/ lunes 21 de octubre de 2024

Las denuncias obligadas y los sapos a tragar

José Chedraui Budib cumple mañana su primera semana al frente de un ayuntamiento que no tiene ni pies ni cabeza en sus números. La información financiera (que no es mucha) se entregó apenas cumpliendo la normativa, de las formas y cortesía política mejor ni escribir. A los panistas y arribistas les quedó chica la bolsa y grande la ciudad y la derrota.

Las reuniones entre la contraloría y la tesorería de la actual administración han sido maratónicas y no logran aún encontrar muchas piezas que puedan dar sentido a los números registrados en las cuentas de banco institucionales, porque hasta el dinero “sudado” de esa práctica no cuadra.

No hay manera de cumplir con los pocos acuerdos que aún se podrían reclamar y es que por más vueltas que le dan a las cifras, no hay forma ni intención de maquillar y mucho menos tapar un hoyo financiero que supera los 600 millones de pesos si se toma en cuenta todo el dinero “gastado” e “invertido” de manera intempestiva en los últimos 6 meses.

Será en los últimos días de octubre cuando el alcalde Chedraui acompañado por su tesorero Héctor González Cobian y su contralora Dulce Lilia Rivera Aranda ofrezcan un informe a la opinión pública sobre el tamaño y las causas del hueco financiero con el que han iniciado esta administración.

No se tratará de una vendetta política por el abuso y saqueo observado, no, el reporte a los poblanos vendrá de la necesidad y obligación de deslindarse de numerosas observaciones que vendrán en los próximos meses, porque es un hecho que vendrán; un funcionario cercano a José Chedraui afirma que ni la presencia, ni los efusivos aplausos que Eduardo Rivera y Adán Domínguez dieron al primer discurso de el alcalde Chedraui Budib, alcanzarán para evitar las denuncias que por ley están obligados a presentar en la nueva administración municipal.

Por lo pronto los panistas que hasta hace 6 meses gritaban a todo pulmón que “Lalo” era la mejor opción para encabezar la gubernatura de Puebla no quieren y no pueden ni asomar la cabeza porque no hay manera de justificar el engaño y el boquete de credibilidad que también le causó Adán y compañía, al Partido Acción Nacional, en Puebla.

En corto afirman que nadie salió a defender las formas y porquerías de su más reciente y fallido gobierno municipal porque saben quiénes abusaron, cómo lo hicieron y desde cuándo lo comenzaron a hacer: el punto ahora es que aunque enojados y ofendidos, nadie puede salir a señalar o condenar porque son de la misma casa.

En pocas palabras, todos en el PAN saben lo que pasó, tienen claro quién operó la ordeña y quién se benefició hasta ahora de esas corruptelas, pero se la tienen que tragar porque son del mismo color y están en el mismo y decadente barco. Hacer lo contrario, terminaría de sepultarlos políticamente.

En medio de todo este bochornoso contexto que decepcionó a más de 10, al interior de ese instituto político, Lalo y compañía van con todo para mantener el control del devaluado partido; quieren forzar las cosas para que sea a través del voto de poco más de 100 consejeros como se elija al nuevo presidente estatal del PAN.

De cumplirse este escenario los panistas locales estarían haciendo justo lo que por tantos años criticaron: arrebatarle a los militantes el derecho a elegir de manera libre y democrática a su próxima dirigencia.

La regresión sigue acosando al que se supone es el último bastión de la oposición política en Puebla y en México, no obstante, en ese partido aún hay militantes que afirman estar dispuestos a enfrentar la autocrítica y buscar rescatar a su casa política de la voracidad que despierta el poder.

Mientras esa batalla azul llega, los que coleccionan motocicletas de lujo, los que gustan de comprar camionetas de modelos antiguos, los que les llama la atención invertir en estados como Querétaro y Quintana Roo, los que viajaban al extranjero disfrazados para no ser reconocidos, los que gustan de piezas de arte subastadas en dólares... esos y otros muchos más se van retirando de manera silenciosa de la escena política poblana.

Ya no hay hueso que morder, los oportunistas cumplieron su meta y se alejan frotándose las manos para pasar unas felices fiestas por el cierre de año, eso sí, ya llevan en la mira otros estados y municipios, incluso gobernados por MORENA, donde les va a interesar, según ellos, contratarlos para ofertar sus servicios y conocimientos recaudatorios y de “reingeniería administrativa”.

