Una mujer formidable, Ifiginenia Martínez, entregará a Claudia Sheinbaum la banda presidencial en un ejercicio de simbolismo republicano que cede más allá del poder, una batuta histórica de lucha y resistencia científica, democrática y feminista. Un acontecimiento histórico cuando menos por 3 razones, pero antes vayamos a dos importantes antecedentes.
En 1857 luego del autogolpe de Estado de Ignacio Comonfort (oriundo de Amozoc), Juárez como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, electo popularmente, asumió la Presidencia de la República y pidió que el líder del partido liberal en la primera mitad del siglo XIX, Valentín Gómez Farías le colocará la banda presidencial; días después murió el expresidente federalista, republicano y liberal, pero su legado fue encargado y bien procurado por Juárez.
Este ejercicio fue retomado por Andrés Manuel López Obrador en 2018. El líder de la izquierda en la segunda mitad del siglo XX , aunque no el principal, Porfirio Muñoz Ledo fue el encargado de colocar la banda al presidente Obrador, quien asumió con ello, la consecución de la lucha por la transición a la democracia que inició con Muñoz Ledo, Cuauhtémoc Cárdena e Ifigenia Martínez en 1988 con el Frente Democrático Nacional. Más tarde Muñoz Ledo rompió con el presidente y con Morena, molesto por lo opaco de sus procesos internos y por las decisiones pragmáticas que han lastimado al partido desde que se consiguió la Presidencia de la República.
Ifigenia Martínez es una economista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con posgrado en Harvard, que fue maestra de diversos políticos mexicanos como Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Cedillo. No solo fue precursora de los espacios de mujeres en la academia y la investigación, también fue de las primeras mujeres en ejercer cargos de alta responsabilidad administrativa en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en Presidencia de la República y como legisladora en ambas cámaras en diversas ocasiones. Su papel fue de suma relevancia en 1988, ya que encabezó la primera gran fractura del Partido Revolucionario Institucional, que tuvo por consecuencia la paulatina democratización del régimen priista, que hasta hace poco dejó el poder. Esta fuerza simbólica es la que en un acto republicano veremos manifiesta en la entrega de la banda presidencial a la primera mujer presidenta de Norteamérica.
@IsaacPalestinaD