/ viernes 18 de junio de 2021

¡Gracias Puebla!

La vida está compuesta por ciclos, que son círculos o sistemas que se entrelazan como eslabones y que se articulan como etapas de un proceso que tiene un camino, explicado por la biología, en donde todos los seres humanos nos mezclamos. El ciclo vital nacer-crecer-reproducirse-morir, es la ruta en la que todo ser viviente transita.

Y en esa hoja de ruta es necesario saber cerrar círculos que nos permitan nuevos aires y futuras empresas por realizar. La vida lineal y monótona no deja espacios para cambios necesarios y saludables, solo destruye y aniquila.

Con el de hoy son 500 artículos de “CONVERSACIONES CON PUEBLA”, reflejando mi sentir y pensar de la vida en Puebla, en México y en el mundo, partiendo de una óptica de espiritualidad y respeto que me he propuesto como actitud fundamental de mi existencia.

He considerado que ahora que me siento en la plenitud de mis facultades, y habiendo llegado a este número de artículos es conveniente cerrar el círculo y abrir otros que me permitan nuevas expresiones y manifestaciones. La vida es cambio constante y así tiene que aceptarse y afrontarse para no quedarse detenido y sin ilusiones, porque ello significaría la llegada de una senectud no deseada.

Hoy tengo ganas de vivir más que nunca, de intensificar mi trabajo espiritual en “CONVERSACIONES”, de escribir un libro sobre el Derecho Social y otro sobre metafísica y continuar con mis conferencias, todos los jueves a las 7 de la noche por Facebook Live. Y ahora que ya se están abriendo las puertas, abatiéndose la pandemia, retomaré mis viajes espirituales a Apulco, Taxco, Tecolutla y probablemente a Orizaba, que está preciosa, además de las meditaciones frente a la pirámide de Cholula por el lado de San Andrés y preparar el viaje a Tierra Santa y a Egipto, que con la pandemia se frustró.

Mientras tanto me despido Puebla, deseándote apertura de corazón y progreso. No te mereces, y me da tristeza, ver tu zócalo cerrado, que es tu rostro y que irónicamente lo hicieron autoridades ignorantes coincidiendo con tu aniversario. Ahora que tuve la oportunidad de ir a Orizaba con mis amigos del grupo Pantagruel, como suele decirse “me dio envidia de la buena” (aunque no hay envidia, ni buena ni mala, simplemente es envidia) y al mismo tiempo tristeza por ver cómo una ciudad, en donde el pueblo y sus autoridades se coordinan y se proponen mejorar, lo logran, transformado su realidad, no tan solo urbana, sino moral y socialmente, comandados por liderazgos que están basados en la finalidad de servir, en el amor a su ciudad y en el respeto a sus monumentos y tradiciones.

Puebla en monumentos es señorial y en tradiciones resuma por todas partes prosapia y cultura, ¡no tiene comparación alguna el Relicario de América!, pero nos han faltado liderazgos y amor por nuestra ciudad. Es tiempo de renovar, con la entrada de las nuevas autoridades municipales, todas las entelequias burocráticas existentes en la ciudad, y que nuevos aires y nuevos pensamientos basados en el amor a la ciudad y a su cultura logren devolverte, querida Puebla, tu dignidad y señorío, maltrechos por la ignorancia e ineptitud, sobre todo, de este último gobierno municipal.

Y a ti, poblano(a) y lector(a), mi agradecimiento por tu lealtad a mis modestos pero apasionados escritos semanales. Hoy sabemos más que nunca que la solidaridad es necesaria para fortalecernos, que el amor es nuestra convicción y que está en el centro de todo, y que una fuerte intensidad emocional de comunicarnos nos hace presagiar la inminente llegada de un mundo nuevo, pleno de justicia y de esperanza.

¡¡¡NAMASTE!!!

Y no te olvides que: “LO QUE CUESTA DINERO VALE POCO”