José Chedraui Budib cumple mañana su primera semana al frente de un ayuntamiento que no tiene ni pies ni cabeza en sus números. La información financiera (que no es mucha) se entregó apenas cumpliendo la normativa, de las formas y cortesía política mejor ni escribir. A los panistas y arribistas les quedó chica la bolsa y grande la ciudad y la derrota.

Las reuniones entre la contraloría y la tesorería de la actual administración han sido maratónicas y no logran aún encontrar muchas piezas que puedan dar sentido a los números registrados en las cuentas de banco institucionales, porque hasta el dinero “sudado” de esa práctica no cuadra.

No hay manera de cumplir con los pocos acuerdos que aún se podrían reclamar y es que por más vueltas que le dan a las cifras, no hay forma ni intención de maquillar y mucho menos tapar un hoyo financiero que supera los 600 millones de pesos si se toma en cuenta todo el dinero “gastado” e “invertido” de manera intempestiva en los últimos 6 meses.

Será en los últimos días de octubre cuando el alcalde Chedraui acompañado por su tesorero Héctor González Cobian y su contralora Dulce Lilia Rivera Aranda ofrezcan un informe a la opinión pública sobre el tamaño y las causas del hueco financiero con el que han iniciado esta administración.

No se tratará de una vendetta política por el abuso y saqueo observado, no, el reporte a los poblanos vendrá de la necesidad y obligación de deslindarse de numerosas observaciones que vendrán en los próximos meses, porque es un hecho que vendrán; un funcionario cercano a José Chedraui afirma que ni la presencia, ni los efusivos aplausos que Eduardo Rivera y Adán Domínguez dieron al primer discurso de el alcalde Chedraui Budib, alcanzarán para evitar las denuncias que por ley están obligados a presentar en la nueva administración municipal.

Por lo pronto los panistas que hasta hace 6 meses gritaban a todo pulmón que “Lalo” era la mejor opción para encabezar la gubernatura de Puebla no quieren y no pueden ni asomar la cabeza porque no hay manera de justificar el engaño y el boquete de credibilidad que también le causó Adán y compañía, al Partido Acción Nacional, en Puebla.

En corto afirman que nadie salió a defender las formas y porquerías de su más reciente y fallido gobierno municipal porque saben quiénes abusaron, cómo lo hicieron y desde cuándo lo comenzaron a hacer: el punto ahora es que aunque enojados y ofendidos, nadie puede salir a señalar o condenar porque son de la misma casa.

En pocas palabras, todos en el PAN saben lo que pasó, tienen claro quién operó la ordeña y quién se benefició hasta ahora de esas corruptelas, pero se la tienen que tragar porque son del mismo color y están en el mismo y decadente barco. Hacer lo contrario, terminaría de sepultarlos políticamente.

En medio de todo este bochornoso contexto que decepcionó a más de 10, al interior de ese instituto político, Lalo y compañía van con todo para mantener el control del devaluado partido; quieren forzar las cosas para que sea a través del voto de poco más de 100 consejeros como se elija al nuevo presidente estatal del PAN.

De cumplirse este escenario los panistas locales estarían haciendo justo lo que por tantos años criticaron: arrebatarle a los militantes el derecho a elegir de manera libre y democrática a su próxima dirigencia.

La regresión sigue acosando al que se supone es el último bastión de la oposición política en Puebla y en México, no obstante, en ese partido aún hay militantes que afirman estar dispuestos a enfrentar la autocrítica y buscar rescatar a su casa política de la voracidad que despierta el poder.

Mientras esa batalla azul llega, los que coleccionan motocicletas de lujo, los que gustan de comprar camionetas de modelos antiguos, los que les llama la atención invertir en estados como Querétaro y Quintana Roo, los que viajaban al extranjero disfrazados para no ser reconocidos, los que gustan de piezas de arte subastadas en dólares... esos y otros muchos más se van retirando de manera silenciosa de la escena política poblana.

Ya no hay hueso que morder, los oportunistas cumplieron su meta y se alejan frotándose las manos para pasar unas felices fiestas por el cierre de año, eso sí, ya llevan en la mira otros estados y municipios, incluso gobernados por MORENA, donde les va a interesar, según ellos, contratarlos para ofertar sus servicios y conocimientos recaudatorios y de “reingeniería administrativa”.