Amigo lector, ¿Alguna vez sentiste ese gran miedo por padecer Sida? ¿Tuviste alguna especie de repulsión al saber que estabas junto a un contagiado de la enfermedad? Si tienes más de 40 años, probablemente tu respuesta es afirmativa y se puede analizar de diversos modos.
Desde los albores de la enfermedad, se supo que sólo mediante la vía sanguínea, sexual y perinatal se podía contraer el Virus de Inmunodeficiencia Humana, pero eso no quitó el estigma que pesaba y todavía pesa sobre quienes tienen el mencionado virus en la sangre, lo cual no debería ser, pero no podemos negar realidades muy vigentes.
Desde hace unos años, el tener VIH dejó de ser una sentencia de muerte para convertirse en un padecimiento crónico, al respecto vemos mucha información acerca del derecho a recibir el tratamiento y a la no discriminación, lo cual parece algo no tan malo, pero como señalé, hay que referirnos a lo que sucede objetivamente en la sociedad.
No es un secreto que la población cada vez se ha vuelto más irresponsable en muchos aspectos, así que hay que dejar de idealizar los términos: ciudadanos, jóvenes o activistas, porque ellos también comenten actos sumamente reprochables.
En este sentido, hay que reconocer la gran irresponsabilidad que hay en nuestro país respecto a la vida sexual, tan sólo hay que analizar nuestro penoso primer lugar de embarazos no deseados, lo cual también tiene implicaciones en cuanto el contagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS).
Es cierto también que contagiarse de VIH es menos probable que hacerlo respecto a otros padecimientos venéreos, por lo que una persona que se infecta debe tener una actividad sexual más intensa, en promedio, porque también se da el caso de que con un solo contacto se puede contraer este virus que causó auténtico terror el siglo pasado. Efectivamente hay tablas que muestran que un contacto varón-dama vaginal implica un riesgo menor al 10%, por lo que hay muchas personas que andan teniendo diversos contactos sin contagiarse, pero eso no implica que estén a salvo del virus.
También hay que decir que el grupo de mayor riesgo son los varones con algún grado de homosexualidad, según la escala de Kinsey, esto no es discriminación o prejuicio, sino simplemente una estadística lógica debido a que ese tipo de relación implica un mayor peligro por cuestiones biológicas.
Aun con los avances de los retrovirales, el padecer VIH implica un tratamiento muy específico y costoso, el cual requiere también condiciones nutricionales buenas, además de que el sujeto debe tener buen cuidado de la salud mediante el ejercicio y el no consumo de algunos alimentos y bebidas, condiciones que distan mucho de ser las comunes en la población, esto aunado a que nuestro sistema de salud está a años luz de ser mejor que Dinamarca, lo cual hace que el padecer VIH sea algo complejo, amén del estigma social que esto implica y los riesgos respecto a desplegar una vida sexual activa y poder procrear, porque, aunque hay procedimientos para que un bebé no nazca con este virus, el riesgo existe.
También debemos recordar que la combinación del VIH con otros padecimientos, como la diabetes, covid-19 u obesidad, forma un combo que puede ser más mortal que el más desarrollado Sida.
Aunque sea una violación a Derechos Humanos, ya en la realidad, la prueba Elisa, de Cuarta Generación o alguna otra son requeridas al momento de la contratación para un trabajo, lo cual se suma a las complicaciones expuestas.
De poco sirve hacer una marcha exigiendo antirretrovirales y atención, cuando la prevención es fundamental, así que debemos mostrar respeto ante virus y tengamos responsabilidad de nuestra vida sexual, con parejas estables, usando preservativo y realizando exámenes clínicos con frecuencia. Hasta la próxima.
@vicente_aven