay empresarias capaces y competentes para ocupar estos espacios de liderazgo, pero están invisibilizadas porque el mismo sistema de dominancia masculina no les ha proporcionado un camino con las condiciones óptimas para su integración. No se ha logrado consolidar una agenda empresarial común enfocada en la equidad y con perspectiva de género, que permita una cancha pareja entre hombres y mujeres en el ámbito empresarial.

Las estadísticas muestran que ser empresaria hoy en día es una labor titánica. A diferencia de los hombres, a las mujeres nos cuesta más trabajo emprender desde cero, ya que solo el 18% de las mujeres empresarias en México tuvieron la fortuna de continuar con el negocio familiar; el resto no. Las mujeres enfrentamos desafíos únicos que afectan la vida de nuestros negocios. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), solo el 19% de los emprendedores en México son mujeres, y tres de cada diez PYMES son encabezadas por mujeres. Además, las mujeres que hemos logrado hacernos visibles en cargos de liderazgo en el ámbito empresarial nos encontramos en algún momento con un techo de cristal y suelos pegajosos que nos obstaculizan seguir escalando en la pirámide de los negocios, dejando en el olvido la lucha y el reconocimiento del legado de las mujeres en este ámbito.

Es urgente como iniciativa de ley la implementación de cuotas de género en los organismos empresariales, para que se pueda poner en agenda y garantizar que las mujeres competentes podamos hacernos visibles y acceder a posiciones de liderazgo. Enfatizo que las cuotas de género no son porque las mujeres queramos un 50% de mujeres y un 50% de hombres, sino más bien, como la Secretaría de Economía en México lo describe: "la cuota de género es una forma de acción positiva cuyo propósito es garantizar la efectiva integración de mujeres en puestos o funciones clave dentro de organismos de diversa índole".

Cuando las mujeres lideran, todos