/ martes 16 de julio de 2024

La democracia no es el peligro

“La democracia no es el peligro. La democracia es la oportunidad” -Carlos Castillo Peraza

En próximas fechas las y los militantes del PAN en Puebla por increíble que parezca probablemente estaremos censurados para participar en la renovación del partido en el estado. El yunque pretende anular la voluntad de 22 mil militantes para en su lugar, poner entre 114 personas la integración del partido. ¿Es legal? Sí, ¿Es legítimo? Veamos.

Los estatutos de Acción Nacional establecen dos métodos para renovar dirigencias, el primero, denominado “ordinario” y que resulta en la elección de la militancia por la candidatura de su preferencia; el otro, establecido como “extraordinario” y que regula el procedimiento para que el Consejo Estatal designe a la dirigencia prescindiendo de la militancia.

Ahora bien, si el PAN hubiese ganado la gubernatura, la mayoría de los distritos federales y locales, el refrendo de la capital y una buena cantidad de ayuntamientos posiblemente la pregunta no encontraría el mismo nivel de rechazo entre la militancia, numéricamente la dirigencia tendría argumentos para sostener que los resultados ameritan continuidad. Pero ese no es el caso.

La designación de la dirigencia vía el Consejo Estatal puede ser legal, pero no legítima, puede estar en la norma, pero no en el ánimo, pueden anular la voz de la militancia en un proceso interno, pero no pueden esquivar las consecuencias de una sociedad que cree poco o nada en los partidos tradicionales justamente a raíz de prácticas que disminuyen la calidad de la democracia.

No hay demócratas de ocasión, se cree o no, se practica o no, y como derecho connatural de la libertad, la democracia no puede ser divisible, por eso, los partidos políticos, sobre todo los de oposición deben ensayarla a plenitud y permear entre sus integrantes los valores que la hacen singular: igualdad, justicia y tolerancia.

Para convertirnos en una oposición consolidada no basta antagonizar con el gobierno, debemos aspirar a ser implacables con el ejemplo.

“La democracia no es el peligro. La democracia es la oportunidad” -Carlos Castillo Peraza

En próximas fechas las y los militantes del PAN en Puebla por increíble que parezca probablemente estaremos censurados para participar en la renovación del partido en el estado. El yunque pretende anular la voluntad de 22 mil militantes para en su lugar, poner entre 114 personas la integración del partido. ¿Es legal? Sí, ¿Es legítimo? Veamos.

Los estatutos de Acción Nacional establecen dos métodos para renovar dirigencias, el primero, denominado “ordinario” y que resulta en la elección de la militancia por la candidatura de su preferencia; el otro, establecido como “extraordinario” y que regula el procedimiento para que el Consejo Estatal designe a la dirigencia prescindiendo de la militancia.

Ahora bien, si el PAN hubiese ganado la gubernatura, la mayoría de los distritos federales y locales, el refrendo de la capital y una buena cantidad de ayuntamientos posiblemente la pregunta no encontraría el mismo nivel de rechazo entre la militancia, numéricamente la dirigencia tendría argumentos para sostener que los resultados ameritan continuidad. Pero ese no es el caso.

La designación de la dirigencia vía el Consejo Estatal puede ser legal, pero no legítima, puede estar en la norma, pero no en el ánimo, pueden anular la voz de la militancia en un proceso interno, pero no pueden esquivar las consecuencias de una sociedad que cree poco o nada en los partidos tradicionales justamente a raíz de prácticas que disminuyen la calidad de la democracia.

No hay demócratas de ocasión, se cree o no, se practica o no, y como derecho connatural de la libertad, la democracia no puede ser divisible, por eso, los partidos políticos, sobre todo los de oposición deben ensayarla a plenitud y permear entre sus integrantes los valores que la hacen singular: igualdad, justicia y tolerancia.

Para convertirnos en una oposición consolidada no basta antagonizar con el gobierno, debemos aspirar a ser implacables con el ejemplo.