En la ciudad de Xicotepec de Juárez, en la sierra norte del estado de Puebla, justo donde se unen dos pequeños arroyos, se encuentra un centro ceremonial de origen prehispánico dedicado a Juanito Techachalco, llamado “La Xochipila”.
Se dice que estaba dedicado al dios mexica Xochipilli, dios del amor, los juegos, la belleza, las flores y el maíz.
Tiempo después fue consagrado por los colonizadores cristianos a San Juan Bautista.
Debido a la mezcla de culturas, nació la figura mestiza de Juanito Techachalco, a quien ahora se le dedica el centro ceremonial “La Xochipila”, el cual tiene una roca de unos 5 metros de altura con una base elíptica de 11 metros de diámetro mayor y 5 de diámetro menor.
La roca sobre la cual se construyó una edificación coronada por una cruz de piedra, tiene un agujero de unos 2 metros de alto, en donde se depositan cirios, velas y ofrendas.
A la fecha, peregrinos y danzantes acuden desde otros municipios para rendir culto al santo. Aunque la fiesta grande de Juanito Techachalco, protector de Xicotepec y patrono de la fertilidad y la fecundidad de las plantas es el 24 de junio.
Durante todo el año, los martes y los viernes de cada semana se realizan ceremonias en su honor.
En la Xochipila, se realizan rituales con métodos tradicionales que tienen como finalidad la curación de diversas enfermedades.
Las ofrendas al santo son principalmente las velas y cirios que arden en el hueco de la roca, aunque también se le llevan flores, toda clase de objetos, comida o animales.
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Como dijo Harold Macmillan: “Tradición no significa que los vivos estén muertos, significa que los muertos viven.”
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